La pequeña Mozart de Bizet
Por Silvia Pato (@SilviaP3)
Se llamaba Cécile Louise Stéphanie Chaminade (1857-1944) y, a pesar de haber compuesto más de cuatrocientas obras, esta pianista y compositora francesa quedó en el olvido durante mucho tiempo.
Cuando era niña, su madre le enseñó a tocar el piano y a cantar, pero su padre se negó rotundamente a que estudiara en el Conservatorio de París, ya que no era propio para una señorita cuyo destino debía ser el matrimonio y la maternidad. Así que lo máximo que consiguieron fue que el progenitor aceptara que la muchacha recibiera clases particulares de Savart, Félix Le Couppey y Benjamin Godard.
Lo cierto es que, con ocho años, Cécile ya era una joven promesa. Ese verano, en la localidad de Le Vésinet, Georges Bizet, que era amigo y vecino de la familia, la escuchó tocar sus primeras composiciones, escritas para su Primera Comunión, y quedó tan embelesado que la apodó «mi pequeña Mozart». Seguramente, el insigne autor de Carmen no se imaginaba que ella sería la primera compositora en vivir de la música.
Entre sus numerosas composiciones, destacan el ballet Callirhoé; Las Amazonas, opus 26; la ópera cómica La Sevillana, opus 10; y el hermoso Concertino para flauta y orquesta, opus 107.
El éxito ante el gran público lo consiguió gracias a sus canciones para soprano y piano, así como piezas para piano solo, e incluso se crearon clubs femeninos con su nombre. Los hombres, por su parte, denigraban su obra y desmerecían su importancia, aunque algunos pocos alabaran las creaciones de la francesa; si bien es cierto que, entre estos últimos, se encontraban compositores de la talla de Massenet, Gounod y Saint-Saëns.
En 1897, Moritz Maurycy Moszkowski se convirtió en su cuñado, al contraer matrimonio con su hermana Henriette Chaminade, aunque las malas lenguas decían que el músico había mantenido una relación con Cécile. Esta, que apenas estuvo casada cinco años con Louis-Mathieu Carbonel, un anciano editor musical, tiempo tras el cual enviudó, dedicó su vida a la música. No estaba dispuesta a perder su independencia. De hecho, en su único matrimonio, ni siquiera había adoptado el nombre de su marido, tal y como era frecuente.
La artista francesa realizó giras por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, país este último en el que se le concedió la Legión de Honor en 1913, convirtiéndose en la primera mujer compositora en recibirla. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió de enfermera en un hospital de campaña, cuando contaba ya con cincuenta y siete años.En 1925 se retiró a Montecarlo, donde falleció diecinueve años después.
FUENTE. Conservatorio de León, Encyclopedia
El cielo, no es, adentro. Es, afuera, todo el cuerpo amor sigue, dispaR. Fin. Etc, etc, etc… FIN. . . . . . . .