Lou Reed era español, de Manuel Vilas (Malpaso Editores, 2016)
Por: Pablo Escudero
Antecedentes: Leí una entrevista que le hicieron a Manuel Vilas en la revista Jot Down en la que decía algo así como que España no iba bien porque tenía un desfase histórico que hizo que cuando en el mundo sonaba la Velvet Underground aquí sonara El dúo dinámico. Aceptando como hiperbólico el hecho de que en el mundo sonaba la Velvet, en el sentido de que no es que fuera la música mayoritaria precisamente en el mundo, sí es verdad que aquí teníamos al Dúo Dinámico y eso quizá marca algo. Este libro, entre otras cosas, habla del desencuentro entre un país, España, y un gigante el rock, Lou Reed. Los dos llevaban gafas de sol.
Antecedentes personales: Cuando no había internet, o al menos no lo había en mi casa, que es lo que me importaba a mí, y no teníamos acceso a tanta música que nos llega a nublar el sentido como hoy en día, encontrarte con ciertos discos era cuestión de casualidad. En casa de algún amigo con padres melómanos o con algún hermano mayor, di con un disco llamado Set the twilight reeling, recién salido. Lo escuchamos y me volvió loco. Mi amigo me lo copió (con perdón por los derechos de autor perdidos, Lou, pero sí había ya grabadoras en casi cualquier ordenador) y lo estuve escuchando durante meses. Me gustaba la voz grave, vieja y un tanto monocorde que dominaba aquel disco, que recitaba a ratos y a ratos explotaba con furia. Me gustaba aquella manera de subir y bajar de la guitarra, y el modo en que ensuciaba con ruido la melodía. Yo escuchaba a Lou Reed sin saber quién era Lou Reed y encontraba algo místico allí. Y he reencontrado esa sensación en el libro de Manuel Vilas. Luego nos hacemos mayores y sabemos demasiado, y nunca podremos acceder a cierta edad a escuchar ciertas músicas, ver ciertas películas o leer ciertos libros sin tener la cabeza llena de referencias previas.
Una pequeña convergencia entre el libro, la relación de Manuel Vilas con Lou Reed y la mía: Con aquel disco, Set the twilight reeling, un disco que supongo que es menor en la discografía de Lou Reed, Lou Reed vino en el año 2000 a dar un concierto a 20 km de mi casa, a Murcia. Yo me enteré al día después del concierto leyendo el periódico de mi padre. Manuel Vilas estuvo aquel día viéndolo. En 2002 leí, mientras debía estar repasando para la selectividad, una biografía de Lou Reed escrita por un tal Victor Bockris. La verdad es que la nota de selectividad no me importaba demasiado, porque no pretendía entrar a una de esas carreras muy competidas. Me leí aquellas 400 páginas en menos de una semana, y recuerdo su subtítulo: Las transformaciones de Lou Reed. Vilas vio en Reed un profeta. Para mí nunca ha sido el número 1, pero siempre ha estado en mi top ten de referencias musicales. A los 18 años estás en transformación, terminando la adolescencia e imaginando en quién te convertirás cuando seas adulto. Y Lou Reed en esas 400 páginas, que lo abandonaban después de ese Set the twilight reeling con el que yo había llegado hasta él, no había dejado de transformarse.
Transformaciones: La referencia a las transformaciones es fácil, pues Transformer fue el título de su segundo disco en solitario, quizá el primero que llegó a más público, el que contiene la famosa Walk on the wild side y con el que se mostraba separado de lo que lo había hecho tan famoso como llegara a serlo en los años de la Velvet. Leí una vez que alguien dijo que la Velvet no fue tan importante por la cantidad de discos que vendió como porque todos los que compraron sus discos montaron su propio grupo. Lou Reed no paró de transformarse desde que llegó a Nueva York y se encontró con aquel grupo de enrollados con los que cambió la historia del rock. Nunca paró de transformarse. De apariencia, música, compañías. De pasado. Siempre fue una apisonadora que fue huyendo hacia delante olvidando lo que dejaba detrás. Manuel Vilas, en el libro, le echa en cara algunos de esos olvidos. Nico, la modelo alemana que fue cantante de The Velvet Underground, es una de las que tiene reproches para él. España, como ente, también.
El libro: Lou Reed era español es una especie de libro de viajes, esencialmente al interior de Manuel Vilas. Basta ver esa ilustración de un Lou Reed desmejorado con peineta y pendiente molón para ver que es un libro particular. Lou Reed era español ganó de hecho un premio de libro de viajes, el Premio Llanes de Viajes, bajo el título Wild Side España. Un libro de viajes en el espacio, el tiempo y la cultura. Un viaje, sobre todo, y como parece lógico por el título, por España y por Lou Reed. Un viaje, sobre todo, y como parece por todo lo que he leído del autor, por Manuel Vilas. Manuel Vilas empieza siendo un adolescente de la provincia de Huesca que descubre a mediados de los setenta un disco de Lou Reed y flipa. Literalmente. Empieza a obsesionarse con La Voz y a ir en una peregrinación continua tras sus discos y cuando sea un poco mayor, a sus conciertos. Vilas viaja por España y recorre el país y va viendo su evolución. Lou Reed también la ve, aunque parece en todo momento que Lou Reed la pasa por alto. En su primer concierto en Madrid, según nos cuenta el libro, va al Prado y no se entera de nada, y descubre la cuajada, y desde entonces la pide para que se la lleven a Nueva York. No sé si todo eso es verdad, pero lo merece. Heroin y la censura franquista. La leyenda drogota de Lou Reed. No hubo tanta heroína, dice Vilas. Lou Reed fue un hombre de anfetaminas que cultivaba la leyenda de la heroína. España echándole en cara los miles de enganchados y muertos que aquella canción provocó. Creo que sobrevaloramos la importancia del arte. Vilas dice que Lou Reed intelectualizó el rock. O algo así. Puede ser verdad. Pasan los años y Lou Reed sigue volviendo a dar conciertos porque sus discos se venden bastante bien. El libro presenta el rock como un circo, otra cadena de producción más, en la que altas ventas implican conciertos y viceversa. El mayor domador de ese circo es Mick Jagger. Los seguidores de Lou Reed deben odiar a Mick Jagger y a Jim Morrison. Solo Lou Reed.
La forma del libro: Lou Reed habla. España habla. Manuel Vilas habla. Manuel Vilas habla de Manuel Vilas en tercera persona. Más conciertos. El desastre de concierto en el campo del Moscardó. ¿A quién se le ocurrió la idea de llevar a Lou Reed a dar un concierto en 1980 a un campo de fútbol de Usera? Lou Reed se va haciendo mayor y da conciertos en Benicàssim, en San Sebastián, en Málaga, en Murcia. Desdibuja su pasado y se inventa el presente. Descubre el tai – chi y se convierte en alguien equilibrado. Seguramente es de esos que después de todos los excesos del mundo no soporta que fumen a menos de treinta metros de él. Tiene el hígado bien jodido y se está muriendo. Lou Reed también se va a morir, como todo hijo de vecino. Son brillantes los momentos en los que Vilas dibuja a Lou Reed como un hijo de vecino. ¿Se ponía Lou Reed bañador en verano? ¿Iba a la playa? ¿Se ponía crema de protección solar? Qué buena está el agua de Madrid, le dice Lou Reed a Laurie Anderson, bebiendo un vaso fresco recién salido del grifo. Lou Reed es Lou Reed pero nunca dejó de tenerle miedo a sus padres, los que nunca lo entendieron. Es difícil entender a Lou Reed. Es difícil entender España. Pasan las décadas. Casi cuarenta años de conciertos. Manuel Vilas deja de ser adolescente. O no.
Some people like to go out dancing
And other people say they gotta work
Reseña aparecida originalmente con ligeras variaciones en el blog:
http://cuentospendientessre.blogspot.com.es/2017/02/lou-reed-era-espanol-de-manuel-vilas.html