‘Tierra de los hombres’, de Saint-Exupéry
Tierra de los hombres
Antoine de Saint-Exupéry
Traducción de Rafael Dieste
Berenice
Córdoba, 2016
160 páginas
Decir que Tierra de los hombres es la mejor obra del autor de El Principito, no es ninguna exageración. La vitalidad, la expresión directa de una experiencia al límite, descrita con un inusitado lirismo, insólito en tierra inhóspita y con el beso de la muerte tan cercano, hace de la novela una expresión de lo vivido. Un testimonio extraordinario, escrito con el corazón de un buen hombre. Con el alma de alguien que veía en su oficio de piloto algo más que una manera de ganarse la vida. Han existido autores más ilustrados, más originales o más inventivos que Saint-Exupéry. Pero ninguno más sincero. Y Tierra de los hombres es la más sincera de sus obras.
El 30 de diciembre de 1935, el avión pilotado por Antoine de Saint-Exupéry y su amigo André Prévot, que había despegado de Nueva York rumbo a Tierra de Fuego con exceso de combustible, se estrella en el desierto del Sáhara. Tras cinco días de coma y mientras convalece del terrible accidente, Saint-Exupéry escribe «Tierra de los hombres» con la perspectiva de quien contempla el mundo desde la soledad de una cabina de avión.
Escribe con la nostalgia de una infancia feliz y perdida, escribe para evocar el duro aprendizaje del oficio de aviador, homenajear a los compañeros Mermoz y Guillaumet, mostrar la Tierra a vista de pájaro, revivir el accidente sufrido junto a Prévot o revelar los secretos del desierto. Pero lo que de verdad aspira a decirnos es que vivir es aventurarse a buscar el misterio oculto tras la superficie de las cosas; la posibilidad de encontrar la verdad dentro de uno mismo y la urgencia de aprender a amar, único modo de sobrevivir a este universo deshumanizado. «Tierra de los hombres» se publicó en febrero de 1939 y en otoño de ese mismo año fue galardonado con el Gran Premio de la Academia Francesa y con el National Book Award en Estados Unidos.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) fue un escritor y aviador francés, mundialmente conocido como autor de El Principito. Mientras trabajaba como piloto de correos, en África y América, publicó sus primeras obras basadas en sus experiencias aéreas: Courrier sud en 1929, Vol de nuit en 1931 —con la que consigue el prestigioso premio Femina y cosecha enormes reconocimientos y ventas— y Terre des hommes en 1939 —que obtiene el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa—. Aunque desde 1932 se dedica a la escritura y el periodismo, no deja de pilotar para pruebas. En 1939 es movilizado como piloto, y en el transcurso de la guerra mundial escribe, y publica en 1943, su gran obra universalmente conocida, Le Petit Prince. En 1944 su avión desapareció misteriosamente durante un vuelo de reconocimiento y su cuerpo sigue oficialmente desaparecido.
“La historia del príncipe que se aburre en su planeta y decide recorrer el Universo para sacudirse su aristocrático tedio se le ocurrió a Saint-Exupéry cuando su avión chocó con la cumbre de una meseta en el desierto de Libia. No era el primer percance de su ya atribulada vida de piloto, pero sí uno de los que más materia literaria iba a brindarle, pues nutriría su mejor obra, depararía un relato y una emisión de radio, y tal vez dotó al piloto accidentado de los rasgos del pequeño príncipe que iba a arrobar a tantos muchachos en los cinco continentes. Pero la gran obra de Saint-Exupéry es “Tierra de los hombres”. En ella no sólo recoge lo más espectacular de sus vivencias como piloto, sino también lo mejor de su estilo, poético y lúcido.” JUAN BONILLA
“Tierra de los hombres”, es una obra de Antoine de Saint Exupéry publicada por primera vez en febrero de 1939 en Francia, ocasión en la que recibió el premio de novela de la Academia Francesa. En junio del mismo año se publicó en Estados Unidos con el título “Wind, Sand and Stars”, y en ese país recibió asimismo un premio: el Premio Nacional del Libro.
En esta obra autobiográfica, Antoine de Saint Exupéry evoca una serie de acontecimientos de su propia vida – básicamente de la época en la que trabajó para Aéropostale – , y aprovecha para alimentar sus reflexiones sobre la amistad, la muerte, el heroísmo, la busca del sentido de las cosas, etc… El elemento central de la novela es el accidente que sufrió el autor en 1935 en la parte libia del desierto del Sahara, cuando viajaba con André Prévot, y en el que ambos estuvieron a punto de morir de sed. Al inicio se dirige a Henri Guillaumet: “camarada, te dedico este libro”. Esta frase es una dedicatoria en homenaje a este hombre que participó en la historia de su vida.
Sin embargo, también se relata que en los alrededores del Volcán Maipo, en la Laguna Diamante, del lado argentino, el piloto francés Henri Guillaumet capotó durante el invierno, pasando 5 días luchando contra los elementos y la soledad, hasta que logró salir a la llanura Argentina. La aventura de Guillaumet inspiraría a su compañero Antoine de Saint-Exupéry, autor de El principito, la escritura del libro Tierra de los Hombres.