Veinte años de arte
Por Julia Mª Carvajal
El Museo Guggenheim de Bilbao cumple veinte años. El balance no puede ser más positivo, los más prestigiosos artistas, reconocidos a nivel internacional, han ocupado sus salas con obras representativas y emblemáticas, las instituciones, las grandes empresas con su apoyo, y el número de visitantes de todas partes del mundo, que ha superado las mejores previsiones, avalan su trayectoria. Este año 2017, para celebrar la efeméride, se han programado varias exposiciones, la primera de ellas se inauguró el pasado mes Febrero con la muestra, “Expresionismo abstracto”, movimiento artístico ecléctico, surgido de dos estilos tan opuestos como son el Expresionismo alemán y la Abstracción europea.
El Expresionismo Abstracto fue transcendental en la evolución del arte del siglo veinte. En una época marcada por la Segunda Guerra Mundial, un grupo de artistas rompieron con las convenciones establecidas para inaugurar una nueva etapa en la pintura, este fue el resultado de la experiencia común de una serie de creadores, que vivieron en Nueva York en la década de los cuarenta del siglo pasado, entre ellos había norteamericanos Pollock, Still, Motherwell, Newman, y refugiados políticos europeos que llegaron clandestinamente a Estados Unidos, como De Kooning que viajó escondido en un barco desde Roterdam, su ciudad natal, o Rothko que se vio obligado a huir por su condición de judío, desde su país Letonia, cada uno de ellos tenía un estilo propio y una absoluta libertad creativa, todos conocieron la gloria, aunque algunos tuvieran un trágico final, Jackson Pollock y David Smith murieron en un accidente de tráfico, Rothko y Gorky se suicidaron, Kline fue víctima del alcohol. Sin embargo De Kooning, que siempre pensó que no sería bueno formar un grupo y mucho menos adscribirse a una escuela pictórica, cuando murió en 1997 era el pintor vivo más cotizado. Las dimensiones de las obras adquieren una gran importancia, a algunos de los artistas les influyó su experiencia en la pintura de murales para el Federal Art Project, un programa que apoyaba a los artistas, y financiaba proyectos que defendieran el espíritu americano y sus valores, otros admiraban a los muralistas mexicanos y a Picasso por su emblemático e inmenso “Gernika”, comenzaron a pintar en lienzos enormes para impactar al espectador, invitándole al encuentro con el artista, este último expresa sus emociones y transmite la sensación de estar presente en la obra, mientras que la percepción del que la contempla es el elemento final de esta.
Dentro del Expresionismo Abstracto se pueden distinguir dos líneas generales la “pintura de acción” (action painting) representada principalmente por Jackson Pollock, consiste en verter y salpicar pintura desde todas las direcciones, incluso con el cuadro tumbado en el suelo, y se caracteriza por considerar la pintura como un acto de creación dinámico, también la practicaron Willem de Kooning y Franz Kline, y la “pintura de campos de color”, en la que sobre grandes superficies aparecen los colores de manera más plana, cuyo máximo exponente es Mark Rothko, aunque asimismo la desarrollaron Clyfford Still y Barnett Newman.
El Museo Guggenheim Bilbao presenta una magna exposición, la primera sobre expresionismo abstracto que tiene lugar en Europa desde hace casi sesenta años, está compuesta por más de ciento treinta pinturas, esculturas y fotografías, procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, en la muestra se dan cita obras maestras de los más aclamados artistas vinculados a este movimiento, además de los ya citados, Jackson Pollock, con “Mural 1943”,obra de grandes dimensiones encargada por Peggy Guggenheim, clave en la producción del artista no solo por su tamaño, sino por violenta energía de la pincelada y la sugerencia de formas dentro de la abstracción, (el propio Pollock manifestó que en realidad el tema era una estampida en la que se adivinan todo tipo de animales huyendo despavoridos), Clyfford Still, con “PH-950”, que no es un titulo, pues nunca titulaba sus obras para no dar información acerca de ellas y obligar a pensar a quien la mira, este cuadro es un ejemplo de como desarrolla su pintura en grandes superficies, aplicando con la espátula varias capas de color, consigue el efecto de unas llamaradas anaranjadas elevándose hacia un abismo negro, Willen de Kooning, con “Women in forest”, perteneciente a su época de mayor creatividad en la que emplea espesos trazos de óleo, intensas pinceladas, cuyo tema es la mujer, a través de la que expresa la importancia del hecho creativo por encima del resultado final, y Mark Rotko, con “Yellow band” de su serie en la que compone campos de color, para hacer sentir al espectador una experiencia mística, se pueden contemplar trabajos de Robert Motherwell, Barnet Newman Arshile Gorky, Philip Guston, Franz Kline, Aaron Siskind, y David Smith, así como de algunas de las artistas más destacadas en este estilo, a quienes el Guggenheim Bilbao no ha olvidado, como si ha ocurrido en otras exposiciones dedicadas al expresionismo abstracto, exhibiendo obras de Helen Frankenthaler, con su obra más reconocida “Mountains and Sea” en la que por el procedimiento de pintar directamente sobre el lienzo sin prepararlo para que absorba los colores, aunque utiliza óleo el efecto es de acuarela, de Joan Mitchell, con “Mandres” que es una explosión de color donde se percibe su adoración por Matisse, (“si pudiera pintar como Matisse estaría en el cielo”, llegó a afirmar) y Lee Krasner, injustamente más recordada por ser la mujer de Jackson Pollock que por sus propios méritos artísticos, que con “The eye is the first circle” atrapa al espectador en un juego sensual e hipnótico.
Tampoco se debe omitir, el transcendental papel que tuvieron otras dos mujeres en la difusión del expresionismo abstracto, y en el éxito de los artistas que formaron parte de este movimiento, Peggy Guggenheim y Betty Parsons, galeristas, mecenas, que con una visión diferente del mercado del arte, desde el diseño de sus espacios expositivos hasta los acuerdos con los artistas a quienes siempre protegieron, supusieron un antes y un después en la relación de los artistas con sus expositores y marchantes.
El rigor con el que se ha llevado a cabo la selección de los contenidos en esta muestra, pone de manifiesto que el Expresionismo Abstracto fue un fenómeno de múltiples características, y que no estuvo centrado exclusivamente en la ciudad de Nueva York, aunque la convirtiera en la capital mundial del Arte en aquellos años, sino que pintores de la Costa Oeste como Sam Francis, Mark Tobey y Minor White, también formaron parte de esta corriente artística.