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Rompiendo con todo: el hip hop más puntero se reúne en Londres

Por Eloy Palazón
 

Allá por los años 70, en plena crisis internacional del petróleo, en barrios marginales de la siempre brillante Nueva York, como el Bronx o Harlem, surgió uno de los movimientos artísticos más importantes de la segunda mitad del siglo XX: el hip hop. Los jóvenes afroamericanos y latinos generaron un movimiento que hundía sus raíces en la protesta política y reivindicaba formas de expresión específicas de esas comunidades. Cuatro son los pilares en los que se asienta el hip hop: el aspecto visual, plástico, en los grafitis; el vocal en el rap; el musical en el DJing, y el dancístico en el break dance (bboys y bgirls).

Mucho ha pasado desde entonces y actualmente el hip hop ha pasado de ser una expresión de marginados sociales y políticos para estar en el primer plano artístico mundial. Una de las modas más recientes dentro de la música, por ejemplo, es intercalar secciones rapeadas en canciones pop. Y el grafiti no sólo es promocionado por las instituciones, sino que es común que tiendas y otros establecimientos comerciales lo utilicen como reclamo estético.

DC Vortex (France)

Hace pocas semanas (del 29 de abril al 1 de mayo), el Sadler’s Wells de Londres, que normalmente acoge danza contemporánea o ballet, se transformó completamente y acogió, como cada año, el festival Breakin’ convention. Un festival que intenta reunir a todas las disciplinas que integran el hip hop pero que sin duda se centra en la parte dancística, en el breaking dance. Dos días y múltiples escenarios, mucha danza y también fondo político. Jonzi D es quien, desde 2004, lleva adelante el festival y consigue reunir a las figuras más punteras del panorama internacional en este campo. En el texto de bienvenida, Jonzi D lo deja claro: “Paz, amor y unidad es donde te llevamos. Ellos construyen muros que los b-boys destrozarán. Ellos usan el odio para incrementar la tensión. ¡Empecemos a romper convenciones!”.

En el escenario pequeño de la sala del Studio Theatre se pudieron ver jams de improvisación a cargo de Antoinette Gomis, Storyboard P, Pocket, Redo y Jabulani, que bailaban acompañados de DJ Psykhomantus, Jason Yarde al saxofón y Hobbit rapeando. Una vez más se demostró que Reino Unido piensa de forma inclusiva cuando programa a sus bailarines y no todos obedecen a un canon normativo en cuanto tipologías de cuerpo. Es algo que España debería ir aprendiendo.

Black Sheep (France)

La selección para el escenario principal atrajo a artistas de América, Asia, África y Europa, siendo los británicos mayoría. Desde la danza más centrada en cuestiones de flexibilidad, como la de Cheerito, de Rusia, o Soweto Skeleton Movers, de Sudáfrica, a la fusión con otros estilos, como con el Vogue en The Purple Jigsaw, de Houston Dance Collective (ingleses). La selección buscaba un amplio espectro de prácticas dentro del hip hop y eso se consiguió con creces.

Aparte de la danza, el grafiti estuvo presente con artistas provenientes de Sudáfrica (Breeze), Portugal (MrDheo) y Reino Unido (Lovepusher y Trik09), además de talleres sobre breaking, popping, fitness, waacking, locking (estos dos últimos estilos de baile donde los movimientos son exagerados, tienen puntos de concomitancia con el voguing)…

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