Cómo parecer un entendido en cerveza

Leyendo el titular del post estamos seguros que los candidatos serán muchos,  la mayoría podemos pensar que somos entendidos en aquello que nos gusta, por descontado que de la cerveza también. Y más ahora en verano, con el calor que estamos pasando y donde una cerveza bien fresquita es de lo más apetecible y a la que recurrimos con frecuencia.
Pero demos un paso más allá, una cosa es saber de lo que nos gusta (y eso es irrefutable, sobre gustos no hay nada escrito y buenos somos para que alguien nos rebata sobre lo que nos gusta o no) y otra entender algo más sobre un tema, bien para dar el pego bien para conocer, que ya hemos leído aquello de que “el saber no ocupa lugar”
De la mano de AMBAR, cerveceros independientes, podremos ir sabiendo más, apreciando lo que hace que una cerveza nos guste, sin más, o llegando a entender las razones por las que unas cervezas son mejores que otras, o qué es lo que nos lleva a preferirlas. Así podrás bien convertirte en un auténtico entendido o saber por qué otros pueden llegar a serlo.

Primera parte: El aroma
Las notas predominantes de una cerveza suelen ser herbales, frutales o florales si el lúpulo es el protagonista, pero hay muchos más matices, ahora que con esas notas principales ya puedes dar el primer paso en esto de la erudición cervecera. Normalmente es el lúpulo el mayor protagonista pero en algunos casos lo puede ser la malta, entonces habremos de percibir la nota de la mantequilla como predominante.
En todo caso no te cortes a la hora de acercar la nariz al vaso (olvidemos para esta cosa de expertos examinar con mucha atención el botellín, y ya no digamos la lata), que no es cosa de hacerlo sólo para el caso del vino, también la cerveza tiene su corazoncito en cuestión de olores y de matices, ya a partir de ahí es cosa de tu olfato (cuidado que no lo tengamos atrofiado) y de tu intuición. Si huele a metal o a papel es porque la cerveza se ha oxidado. Cuando esto sucede en la boca notarás el amargor más acentuado y amablemente comentaremos esa circunstancia que también es cosa de expertos separar el grano de la paja.
Segunda parte: El sabor
Trata de probar cada cerveza en su temperatura óptima de consumo. Por norma general las cervezas más claras se consumen más frías que las más oscuras. Puedes guiarte por las recomendaciones de cada cervecera, ellos conocen su producto mejor que nadie. Y aunque la diferencia es poca, unos grados pueden marcar el sabor en uno u otro sentido.
Escoge un recipiente adecuado,  hay copas y vasos más aptos que otros para el disfrute de la cerveza. Los que tienen la boca más estrecha suelen aguantar mejor la espuma y recoger los aromas.
Podrás encontrar estos y otros consejos cerveceros en la web de Ambar, que ya van sabiendo cosas del antiguo oficio de hacer cerveza.