Crónicas 1 Memorias de Bob Dylan
Crónicas 1 Memorias
Bob Dylan
Malpaso Ediciones
281 páginas
por Juliano Ortiz
Es difícil leer a un músico premiado con el Nobel de Literatura siendo que su obra no es justamente de libros. Como lo es leer a un poeta sabiendo que en sí toda su obra poética son canciones. Como también alejarnos de ese corpus del artista para ceñirnos al escritor. Un escritor que anteriormente solo había publicado una novela de complejas estructuras como fue “Tarántula”, en donde de manera humana y simple, Dylan nos contaba sus viajes interminables, las chicas que conocía, las drogas, y todos los personajes que lo rodeaban.
En este libro, podemos ver a un Dylan más “preciso” y con una visión más personal y autocrítica. Si en aquel libro la escritura parecía a veces ser caótica y sin pausa, en éste, las reflexiones tienen un condimento más humano, más profundo. Hay un escritor en toda su dimensión de ser leído y apreciado.
En la primera parte, de forma salteada, Dylan describe su llegada a Nueva York, los miedos y sinsabores de ese tiempo surcado por los sueños y un pasado en donde su padre minimizaba su vocación artística. No ahorra detalles de sus encuentros con músicos con los cuales, poco a poco, comienza a relacionarse para hacerse un lugar en el ecléctico ambiente de los años ´60 neoyorkinos. Un Dylan ambicioso y tenaz impregna las páginas hasta conseguir su primer contrato para grabar.
El escritor avanza en sus recuerdos con una admirable justeza de momentos y pequeños hechos, y nos sitúa en los momentos de su primer disco, las emociones al conocer a los artistas que dominaban la escena local, sus constantes mudanzas, las peripecias que debe sortear para sobrevivir en un mundo agitado y en permanente evolución. “…por otro lado, al mismo tiempo uno piensa que la única verdad sobre la tierra es que no hay ninguna. Todo lo que uno dice, lo dice al voleo. Nunca hay tiempo para reflexionar…”, palabras que lo ubican en un lugar alejado de la cosmogonía donde la industria de la música eleva a los grandes músicos. Dylan marca territorio mientras se rodea en el Greenwich Village de gente que sueña sus mismos sueños.
Minnesota, Nueva Orleans y Nueva York se suceden en los recuerdos, como si hubieran sucedido al mismo tiempo, su niñez, sus ídolos, la adolescencia, la primera guitarra, el Impala en donde llegó desde su lugar natal, el joven que desde el lugar del público se veía arriba de los escenarios. El arte para contar de manera detallada la concepción de parte de sus canciones, como si fueran artilugios ineludibles de un artista destinado a convertirse en un ícono de la música popular mundial.
“Crónicas I” es un libro en el que sobrevuela el espíritu de “En el Camino”, la obra de Kerouac, que fue Biblia y manifiesto de la generación beat. El folk, se debía una celebración de este tipo, llana, sencilla, con las armas de la palabra directa y humana, con el sentimiento y la voz de un hombre que cuenta con intensidad y en ese paisaje nos va mostrando una parte fundamental de la historia americana.