Rosario Raro rescata a las víctimas de la Talidomida con la belleza de 'La huella de una carta'
Por Pilar Martínez Manzanares.
Rosario Raro enamoró al mundo de la literatura con la novela Volver a Canfrac. Esta historia, enmarcada en la Segunda Guerra Mundial, ha alcanzado siete ediciones. Ahora, la autora vuelve a primera línea con La huella de una carta. Las expectativas sobre esta narración eran altas y Rosario Raro ha cumplido con creces. Sin lugar a dudas, Nuria, protagonista de esta bella y enigmática historia se ha convertido en un personaje digno de admiración.
La huella de una carta nos traslada a una Barcelona cruzada por tranvías. Las plazas y calles aparecen con sus nombres reales, causa de ello es el imponente trabajo de investigación llevado a cabo por la autora. En este contexto somos testigos de cómo la apacible vida de Nuria con su marido, un comercial al que no ve lo que quisiera, se altera cuando ella lee en la prensa un enigmático anuncio que le despierta su sueño de dedicarse a la escritura. Sin saber a ciencia cierta de qué se trata, acepta convertirse en la escritora anónima de las respuestas a las cartas que el consultorio radiofónico de Elena Francis recibe. Su labor parece sencilla: encargarse de responder las cartas que no da tiempo a radiar. Pero todo cambia cuando una oyente desesperada le habla de unos niños nacidos con terribles malformaciones. Nuria decide investigar su origen y destapa una trama internacional de corrupción que pondrá en jaque su vida y cambiará su destino para siempre.
La trama de la novela tiene dos pilares fundamentales. En primer lugar el consultorio de Elena Francis. Este programa radiofónico comenzó a emitirse en España en los años 70, a través de él observamos una disección pormenorizada de la sociedad de aquella época, así como los comportamientos establecidos. Este punto nos permite entender aún más el carácter de la protagonista y sus múltiples decisiones, focalizadas en cambiar radicalmente su vida. Este consultorio, que comenzó tratando temas de belleza y moda, se convirtió en un confesionario para las mujeres de dichos tiempos, en una válvula de escape para el tratamiento de temas tabú. En definitiva, una revolución en la sociedad española.
El segundo tema convertido en base de la novela es la Talidomida. Este fármaco era dado a las mujeres embarazadas para tratar las nauseas de los primeros meses. Sin embargo, este “medicamento” provocó miles de nacimientos de bebés con malformaciones. España es el único país que todavía no ha indemnizado a las víctimas.
A través de una belleza singular, un lenguaje emocional y contenido, y una trama que no da respiro, Rosario Raro recuerda y traslada la historia de millones de personas que vieron sus vidas truncadas por la ambición y corrupción de unos pocos. La admiración por la fortaleza de Nuria, crece con cada página que el lector deja atrás. En su intento de luchar contra las injusticias inoculadas sobre los más débiles, la protagonista de esta bella historia nos muestra como el coraje y la valentía traspasan épocas.
Además, La huella de una carta muestra la situación de las mujeres en las primeras décadas de los años 70, sometidas al doble yugo de la dictadura y de su, muchas veces, insatisfactoria vida personal y familiar. En dicha situación nace un vínculo de amor prohibido entre Boro Navascués, un ex-seminarista ingeniero químico del laboratorio que patrocina el programa de Elena Francis y nuestra protagonista, Nuria,
El lector chocará contra una dosis de realidad y ficción tan necesaria como espectacular, sintiéndose parte principal de esta historia. Una novela que remueve sentimientos y emociones, que no deja indiferente a nadie. Sin lugar a dudas, Rosario Raro recupera la temática las injusticias sociales en el momento más necesario. El amor y la lucha a favor de los más débiles ensalzan una obra que tiene todos los condimentos necesarios para brillar en el universo de la escritura.