Variaciones Postales de Kazimierz Brandys

Variaciones Postales
Kazimierz Brandys
Adriana Hidalgo Editora
Género: Novela
Páginas: 264

por Juliano Ortiz
Luego del duro período stalinista, en Polonia se gestó un largo debate intelectual en base a críticas que resultó un oasis fundamental para la defensa de la cultura y para el nacimiento de la libre expresión después de años de dictadura. En ese movimiento diverso y a veces caótico, Kazimierz Brandys fue de quienes, cuestionaron el valor de individuo dentro de su sistema de opiniones.
En esta novela compuesta por cartas realizadas por los integrantes masculinos de una familia a través de dos generaciones (la primera está fechada en 1770 y la última en 1970), además de la brillantez para mostrar los distintos niveles de educación y cultura que tienen los que escriben las cartas, se puede vislumbrar el contexto social que embarga a cada uno de ellos. Inteligente, sutil, con una prosa cargada de sentimientos naturales y simples, las distintas cartas navegan por un mar de relaciones ásperas, emotivas, ingenuas pero en donde prepondera la suerte y las consecuencias que va desatando ésta en la vida y en el camino que adoptan.
Desde el primero hasta el último escrito epistolar hay un lirismo no exceptuado de carga social.  Mientras cada uno de los integrantes de la familia Zabierski se cuentan sus proyectos y emprendimientos sobrevuela la posibilidad del derrumbe y de la desesperación atestiguada por palabras doloridas y en permanente estado de condenación. Hubert Zabierski a su hijo le escribe, “El tiempo lamerá tus heridas, Julek, las transformará en cicatrices, que ya no dolerán…” el tiempo como rumor de la historia que lava las marcas y tiene la quimérica eventualidad de torcer el destino. Un destino que se empeña en tatuarse a esa familia atrapada por un tiempo de persecuciones y miserias.
El estilo sugiere una reflexión. Brandys demuestra un oído excelente para recrear el lenguaje de las distintas generaciones en diálogos introspectivos. Realza –al concentrarlas– numerosas frases y palabras de difícil comprensión para el lector no habitué a la narrativa de Brandys. El escritor ha elegido una fusión estilística entre lo sucinto y lo detallado a través de los diferentes miembros de la familia.
Esta es la primera oportunidad en que Brandys es traducido al castellano, posibilitando apreciar la agudeza de un escritor contradictorio, incisivo, íntimo. En una entrevista, Brandys decía que el hombre depende de la situación en que lo han puesto los otros, y en éste libro nunca es más clara esa contingencia atravesada por circunstancias que llevan a los límites del sufrimiento y la locura. Los personajes miran a la muerte, el desarraigo, la soledad y se interrogan con frases poderosas como buscando una absolución en el otro que lee. Y ese otro, es casi como si fueran ellos mismos, su hijo, su padre, el retrato que se espeja en la distancia de una carta.
De su obra podemos referir los cuatro volúmenes de Entre guerras (1948-1951), Los ciudadanos (1954). En 1982 apareció Rondó, y en la década de los noventa publicó Recordado (1995) Zen (1995) y Sombras verdes (1996).
 

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