La llegada (2016), de Denis Villeneuve
Por Irene Zoe Alameda.
Se estrena La llegada, la nueva cinta del director Denis Villeneuve (Incendios, Sicario), y con ella da comienzo el desfile de películas que estarán en el selecto club de las nominadas a los Oscar. El guión es una adaptación de la premiada novela corta Story of Your Life (La historia de tu vida) de Ted Chiang.
La llegada reúne de forma soberbia dos narrativas que poco a poco se van alimentando la una a la otra: por un lado, la de la vida íntima de una mujer –encarnada por Amy Adams– que ha perdido a su hija adolescente; por otro, la que recoge la faceta profesional de la doctora Louise Banks, reputada profesora de lingüística a la que el ejército estadounidense recluta para que colabore con una alianza internacional en la traducción del lenguaje de los alienígenas que han llegado a la Tierra.
Se trata este de un filme complejo, pues si bien por un lado su lenguaje audiovisual se acomoda al tempo pausado de la mayúscula tarea intelectual al que se enfrenta la protagonista, por otro se ve salpicado de forma irregular por los recuerdos o ensoñaciones que surgen de una existencia pasada o prospectiva.
A esos dos niveles de conciencia se superpone un contexto muy en línea con la sobrevenida “era Trump”: un mundo encaminado a la autodestrucción de la mano de líderes insensatos que se niegan a tender puentes de comunicación entre sí y con los extraterrestres.
Aunque es esta una “peli de alienígenas”, heptápodos que en este caso tienen forma de pulpos gigantes, no es una obra que vaya a gustar a quienes esperen grandes sorpresas. Es, por el contrario, una exploración poética de algunas hipótesis de la ciencia especulativa: ¿podríamos entendernos realmente con los extraterrestres? ¿Serían traducibles lenguajes surgidos de inteligencias y planetas dispares, y en estadios de civilización distintos? ¿Qué ocurriría si se añadiera una dimensión temporal no lineal al pensamiento?
El resultado del planteamiento de preguntas tan profundas es esta rara joya. Solo quienes aguanten hasta el final acariciarán la sutil recompensa de su paradójico desenlace. No obstante, vistos el desorbitado presupuesto de La llegada y sus tímidas cifras de recaudación en los EE. UU., parece que tanta ambición va a suponer el primer flop del director canadiense.