Xavier Güell vuelve al panorama narrativo con 'Los prisioneros del paraíso'
«Alguien grita desde el fondo del vagón. Es un grito de angustia que asusta a los demás. Los gritos de angustia son largos: empiezan débiles, imperceptibles, y poco a poco van creciendo hasta convertirse en aullidos del alma, provocados por el miedo incontrolado ante la sospecha de una muerte próxima. A este primer grito lo siguen otros iguales que se extienden y retumban por todo el recinto».
Tras el éxito alcanzado en 2015 con su primer libro, La música de la memoria, que sedujo a miles de lectores con su narración en primera persona de la vida y la obra de siete grandes genios de la música (Beethoven, Schubert, Schumann, Brahms, Liszt, Wagner y Mahler), vuelve a las librerías el músico y director de orquesta Xavier Güell. Lo hace a mediados de este mes con un título verdaderamente sugerente y prometedor, Los prisioneros del paraíso (Editorial Galaxia Gutenberg), un fresco sobre la lucha del arte contra la barbarie, sobre el dolor y la superación, un bello homenaje a la música cuando ésta alcanza el límite de la sensibilidad humana. Una historia de amor profunda y apasionada, como solo se vive cuando cada día puede ser el último.
«Un grupo de militares de las SS conduce a un pelotón de prisioneros. Los alumbran con sus linternas. Nieva. Una luna rojiza, muy hermosa, refleja los copos que caen del cielo como gotas de sangre sobre las cabezas vencidas de los deportados. Los bramidos de los militares se mezclan con los gritos del interior. Es una sinfonía compuesta únicamente por aullidos que refleja el dolor universal. La otra cara de la Novena de Beethoven. Un himno a la destrucción, al horror, a la barbarie que desde tiempo inmemorial baña la tierra afligida y demuestra que el hombre ha sido siempre una bestia para el hombre».
Praga, 10 de agosto de 1942. Hans Krasa, compositor y director de orquesta checo de origen judío, es arrestado por las SS y enviado al campo de concentración de Theresienstadt. Tenía 42 años. Junto a él, son confinados los compositores Gideon Klein, Pavel Haas y Viktor Ullmann, y un buen número de músicos y cantantes. Los mandos nazis, encabezados por Adolf Eichmann, quieren convertir a Theresienstadt en el campo modelo donde mostrar al mundo que a los judíos no solo no se les extermina sino que se les permite mantener una vida cultural intensa y componer e interpretar música al más alto nivel. Hans Krasa y sus compañeros, que no se engañan sobre el destino que les espera, aceptan el juego diabólico que proponen los nazis con el objetivo de sobrevivir. La música como única forma de evitar el envío al campo de exterminio de Auschwitz y de hermanar a la humanidad condenada. Junto a todos ellos, otro personaje protagoniza esta novela: Elisabeth von Leuenberg, de origen noble y una de las científicas más prominentes de la Alemania nazi.
«Un tipo de aspecto agitanado se saca la camisa, se la enrolla en la mano y golpea con fuerza. El vidrio cede y una bocanada de aire helado, bendito, riega el vagón. Lo tragan con ansia, como si fuera el último de sus vidas. El llanto general se apaga de golpe. Todos se concentran en respirar. Sólo en respirar. Aspiran llenando de aire los pulmones, lo mantienen dentro saboreándolo, para al fin expulsarlo con breves pausas. De pronto sienten cómo la vida vuelve a entrar en sus cuerpos. Es un soplo de vida nueva que, una vez más, les regala otra oportunidad».
Xavier Güell (Barcelona, 1956) estudió en los conservatorios de Barcelona y Madrid y dirección de orquesta con Franco Ferrara en Italia, con Sergiu Celibidache en Alemania y con Leonard Bernstein en Estados Unidos. Durante años dirigió orquestas en España y otros países y produjo innumerables estrenos de los mayores compositores de nuestro tiempo, siendo una de las personas que más ha hecho por la difusión de la música contemporánea en nuestro país.
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Los prisioneros del paraíso. Xavier Güell. Editorial Galaxia Gutenberg, 2017.