Chamamé de Leonardo Oyola
CHAMAMÉ
LEONARDO OYOLA
LITERATURA RANDOM HOUSE
240 PÁGINAS
por Matías Sirolli
Una novela de ficción con acción, música, cinematografía y realidad cruda.
Si Kryptonita dio en el blanco con una poderosa arma, que Leonardo Oyola sacó de su caja de herramientas literarias para demostrar que es uno de los mejores escritores argentinos del momento; esta novela, publicada por primera vez en 2007, pero impresa por Literatura RandomHouse en mayo de 2017, será un cañonazo explosivo para los que disfrutan de las lecturas del autor nacido en el oeste del Gran Buenos Aires: abarcará muchos más recursos y aspectos de la vida que su conocida novela mostró con éxito.
El nombre de esta novela podría referirse tanto a una de las ubicaciones donde se desarrolla, como también por el uso de la música en toda la obra. El Chamamé es una manifestación cultural del litoral argentino, pero las canciones que emergen de la obra poco tienen que ver con este género. Tal vez el nexo del título se explique en las variaciones de instrumentos que usa el autor para contar la historia.
Oyola emplea un recurso muy divertido con el uso de la música y los sonidos. Lo realiza de manera efectiva: con un abanico de géneros musicales y bandas que van desde Miguel Mateos, Los Fabulosos Cadillacs, Los Pericos, Turf, Airbag y Shakira; hasta Queen, TheKnack, Jerry Lee Lewis, Creedence Clearwater Revival, Johnny Rivers ySmashingPumpkins, entre muchas otras. Algunas son interpretadas de forma hilarante por su amigo/enemigo Noé, alias El Pastor, que escucha a Dios que le habla en las canciones. Entre todo, se destacan los momentos ambientados por Bruce Springsteen, con su canción BrilliantDisguise y Guns n’ Roses, con SweetChild o’ Mine.
El personaje protagonista es Manuel –el Perro– Ovejero. Personaje entrañable y antihéroe, se hace querer por el lector luego de conocer sus relatos sobre su pasado, a pesar de que realice actividades ilegales y no sea todo un santo. A lo largo de la lectura se muestra poderoso frente a las adversidades de su vida. ¿Cómo sigue vivo después de todo lo que le pasó? ¿Cómo hará para lograrlo hasta el final de la obra? ¿Saldrá vivo de absolutamente todas? Esas dudas hacen que las ganas de leer el próximo capítulo sean, por momentos, incontrolables y la lectura sea fluida.
El protagonista describe a los otros personajes y al entorno de manera escasa pero efectiva. En una oración puede mostrar que el paisaje no es como lo imaginamos en el presente, sino que es un infierno, más similar a un mundo post apocalíptico al estilo Mad Max que a un Litoral o Interior como los que nos muestran nuestros ojos o las imágenes turísticas. La crítica se refirió a la obra como un gran guiño a las películas de western, pero algunas situaciones pueden recordarnos a clásicas películas de acción estadounidense que van más allá de ese género.
La acción es constante, cinematográfica y sentimental. Abundan flash backs al pasado; pero no son en vano, ya que nos pintan enteros los sentimientos, los lugares, las futuras actitudes y acciones de absolutamente todos los protagonistas.
Aunque la lucha parezca entre el bien y el mal, es una novela sin buenos ni malos, de malos con un lado bueno; sencillamente humanos… Un personaje criminal, rudo y vengativo puede ser humanizado por los recursos que emplea el autor. Las peleas son contra los enemigos, contra los amigos, y hasta el protagonista parece pelear contra sí mismo por momentos. En el fondo son personas que luchan por sobrevivir, aunque sus acciones sean crudas.
Es altamente recomendado ver el video “La canción que cada uno tiene dentro – Leonardo Oyola”, en Youtube, en una charla TEDX RÍO DE LA PLATA 2013, para entrar en contexto o como un bonustrack a Chamamé. Se pueden encontrar grandes guiños a esa obra como también la Voz de Oyola que, al igual que en su escritura, deleita y emociona.