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Literatura Violeta: Gertrudis Gómez de Avellaneda, romanticismo hispanoamericano y feminismo español

Por Pilar Martínez Manzanares. @pilar_manza

Retrato de Gertrudis Gómez de Avellaneda (detalle), 1857. Oleo sobre lienzo (117 cm x 85cm). Museo de la Fundación Lázaro Galdiano.

La literatura es ese arte que llena las mentes y el corazón, a la vez que permite al público conocer a extraordinarios talentos como Gertrudis Gómez de Avellaneda. Esta grandiosa poetisa se convirtió en una de las primeras precursoras del feminismo en España. Su brillantez la convirtió en pieza fundamental del Romanticismo hispanoamericano, hasta el punto que muchos historiadores/as la definen como pionera de la novela hispanoamericana.

Nació en la antigua Santa María de Puerto Príncipe, entonces colonia española, hoy Camagüey, Cuba el 23 de marzo de 1814. Sus antepasados paternos eran oriundos de Constantina de la Sierra en la provincia de Sevilla mientras los maternos provenían de las Islas Canarias y el País Vasco. Pasó su niñez en su ciudad natal y residió en Cuba hasta 1836. En este año parte con su familia hacia España. Al comienzo de este viaje compuso uno de sus más conocidos poemas, el soneto Al partir, una composición antológica por excelencia, marcada por el desgarramiento existencial y que encabezará su producción en el futuro.

En el verano de 1840 estrenó en Sevilla su primer drama titulado Leoncia. En otoño de ese mismo año se marchó a Madrid donde se instaló e hizo amistad con literatos y escritores de la época. Su inclusión en el mundo de la escritura le proporcionó una gran número de defensores y defensoras entre sus coetáneos/as. Al año siguiente publicó con gran éxito en la capital de España su primera colección de versos titulada Poesías, que contenía el soneto Al partir y un poema en versos de arte menor dedicado, como indica su título, A la poesía. Ese mismo año publica su famosa novela, Sab, considerada como la primera novela antiesclavista de la historia.

Sus mayores éxitos en el teatro los obtuvo con dos dramas bíblicos: Saúl (1849) y, sobre todo, Baltasar (1858), considerada su obra cumbre en el ámbito dramático. Los dos muestran aspectos distintos del Romanticismo. Saúl representa la rebeldía, mientras que Baltasar escenifica el hastío vital, la melancolía del “mal del siglo” que será sentida en la segunda mitad del siglo por los poetas simbolistas franceses y en el modernismo hispánico. En España escribió una serie de novelas. Dos mujeres supone una invectiva contra el matrimonio. Su cuarta novela, Guatimozín, reúne una gran cantidad de erudición histórica y se sitúa en el México de la etapa de la conquista.

Entre sus comedias, cabe destacar La hija de las flores (1852), alabada por su adecuada combinación de fuerza cómica y poesía. En 1860 escribe La Mujer, una serie de artículos en los que intenta demostrar la igualdad intelectual entre mujeres y hombres, incluso la superioridad intelectual de las mujeres.

Gertrudis Gómez de Avellaneda dedicó gran parte de su vida a su verdadera pasión, la literatura. Sus textos, sutiles y desgarradores a la vez, encogieron los corazones más fríos.Una mujer, una escritora que luchó hasta el fin de sus días, llevando la defensa de los derechos de la mujer y la igualdad social por bandera. Gertrudis vivió y escribió para un público que a día de hoy sigue invocando su nombre.

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