Pietro Aretino: muerto de risa

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

El escritor italiano Pietro Aretino (1492-1556), a pesar de haber dejado obras notables en vida, ha pasado a la historia por la anécdota que se suele contar sobre su muerte.

Poco se conoce de su infancia, pese a que sí se sabe que sus padres fueron un zapatero llamado Luca y una prostituta, Margherita dei Bonci, llamada Tita, que además trabajaba como modelo para pintores y escultores. El apellido que Pietro adoptó procede del gentilicio de su ciudad natal, Arezzo, y no tenía nada que ver con los orígenes de sus progenitores.

Aretino, que firmaba escritos licenciosos a la par que otros moralizantes, fue uno de los intelectuales destacados del Renacimiento italiano, sobresaliendo sus obras artísticas dedicadas a Tiziano, que provocaron que se incrementara su fama. El escritor y el pintor iniciaron su amistad en 1527, cuando aquel llegó a Venecia. Tiziano realizó cuatro retratos a su gran amigo, de los cuales se conservan dos.

Por aquel entonces, también escribió la obra teatral La cortigiana (La cortesana), parodia de Il cortegiano (El cortesano) de Baldassarre Castiglione.

El italiano compuso sus famosos y escandalosos Sonetos lujuriosos, inspirándose en los grabados I Modi del pintor Marcantonio Raimondi sobre dibujos de Giulio Romano.

Aretino murió el 21 de octubre de 1556 por un ataque de apoplejía, pero cuenta la leyenda que este fue provocado por un ataque de risa que acabó con su vida a los 64 años, mientras su hermana le contaba una historia cómica subida de tono.

Se dice que pidió que le grabaran sobre su tumba unas palabras que nadie inscribió:

Aquí yace Pietro Aretino, poeta toscano,
que de todos hablaba mal, salvo de Dios,
excusándose diciendo: «No lo conozco».

El pianista y compositor Michael Nyman realizó su particular homenaje al artista italiano al componer 8 Lust Songs: I sonetti lussuriosi, basadas en los Sonetos lujuriosos. La soprano Marie Angel grabó una interpretación de las mismas.

FUENTES: Arte Historia, Web Gallery of Art

MÁS INFORMACIÓN: Met Museum, Michael Nyman