Literatura Violeta: Madame de Staël, la voz feminista del romanticismo
Por Pilar Martínez Manzanares. @pilar_manza.
Madame de Staël puso en entredicho la concepción clásica del romanticismo. Mujer luchadora, entregada e insumisa peleó por inocular el feminismo en un movimiento caracterizado, en numerosas ocasiones, por un amor romántico y opresor.
Nacida bajo el nombre de Anne-Louise Germaine se erigió como una de las filósofas y escritoras más importantes del siglo XVIII y XIX. Destacó entre sus coetáneos por lo innovador de sus ideas políticas, así como por la descripción detallada de las desigualdades sociales en sus diversos escritos. Su defensa a ultranza de la inteligencia femenina, la que consideraba tan potente como la masculina y dotada de una sensibilidad superior, le llevó a exigir que la mujer fuese educada igual que los hombres y que la relación marido-mujer se desarrollara en un plano de igualdad. Sus peticiones le valieron el título de precursora feminista.
El gusto de la autora por la vida social y el interés de su familia por la política la ligan más a Francia. Muy joven, con sólo catorce años, ya tenía su círculo y sabía conversar con los huéspedes del salón de su madre, que se preocupó de darle la mejor educación. Aprendió inglés y latín, el arte de la danza y de la música, recitación y dicción, y asistía a menudo al teatro. La formación cultural que recibió muestra a Germaine como una joven diferente a sus coetáneas, quienes eran criadas de manera más tradicional, resultando extraña a sus contemporáneos por la vivacidad de su inteligencia.
Divulgadora del romanticismo alemán en Francia popularizó el movimiento con la publicación de De l’Allemagne (1813-14), las obras de los autores de lengua alemana hasta entonces prácticamente desconocidos en el país. Madame de Staël abrió así la vía al romanticismo francés, directamente inspirado de los primeros romanticismos alemán e inglés. La escritora llegó a codearse con nombres propios de la cultura europea como Goethe o Lord Byron, defendió a ultranza la Revolución Francesa y llegó a enfrentarse al mismísimo Napoleón Bonaparte, quien decretó su expulsión de Francia.
En sus novelas, Madame de Staël presentó a las mujeres como víctimas de las restricciones sociales que les impiden afirmar su personalidad. Reivindica el derecho a la felicidad para todas y para sí misma. Madame de Staël fue una mujer moderna en una Europa rancia y arcaica, que recorre en todos los sentidos y describe abundantemente. Entre sus obras destacan la publicación de tres importantes ensayos: Lettres sur les ouvrages et le caractère de Jean-Jacques Rousseau, De l’influence des passions sur le bonheur des individus et des nations y De la littérature considérée dans ses rapports avec les institutions sociales.
En 1802 publicó su novela Delphine, enmarcada dentro del movimiento literario del romanticismo, en la que defendía la libertad de escoger a las personas amadas por encima de cualquier prejuicio y convencionalismo social. Algo que ella predicaba con el ejemplo, pues tras separarse de su marido, con quien se casó por mandato de sus padres y del que tuvo cuatro hijos, Madame Staël comenzó una vida sentimental marcada por sus deseos y propia voluntad.
En el invierno de 1816, regresaba por última vez a París. Allí reabría su famoso salón de debate que volvió a llenarse de intelectuales de la época. Poco tiempo después, el 14 de julio de 1817 fallecía en su querido París, mientras presenciaba la caída de Napoleón Bonaparte.
Con una prosa sencilla y unas palabras nacidas del alma Madame de Staël conmocionó a su público a través de talentosos relatos. Su vida y obra estuvo marcada por la lucha incansable y el deseo de construir un mundo mejor, gran regalo dejó Madame de Staël al universo de la literatura.