Jane Eyre nadando en el mar de los Sagarzos
Por Sonia Rico.
En la literatura, en el cine, e incluso en algunas series de televisión podemos encontrar precuelas. Escribir “sobre qué paso antes de” es algo que ha estimulado los cerebros de muchos escritores y pore so hoy quiero comentaros un ejemplo interesante de uno de los libros más famosos de la historia de la literatura.
Se trata de “Jane Eyre” escrito por Charlotte Brönte y publicado en 1847. De la autora poco puedo decir que no se haya dicho ya Era la mayor de las tres hermanas Brönte y gracias a esta novela publicada bajo el pseudónimo de Curren Bell logró convertirse en una de las escritoras más famosas del s.XX.
En esta novela Jane Eyre es una niña huérfana que ha sido educada en un orfanato. Allí la situación que ha vivido ha sido muy precaria, sin embargo, la niña da muestras de ganas de aprender y curiosidad y esto hace su infancia más llevadera. Cuando cumple los 18 años tiene que abandonar el orfanato y comienza a trabajar como institutriz en Thornfield Hall. Una vez en esta casa Jane empieza a fijarse y acaba enamorándose de su “jefe”, el señor Rochester, aunque sabe que este se ha prometido con una mujer llamada Blanche. Este enlace inminente sumado a que llevan a la niña que tiene a su cuidado a un colegio, hacen que el señor Rochester le ofrezca un trabajo en Irlanda. Llegado a este punto álgido Jane le abre su corazón y le cuenta todo lo que siente por él y es entonces cuando Rochester se decide a mostrarle su amor también y le propone matrimonio.
Durante la boda entre Jane y Rochester se hace patente un escándalo ya que se afirma que Rochester ya está casado. Eyre se marcha ante la gravedad de esta acusación. En esta situación la acoge un sacerdote y acaba trabajando como maestra junto a él. Con el paso de los meses éste le pide que le acompañe a la India y que se case con él.
Parece que Eyre, que ha estado todo ese tiempo atormentada, escucha la voz de Rochester y vuelve a Thornfield donde se encontrará con la gran sorpresa de la casa en ruinas ya que su esposa, aquejada de una enfermedad mental durante años, le prendió fuego. Allí se reencuentra con Rochester que ha quedado ciego tras ese incendio y ambos deciden casarse. Más adelante el recuperar´s la vista y ambos tienen un hijo.
Hasta aquí toda la historia, o bien porque hemos leído el libro, o bien porque hemos visto algunas de las adaptaciones con las que ha sido llevada al cine, nos es familiar. Y un sentimiento común es lamentarse por el pobre Rochester y no solo por la desgraciada Jane. Sabemos que el hombre ha soportado durante años la carga de una esposa con problemas mentales, que se ha tenido que hacer cargo de ella, sin saber apenas cómo manejar el problema y lo consideramos una víctima de una situación triste para todos pero especialmente para él. Sin embargo, lo que nos propone la autora del siguiente libro es desmitificar a este mártir y hacerlo caer a los pies de los lectores, como vemos en “ Ancho mar de los Sargazos” (1966) donde se nos cuenta la historia de su mujer, la loca del ático, de cómo la conoció y lo que sucedió entre ambos.
La autora, Jean Rhys, bastante osada en su tiempo para como para atreverse a dar un mazazo en la reputación del hasta ahora amado Rochester, nos cuenta tomando como base Jane Eyre, la historia de la primera mujer de Rochester, la cual está encerrada en el ático de Thornfield Hall.
El libro está compuesto por tres partes. La primera narrada por Antoinette Cosway, que da cuenta de su infancia en primera persona, antes de casarse en Jamaica. La segunda es narrada por el propio Rochester sobre la luna de miel con Antoinette y el enloquecimiento de ésta, y la tercera es narrada de nuevo por Antoinette cuado ya está en Thornfield, ella ha perdido la razón y no sabe dónde está.
Esta novela causó mucho revuelo cuando se publicó porque trataba un tema muy espinoso en aquella época ya que transcurre cuando sucedió la Ley de emancipación de esclavos. Los padres de Antoinette en Jamaica habían sido esclavistas y se enfrentan al odio de la sociedad, a la pobreza y al ostracismo. Vemos como se discrimina a los blancos pobres, a los blancos que compartían con los negros y nos hace un buen retrato de lo que debía de ser la Jamaica de aquella época, y que la autora conocía bien, ya que se crió allí.
El caso es que la madre de Antoinette se vuelve a casar, esta vez con el señor Mason y cuando éste fallece le deja a la hija la mitad de su herencia. Y aquí es cuando aparecerá el señor Rochester ya que al segundo hijo de su padre se interesa por un matrimonio con Antoinette para así poder apoderarse de su herencia.
Aquí vemos a un Rochester muy distinto a como nos lo habíamos imaginado hasta ahora (en Jane Eyre) ya que durante la luna de miel parece un hombre impaciente, egoísta, que no ama a su mujer y que incluso la engaña una noche con una de las sirvientas.
Finalmente, Antoinette que hasta ahora se nos ha presentado como una mujer misteriosa a la que Rochester intenta moldear a toda costa, acaba enloquecida y su marido la confina, una vez ya en Inglaterra al ciudado de una mujer en el ático de Thornfiled Hall, hasta que acaba provocando un accidente.
Esta novela desenmascara al Rochester idolatrado por muchas mujeres hasta que Jean Rhys tuvo el valor de cruzar la puerta, de darle vida y contarnos “ su verdadera historia”. De alguna manera la autota trata de hacerle justicia poética a la pobre Antoinette, hasta ahora detestada por los lectores.
Los más románticos pueden elegir quedarse solo con Jane Eyre pero yo os recomiendo que no os perdáis esta segunda novela porque el halo de misterio, las potentes imágenes de Jamaica, la naturaleza y el peligro en el ambiente os dejarán sin aliento.