'Antrobus', el humor incomparable de Lawrence Durrell
«Me gusta Antrobus. Realmente no podría decir por qué. Quizá porque se lo toma todo con una seriedad tremenda. Es asombroso: no cesa de susurrar, de chasquear la lengua, de poner cara de póquer, de fruncir los labios, de mostrar las palmas de las manos con el gesto de «¿Y usted qué hubiera hecho?».
La editorial Tusquets reedita Antrobus, libro del inolvidable escritor Lawrence Durrell, que a todos los efectos está catalogada como una obra maestra del humor inglés a costa de las vicisitudes del cuerpo diplomático británico. Antrobus es un rancio personaje de la vieja escuela, anticuado diplomático, de bombín y paraguas negro, toda una institución dentro del Foreing Office, que tan brillante e irónicamente ha sabido retratar Durrell. Las críticas fueron precisas: “Un libro desternillante y sutil, con espléndidas ilustraciones de los protagonistas debidas a Nicolas Bentley” (The Times); “Durrell muestra un ingenio a veces mordaz, a veces chispeante” (The Times Literary Supplement).
«Hemos servido juntos en varias capitales extranjeras; él como diplomático de carrera y yo como personal contratado, cosa que explica por qué él es ahora un acaudalado veterano mientras que yo soy un pobre escritor. Sin embargo, cada vez que voy a Londres me invita a comer en su club y hablamos del pasado, de esos días felices que pasábamos en las capitales extranjeras «mintiendo» por Inglaterra».
Antrobus, el protagonista de estos veinte relatos, es un inglés de la vieja escuela, y toda una institución dentro del Foreign Office. Anclado en el pasado, este anticuado diplomático ha estado destinado, durante treinta años, en Vulgaria [sic] y otros enclaves situados detrás del Telón de Acero. Aunque no pueda decirse que todas las desgracias que ocurren en las embajadas sean culpa del pobre Antrobus, lo cierto es que él, al igual que todo el cuerpo diplomático, anda siempre metido en dificultades. Jefes de misión, agregados militares, attachés de prensa, esposas de attachés y toda la pintoresca fauna que compone el Servicio Exterior desfilan por las páginas de este libro, complicando aún más las cosas. Y si finalmente consiguen salir airosos, no cabe la menor deuda de que se debe a, como dice nuestro protagonista, su constante y entrenada “firmeza ante la adversidad”.
«El ruido fue tremendo y todo el cuerpo diplomático lanzó al unísono un aullido de terror. Yo nunca había oído gritar así a los diplomáticos, ni he vuelto a oírlos. A causa del impacto, el vagón colgante perdió un montón de flores y querubines y los viajeros de los vagones posteriores recibieron una nevisca de astillas multicolores que los hizo gritar aún más. Todo terminó en un instante».
Lawrence Durrell (Jalandhar, India, 1912-Sommières, 1990) fue escritor, poeta y viajero. Estudió en el colegio de los jesuitas de Darjeeling y después fue enviado a la escuela Saint Edmund de Canterbury. Su primera obra, El libro negro, fue publicada en París en 1938 bajo el patrocinio de Henry Miller y Anaïs Nin; mereció el elogio de T.S. Eliot, quien le publicó su primer libro de poesía, Private country. En 1945 apareció el primero de sus libros sobre las islas, una guía de Corfú titulada La celda de Próspero. Le siguió Reflexiones sobre una Venus marina, que trata de Rodas. En 1957 ganó el premio Duff Cooper con Limones amargos, relato de la vida en Chipre. Posteriormente, los años vividos en Grecia le dieron tema para Las islas griegas. La estancia de Durrell en Egipto durante la guerra le permitió gestar su obra maestra El cuarteto de Alejandría (Justine, Balthazar, Mountolive y Clea), que terminó en el sur de Francia donde se instaló de modo permanente en 1957. Entre el Cuarteto y El quinteto de Aviñón (1984-1985), escribió Tunc y Nunquam, unidas bajo el título de La rebelión de Afrodita.
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Antrobus. Lawrence Durrell. Editorial Tusquets. 184 páginas. 17,50 €
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