El Perdón y la furia. Un cómic en el Museo del Prado

Por Nicola Stefano Zurlo

No sucede todos los días que se presenta un cómic en el Museo del Prado. Las maravillosas pinturas de Ticio e Ixión dominan las páginas de Altarriba y Koke, los autores del cómic “El Perdón y la furia “un art-thriller que se desarrolla siguiendo los pasos de Ribera. Presentado el 17 de enero, justo a tiempo para la exposición “Ribera. Maestro de dibujo “que celebra la primera publicación de un catálogo razonado integral de los dibujos del famoso pintor.

El cómic, así, entra en la catedral del arte clásico y, de la misma manera, afirmando su estatus como el noveno arte, al igual que con la mayoría de sus nobles hermanos.

“Falta Sísifo…también falta Tántalo”. Éstas son las primeras frases pronunciadas por Osvaldo González Sanmartín, profesor de la Universidad de Salamanca, el protagonista del cómic con la obsesión de reproducir las obras dispersas de la famosa serie de Ribera. En páginas, con gran maestría ilustradas por Koke, asistimos al tormento de un hombre, un artista, que sacrifica todo en el altar del arte, así inmerso en la obra de Ribera como para ser poseído hasta el martirio.

El cómic consta de 60 páginas en negro, blanco y rojo. El color rojo de la sangre, la pasión, es una constante que acompaña al protagonista de la obra, así como la presencia de los cuadros de Ribera que admiramos, impresos a una resolución óptima en varias páginas del cómic.

En el interior de la trama, hábilmente trazada por Antonio Altarriba, tenemos la ocasión de encontrar notas históricas en relación a la vida de Ribera, su estancia en Nápoles y naturalmente la historia de la elaboración de estas cuatro telas que consiguen encerrar en sí mismas el horror, la violencia, pero también una extraordinaria belleza y perfección estética de la obra pictórica.

Arte, esoterismo y misterio se mezclan en esta publicación encargada y editada por el Museo del Prado, demostrando que una institución histórica y prestigiosa como es el museo madrileño es capaz de estar acorde con los tiempos, incluso con aquellos más contemporáneos.