"Volver a casa"

Volver a casa

Yaa Gyasi

Traducción: Maia Figueroa Evans

Salamandra

Barcelona, 2017

384 páginas

Del Castillo de Costa del Cabo en Ghana, donde se hacinaban miles de africanos antes de ser vendidos como esclavos, hasta las minas en las que tras la Guerra de Secesión en Estados Unidos los negros cumplían condenas, por delitos atribuidos al antojo del amo, y sotenían con su sudor la economía del sur.

De las calles de Harlem a las aldeas subsaharianas; de la epidemia del crack en el Nueva York de los ochenta, al nacimiento del movimiento de independencia en la Costa del Oro; la escritora Yaa Gyasi (Ghana, 1989) recorre casi tres siglos de historia y miles de kilómetros en su primera novela, Volver a casa.

Inmigrante de primera generación, Gyasi nació en Ghana en 1989 y emigró a EE UU con su familia a los dos años. En 2009 obtuvo una beca para viajar al país africano e investigar para un libro. Estaba a punto de cumplir 20 años y la visita que hizo a un viejo castillo determinó el rumbo de su novela. Allí le contaron que los ingleses, que controlaban el tráfico de esclavos, a menudo se casaban con lugareñas en nupcias que, según describe el libro, tenían mucho de antojo y todo el capricho a necesidad del blanco. Allí se planteó escribir dos historias paralelas, una de alguien casada con un británico y que vivía en la parte alta del castillo, y otra que vivía en las mazmorras, sobre un suelo con más mierda que arena.

La maldición que recorre la saga familiar que ha construido en Volver a casa tiene por momentos un eco lejano a Cien años de soledad. De hecho, se abre el libro con el doble árbol genealógico de las protagonistas. La libertad para jugar dentro de la novela, no está exenta de cierto espíritu naif, tal vez en homenaje a la ingenuidad del africano en comparación con una civilización que ya había desarrollado todas las forma de maldad, incluida la esclavitud.

En su libro la historia de la descendencia de las dos mujeres ghanesas, fatalmente unidas, se estructura en torno a una docena de personajes. Cada uno protagoniza un capítulo con un telón de fondo histórico distinto, arrastrando la maldición original y empujando la novela hasta el año 2000. “Armé un árbol de familia, e incluí fechas y un acontecimiento de cada periodo, como las leyes Jim Crow de segregación o la etapa de la reconstrucción tras la Guerra”, explica en una entrevista a El País. Fuera quedaron trágicos hitos como el asesinato de Martin Luther King. Una decisión plenamente consciente. “Quería que tratar la vida íntima, hablar de dos familias distintas, y no ofrecer una lección de historia de los afroamericanos”, aclara.

En Volver a casa se mueve entre Ghana y EE UU, en un vaivén que conecta o reúne agua y aceite, en función del momento y de los personajes, dos mundos, dos culturas. “Pensaba mucho en esto de niña. Veía que mis padres tenían una relación muy distinta con EE UU de la que yo tenía. La inmigración en este país es más complicada si eres negro porque hay normas sobre la raza, hay una herencia. Vivir en un lugar que arrastra un legado de trata de esclavos define una cultura. Yo no podía realmente identificarme con aquello, resultaba complicado construirse una identidad”, recuerda en la misma entrevista.

El premiado debut literario de esta alumna del prestigioso taller de escritores de Iowa, vino precedido de una millonaria puja entre casas editoriales y fue saludado con muy buenas críticas. Yaa Gyasi también fue seleccionada como uno de los cinco autores menores de 35 por el National Book Award y recibió el premio de la crítica. “Las pujas tan altas crean una situación peculiar que puede funcionar en tu contra. Llama mucha la atención, pero esto puede ser negativo. Yo estoy agradecida”, apunta.

Fuente parcial: El País

Primera novela de la escritora estadounidense de origen ghanés Yaa Gyasi, la trama de esta cautivante historia de hondo calado humano se desarrolla en la costa suroccidental de África —la actual República de Ghana— y en Norteamérica desde el siglo XVIII hasta la presente. Hijas de una misma madre y de padres pertenecientes a dos etnias distintas, Effia y Esi son dos hermanas de sangre que nunca llegarán a conocerse. Sus caminos están irremediablemente destinados a separarse: así, mientras Effia es obligada a casarse con un gobernador inglés y a residir en una fortaleza junto a la costa, Esi es capturada y enviada como esclava al sur de Estados Unidos. La narración va trazando, pues, el devenir de las dos ramas de la familia, protagonistas de conmovedoras historias de aflicción, esperanza y superación en el marco de una serie de relevantes acontecimientos históricos: las guerras tribales, el negocio del cacao, la llegada de los misioneros, la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, la Gran Migración Negra, la lucha por los derechos civiles y el renacimiento de Harlem en los años veinte, hasta llegar a la epidemia de heroína de los setenta.

Recibida con entusiasmo desbordante en Norteamérica, Inglaterra y Francia, la crítica especializada de ambos lados del Atlántico celebró la llegada de una voz nueva, límpida y potente, dotada de un especial talento para acercar al lector el microcosmos de los sentimientos más íntimos del individuo en su desigual lucha ante la aplastante fuerza de la Historia. Una lectura apasionante, diríamos irrenunciable, que sirve de carta de presentación de una nueva generación de autores de origen africano que, sin duda, dejada huella en la literatura de este siglo.

Yaa Gyasi (Mampong, Ghana, 1989) se trasladó a Estados Unidos con sus padres y dos hermanos cuando contaba dos años. Tras varios cambios de residencia (Ohio, Illinois, Tennessee), la familia finalmente se estableció en Huntsville (Alabama). En 2009, mientras Yaa estudiaba Literatura en la Universidad de Stanford, obtuvo una beca de investigación y regresó durante unos meses a su país de origen. Volver a casa, su primera novela, se gestó durante ese viaje. Gyasi concluyó la redacción de la obra —nominada al prestigioso Premio Dylan Thomas— en el taller de escritura creativa de la Universidad de Iowa. En la actuali- dad vive en Berkeley (California).

«Hay libros buenos, libros hermosos y luego están los grandes libros. Hay libros que emocionan y educan, y luego están los que son menos habituales, los valiosos, los que tienen la fuerza de cambiar nuestra forma de entender la complejidad de este mundo extraño. Volver a casa, la primera novela de Yaa Gyasi, pertenece a esa segunda categoría.» Lire
«Trazar tres siglos en cuatrocientas páginas era una apuesta arriesgada y podría haber terminado en una novela didáctica o insulsa. Pero no ha sido así: Gyasi ha logrado esta proeza gracias a una inteligente combinación de política e intimismo, historia y magia, y a unas imágenes con un gran poder evocador. […] Volver a casa cuestiona la arbitrariedad de nuestras vidas, la pérdida de los orígenes, el olvido. Y plantea lo que realmente importa: ¿cómo sigue uno adelante cuando no sabe de dónde viene?» Le Monde
«La esclavitud es una herida abierta: nunca sanará. Y como tal, ha proporcionado una reserva inagotable de material para narradores, un pozo sin fondo de giros trágicos, traiciones épicas, trascendencias inesperadas y secretos desconocidos. […] En ese mismo pozo de agua turbia se ha sumergido Yaa Gyasi, escritora novel de origen ghanés-americano, para crear Volver a casa, un retrato valiente del papel que desempeñó África occidental en el comercio transatlántico de personas.» The Guardian
«Necesitaba leer un libro como éste para recordar de lo que uno es capaz. Y necesitaba recordar qué ocurre cuando una imaginación literaria especialmente dotada se topa con una tarea épica. Volver a casa es una fuente de inspiración.» Ta-Nehisi Coates, autor de Entre el mundo y yo
http://tanaltoelsilencio.blogspot.com.es/
https://www.culturamas.es/blog/2017/03/09/luz-en-las-grietas-de-ricardo-martinez-llorca/
 

2 thoughts on “"Volver a casa"

  • Pingback: Bitacoras.com

  • el 9 septiembre, 2019 a las 6:09 pm
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    Si es un libro lleno de sentimientos y emociones,es lo que una obra de arte despierta cuando es buena.Se que no es una telenovela,pero me hubiera gustado que las personas de esta novela se hubieran conocido,sobre todo las dos hermanas. Felicidades a la autora por abarcar cientos de años en esta historia.

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