"Orlando", de Virginia Woolf: mágica experiencia teatral
Por Horacio Otheguy Riveira
Katelijne Damen adapta al teatro la novela de Virginia Woolf, y asume a la propia escritora interpretándola en escena como narradora principal de su historia, también diseña el extraño vestuario blanco en varias capas de tela que le permiten acabar la función en combinación.
Su decisión como autora de la versión no puede ser más acertada. Escoge la esencia de la única obra de la escritora en la que se permitió sublimar, extasiada, la intensa felicidad que llegó a disfrutar en la realidad: gozar de las peculiaridades amorosas de los dos sexos sin dejar de ser ella misma.
Así, Orlando en los Teatros del Canal sólo hasta el 5 de febrero, reposa en la melodiosa voz de una intérprete formidable en el marco de una puesta en escena desarrollada como una ópera sutil en un montaje audiovisual sin la menor estridencia. Los ricos matices del relato permiten un pleno disfrute porque quien nos habla es biógrafa y biografiado/biografiada, una dualidad que encaja con precisión en la propia naturaleza.
Actriz y director conspiran felizmente para redescubrir el inmenso placer del antiguo relato oral: una mujer nos cuenta una historia, y a través de sus gestos, su prodigiosa voz, y las tonalidades espaciales que la acompañan nos trasladamos a la fabulosa historia de un niño que se convierte en un hermoso joven que conoce el amor como un hechizo, hasta que sin motivo aparente despierta de un largo sueño transformado en mujer que a su vez conocerá el ardiente amor de un hombre. En el trayecto, un mundo bucólico atravesado de vagas aventuras y escasos peligros por los que Orlando vive 300 años hasta que se acuesta a dormir el sueño eterno cuando su autora decide terminar de escribir la novela.
La inglesa Virginia Woolf murió en 1941 a la edad de 59 años. Durante gran parte de su vida padeció de fuertes estados depresivos para los que entonces no había tratamientos eficaces. Hoy se considera que era bipolar. Antes de sumergirse en un río con los bolsillos cargados de piedras escribió una nota a su marido:
Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme (…) Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que debo toda la felicidad de mi vida a ti. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo —todo el mundo lo sabe. Si alguien podía haberme salvado habrías sido tú. Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas pudieran ser más felices que lo que hemos sido tú y yo. (wikipedia.org)
Además de la literatura habían tenido en común el vivir plenamente su bisexualidad sin fisuras en su relación matrimonial.
La novela fue escrita para su amante Vita Sackville-West, también casada, logrando que la común pasión por los jardines y la literatura les permitiera sobrevolar los límites de la vida social y ser, como Orlando, seres voluptuosos y justos, buenas personas que sin dejar de ser puras y nobles eran capaces de disfrutar de las bondades y debilidades del otro sexo.
Sin el menor apunte dramático de la amarga enfermedad de la escritora, esta versión teatral belga, hablada en neerlandés (con sobretítulos en español) es muy fiel al objetivo poético del texto. El director Guy Cassiers realizó un hermoso trabajo, con detalles de escenografía, música y proyecciones visuales que acompañan acariciando el texto y envolviéndonos en una atmósfera deliciosa. Tarea cumplida de manera sobresaliente, fiel al objetivo que se marcó:
Se trata de un canto a la supervivencia. Como hombre y también como mujer, Orlando está comprometido con la escritura de un poema. Es un/una artista. En realidad estamos ante una novela de aprendizaje: vemos crecer a Orlando hasta la madurez aunque le lleve siglos. En este sentido, también es una oda al arte y a la imaginación que trasciende el realismo. Después de mis últimos espectáculos en los que el énfasis principal estaba en las debilidades y en las deficiencias del ser humano, Orlando es un canto a la humanidad. Necesitaba hacer una obra de la que la gente saliese feliz.
XXXIV Festival de Otoño a Primavera.
Teatros del Canal. Sala Verde. Del 2 al 5 de febrero de 2017.
Encuentro con el público de Katelijne Damen: sabado 4 de febrero al terminar la función. Entrada libre hasta completar aforo.
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