Tras casi 20 años, 'El Salvaje', nuevo trabajo de Guillermo Arriaga
«Desde niño nadie me había visto llorar y ahora la mujer que amaba veía que no podía detenerme. Quería tragarme mis lágrimas, esconderlas, aplastarlas. Yo nunca lloraba».
Casi dos décadas después de su última novela, El búfalo de la noche (1999) el mexicano Guillermo Arriaga regresa al género con El Salvaje (Editorial Alfaguara), su obra no sólo más voluminosa, sino también más ambiciosa, personal y lograda. Una novela río que confirma sin ambages al celebrado guionista de Amores perros como una de las voces más poderosas y originales de la nueva narrativa latinoamericana. Una historia en la que se dan cita todos los grandes temas del particular universo narrativo de Arraiga: la omnipresente presencia de la muerte y el irrefrenable impulso de la vida que se impone siempre a ella, los hermanos enfrentados, el mundo animal, la venganza y la justicia, las pasiones, los celos y el amor, para conformar una obra arrolladora, conmovedora y profunda.
«Pagué y salí del café de chinos, enardecido. Era ya de noche y pocos carros transitaban por el centro. Tomé el libro, le arranqué varias hojas y lo arrojé al arroyo. A la mierda Rosenthal y su perdón. También a la mierda la justicia. En este país corrupto e impune solo cabía la venganza, y yo me iba a vengar».
Juan Guillermo tiene 17 años y ha perdido a toda su familia. Primero le arrebataron, cuando tenía 14, a Carlos, su hermano mayor, asesinado por “los buenos muchachos”, un grupo de fanáticos religiosos de ultra derecha, protegidos por los poderosos y en complicidad para hacer de las suyas con Zurita, el corrupto comandante de la policía judicial que señorea en el barrio obrero de Colonia Modelo, del México DF. Luego su abuela murió de pena una noche, frente al televisor encendido. Tres años después sus padres se desbarrancaron con el coche, quién sabe si adrede al no poder superar la pérdida, en una suave curva de carretera de montaña. Anegado por el lodazal de tanta muerte, Juan Guillermo se debate entre vengarse de Humberto, el líder de los jóvenes fanáticos que originó la negra inundación, o dejarse arrastrar por la corriente hacia el vórtice de su propia autodestrucción. Sólo el amor de Chelo, una muchacha algo promiscua y desprejuiciada pocos años mayor que él, tal vez pueda salvarlo. O quizá Colmillo, la imposible mascota, por salvaje e indomable, de unos vecinos que Juan Guillermo rescata de ser sacrificada y con suyo espíritu misteriosamente se identifica.
En segundo plano, otra trama corre en paralelo a la historia de Juan Guillermo. La de Amaruq, un cazador inuit en los remotos bosques y planicies nevadas del Yukón, en el Canadá. Obsesionado por un gran lobo gris al que bautiza en su lengua Nujuaqtutuq (El salvaje), Amaruq le da caza sin tregua, aguijoneado por el espíritu de su abuelo que lo asiste. Y tras el rastro de su jauría se interna, asediado por sus propios fantasmas, en el inhóspito norte helado, en una temeraria travesía que sin duda lo conducirá a las profundidades de la locura y la muerte.
«A las dos semanas por fin encontró indicios en la nieve. Huellas de quince lobos. Amaruq determinó por el tamaño de la pisada que debían ser nueve hembras, tres machos jóvenes, dos adultos y el gran lobo gris, el macho alfa. Durante cinco días Amaruq siguió el rastro. El gran lobo los guiaba hacia lo más denso de los bosques».
Y con la fuerza de un torrentoso río de montaña, ambas historias en espejo, la de Amaruq y el gran lobo gris y la de Juan Guillermo y Colmillo, que en apariencia no tienen nada que ver, se irán poco a poco entrecruzando hasta convertirse en un solo cauce. Un río indómito que surca América del Norte, desde el México DF a finales de los años 60 para desembocar en el remoto y helado Yukón a comienzos de los 70, y en cuya corriente los extremos más opuestos: el hombre y el lobo, la libertad y el cautiverio, la venganza y el perdón, el amor y el odio, el instinto de supervivencia y la sed de destrucción, la vida y la muerte, no sólo se identifican, sino que tal vez sean la misma cosa.
Guillermo Arriaga ha publicado las novelas Escuadrón Guillotina (1991), Un dulce olor a muerte (1994), El búfalo de la noche (1999) y la colección de cuentos Retorno 201. Su obra ha sido traducida a dieciocho idiomas. Los derechos de El salvaje han sido vendidos a numerosos países en la pasada Feria de Frankfurt. Escribió las películas Amores perros, 21 gramos y Babel, que forman una trilogía que apostó por la narrativa no lineal y que reflexiona sobre el peso de la vida por encima de la muerte. Escribió además Los tres entierros de Melquiades Estrada. En el 2008 presentó su ópera prima como director: The Burning Plain. Recientemente produjo y coescribió la historia de Desde allá, primera película iberoamericana en ganar el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia.
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El Salvaje. Guillermo Arriaga. Editorial Alfaguara, 2017. 704 páginas. 21,90 €
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