OT: El Reencuentro, Nostalgia y Emoción
Por Marta Arranz
El pasado lunes 31 de octubre se celebró uno de los conciertos más esperados en nuestro país en los últimos tiempos. Los dieciséis concursantes de la primera edición de “Operación Triunfo” se volvieron a reunir tras quince años en un evento único marcado por la nostalgia y la emoción para revivir aquellos momentos y canciones de los que fueron partícipes en el programa. El espectáculo se celebró en el Palau Sant Jordi de Barcelona, pero también fue retransmitido por la 1 de TVE en directo, obteniendo un índice de audiencia muy bueno.
Con este concierto la cadena cerraba una tanda de tres documentales con los que se quiso que los concursantes hicieran una retrospectiva de lo que les había supuesto el programa y de cómo les había afectado en sus vidas. A cada uno de ellos les había ido de una forma diferente en la industria de la música tras el enorme éxito de “Operación Triunfo”, pero si hay algo en lo que todos coincidían era en que el programa les había supuesto un antes y un después en sus vidas.
Durante estos documentales hemos podido conocer algunos detalles curiosos de la grabación del concurso, como que Àngel Llácer llegó al programa dos semanas más tarde porque, tras este tiempo de emisión del show, decidió presentarse en las oficinas de “Operación Triunfo” diciendo que le necesitaban porque no les estaban enseñando a los concursantes lo que tenían cantar, solo cómo cantar. Cuenta que le vieron tan decidido que optaron por hacerle una prueba, y dejarle dar una clase. Afirma “me acuerdo que me tocó con Mireia. Me acuerdo de que hablaba normal, de golpe me puse a gritar y vino Nina y me dijo ‘Bien, contratado’. Y desde entonces me he pasado 15 años gritando”.
Pero, sin duda, lo que ha marcado esta tanda de documentales han sido las declaraciones de los dieciséis participantes acerca de cómo vivieron todo ese momento de grabaciones, galas y conciertos posteriores que a algunos les sirvió para lanzarlos en su carrera, pero que a otros no les ha impulsado tanto. La mayoría señala que aunque fue una experiencia muy bonita, fue también muy complicada, puesto que permanecían “encerrados” en la Academia, apenas sin contacto con el exterior, tan solo con una llamada semanal a sus familiares, y en un mundo que desconocían donde algunos se vieron obligados a hacer cosas que no querían como por ejemplo Javián que decía que le pusieron a cantar temas latinos cuando él era puramente “heavy” solo porque así lo dictaba el programa.
Nuria Fergó hablaba de que todos necesitaban un psicólogo. Y es que los concursantes también hablaban de la dificultad que les supuso el canalizar toda la fama que vino con el programa con su correspondiente bajada tras el “boom” del momento, para la mayoría. A muchos les costó asumir cómo habían estado tan arriba y de repente se encontraban solos y buscándose un hueco como podían en el mundo de la música. Esta es la razón que llevó a muchos a dedicarse al teatro musical como es el caso, sobre todo, de Álex y Gisela, y a otro tipo de trabajos relacionados con este mundo.
Tras este documental nostálgico e impactante plagado de recuerdos y confesiones, llegó el 31 de octubre el concierto, ese evento tan esperado por miles de personas que querían volver a revivir junto a los dieciséis concursantes aquellos momentos tan especiales que se habían dado en las galas del programa y que les habían hecho sentir tantas cosas. El evento pareció tener una buena acogida por parte de sus seguidores, pero su retransmisión recibió bastantes críticas.
La gala fue bastante sencilla en cuanto a estructura, se cantaron algunos de los temas más conocidos de “Operación Triunfo 1”, por parejas o en grupos, en su mayoría, y algunos de los concursantes entonaron su primer single en solitario. Una de las actuaciones más destacadas en este campo fue la de David Bisbal con su “Ave María”, que no le oíamos cantar desde hace años.
Pero el momento culmen llegó con una de las actuaciones más esperadas: “Escondidos”, por ser el tema que cantaron en su momento Bisbal y Chenoa cuando empezaban a salir, en el programa. Se dejó prácticamente para el final y creo que superó con creces lo que esperaban los espectadores. La complicidad entre ambos, las voces que mantuvieron perfectas a pesar de la intensa emoción del momento, y la situación en sí, hicieron de aquella actuación un momento mágico que se convirtió en el más emocionante de la gala.
Si atendemos a las críticas, las principales se centraron en la iluminación y el sonido. Aunque también había alguna que hacía referencia al hecho de que la cámara mostrara los lugares vacíos que había entre el público. Ante esto último, es cierto que no queda muy estético mostrar los espacios en los que no hay público en un concierto, pues le otorga cierta tristeza a la imagen, pero hay que decir que esto era necesario en las ocasiones en las que se quería mostrar el punto de vista de los cantantes. Por la parte de iluminación, desconozco exactamente a que se refieren estas críticas, pues considero que la iluminación era la apropiada para un evento de estas características. Quizá sí que se pudo apreciar cierta oscuridad en ocasiones, pero probablemente se debía a que se quería crear un ambiente más íntimo.
Pero realmente la mayor parte de las críticas estuvieron dirigidas al sonido del espectáculo. En algunos aspectos se puede considerar razonable, pero en otros habría que puntualizar. Es cierto que el sonido no era el mejor, en su retransmisión, pero sí que era el que se podía transmitir con la mayor calidad posible, pues es muy complicado emitir en televisión en directo un concierto, por la gran cantidad de sonidos que allí se producen a la vez. Sí que es cierto que las voces de los cantantes quizá no sonaban tan bien como recordábamos, sobre todo, llamó la atención la voz de Rosa, una persona conocida por su gran potencia en la voz que, aunque demostró tener un registro increíble, no sorprendió tanto como en otras ocasiones. Lo mismo sucedió con Bustamante, pero cabe puntualizar que en una entrevista el día anterior, el cantante comunicó que se encontraba resfriado, por lo que bastante voz sacó para el estado en el que se encontraba.
De todas formas, lo más probable es que estos problemas en la voz que percibieron los espectadores en muchos cantantes, sobre todo en aquellos más conocidos porque se está más acostumbrado a escucharlos, se debiera a la emoción del momento. Considero que la emoción, la nostalgia, la ilusión y toda la mezcla de sentimientos les jugó una mala pasada e hizo que muchos no pudieran dar de sí todo lo que podían. Y en el caso de los menos conocidos tenían además el ‘handicap’ de que tenían la voz algo desentrenada. A pesar de ello, creo que esto hizo del show un evento aún más especial todavía, pues contribuyeron a darle aún más emoción al concierto.
Mencionar también una fuerte crítica que algunos seguidores realizaron hacia la organización del evento, pues Juan Camus realizó dos canciones en solitario y cada integrante de Fórmula Abierta, grupo compuesto por Álex, Mireia, Geno y Javián, cantaron también un tema cada uno. Esto se debe a que Juan aseguró que no participaba en este reencuentro si no se les concedía una canción en solitario a los concursantes menos conocidos. Esto causó cierta controversia, pero en realidad estas actuaciones hicieron que el concierto se enriqueciera aún más.
En definitiva, “OT: El reencuentro” ha estado compuesto por un grupo de documentales que han culminado en un concierto en el que quince años después se han reunido los dieciséis concursantes de “Operación Triunfo 1” a recuperar, compartir y revivir las experiencias que tuvieron en un programa que les cambió la vida y que se convirtió en un fenómeno del panorama televisivo de entonces. Con este reencuentro hemos podido sentir con ellos la nostalgia y la emoción que conlleva revivir algo así, dos sentimientos intensos, pero bonitos que sin duda, llegaron a su culmen cuando los cantantes dieron por finalizado el reencuentro, entre lágrimas, entonando el famoso tema “Mi música es tu voz”.