Microhistorias | El Centauro del Norte y el cine
Microhistorias | El Centauro del Norte y el cine
Por WikiMéxico
Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).– La Revolución Mexicana fue noticia desde que el 20 de noviembre de 1910 Francisco I. Madero llamó a tomar las armas para derrocar al gobierno de Porfirio Díaz. Periódicos y agencias estadounidenses como El Paso Times o The Associated Press, enviaron reporteros para cubrir los hechos de guerra que se sucedían al otro lado de su frontera.
Entre el ejército de corresponsales que llegó a México por aquellos años destacó John Reed, el “brillante novelista y poeta” norteamericano, enviado por Metropolitan Magazine y The World de Nueva York. Reed plasmaría, posteriormente, sus vivencias en su libro México Insurgente.
Igualmente se sabe que el general Villa asignaba guardaespaldas para los camarógrafos, no sólo para protegerlos, sino también para ayudarles con el equipo; inclusive, admitió a uno de ellos en el consejo de guerra para que lo asesorara sobre la hora más oportuna para iniciar los ataques. Para los periodistas constituyó un timbre de “orgullo cubrir la campaña de Villa”.
El punto culminante de esta historia llegó el 3 de enero de 1914, cuando Villa firmó un contrato con la Mutual Film Corporation para filmar sus batallas. En las cláusulas se establecía, entre otras cosas, que si los camarógrafos no captaban buenas escenas de batallas Villa se comprometía a fingirlas; no se permitía que operadores y fotógrafos de otras compañías lo retrataran; y se comprometía a efectuar los ataques a la luz del día. Dicho material fílmico serviría también para realizar una película sobre la vida del general Villa.
La experiencia villista con los medios era la síntesis de un momento histórico que, inclusive, rebasaba a la propia Revolución Mexicana. Porque además de héroes, batallas memorables y planes políticos, el movimiento armado de 1910-1920 legó al mundo ciertas innovaciones tecnológicas en el campo de la fotografía, dio un impulso definitivo al fotoperiodismo y dejó como legado las imágenes de la primera revolución social del siglo XX.