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Juan Pablo Villalobos, Premio Herralde de Novela 2016 por ‘No voy a pedirle a nadie que me crea’

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anagramaEl jurado compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde seleccionó las siguientes 5 novelas de las 512 presentadas al Premio Herralde de Novela, convocado por Editorial Anagrama y dotado con 18.000 euros: Una casa, Max Viera (seudónimo), Bolivia; Santa Eliana, Lidio Vizca (seudónimo), Argentina; No voy a pedirle a nadie que me crea, Somiatruites (seudónimo), México; Cómo dejar de escribir, Transformer XXL (seudónimo), España; La procesión infinita, Diego Trelles Paz, Perú.

Pasaron a la deliberación final las dos siguientes: Santa Eliana, Lidio Vizca (seudónimo), Argentina; No voy a pedirle a nadie que me crea, Somiatruites (seudónimo), México. Resultó ganadora No voy a pedirle a nadie que me crea de Juan Pablo Villalobos (presentada bajo el seudónimo de Somiatruites) y finalista Amores enanos de Federico Jeanmaire (presentada bajo el seudónimo de Lidio Vizca y el título Santa Eliana).

El jurado quiere destacar también la gran calidad literaria de Cómo dejar de escribir de Esther García Llovet (presentada bajo el seudónimo de Transformer XXL), que se publicará en Anagrama durante el primer trimestre de 2017.

Juan Pablo Villalobos (México, 1973) ha investigado temas tan dispares como la ergonomía de los retretes, los efectos secundarios de los fármacos contra la disfunción eréctil o la excentricidad en la literatura latinoamericana de la primera mitad del siglo XX. Anagrama ha publicado todas sus novelas, traducidas a más de una docena de idiomas. Fiesta en la madriguera: «Un ataque deliberado y salvaje a las convenciones de la literatura» (Adam Thirlwell); «Basta el laconismo de esta novela para enamorarse de ella» (Der Spiegel); «El efecto paródico acumulativo de esta novela es escalofriantemente poderoso» (Sunday Times); Si viviéramos en un lugar normal: «“Corta, brutal y divertida” es el triple mandamiento de la novela moderna tal y como la concebía nuestro héroe B. S. Johnson, y el libro de Villalobos cumple la máxima» (Kiko Amat); «La realidad más brutal se vuelve delirante» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Bebe de las fuentes de Bohumil Hrabal, César Aira, Alfred Jarry y Jorge Ibargüengoitia; es decir, de las fuentes del humor delirante» (Patricio Pron); y Te vendo un perro: «Un profundo sentido del humor, a veces grotesco, otras sutil, surrealista… siempre ingenioso» (Iñigo Urrutia, El Diario Vasco); «Una historia condenadamente buena. Tiene el ojo de un novelista para los detalles, el de un pintor para las imágenes y el de un poeta para los giros verbales» (Kirkus Reviews).

Federico Jeanmaire (Baradero, Argentina, 1957) es licenciado en Letras, profesor universitario y especialista en El Quijote. Como novelista ha obtenido premios muy importantes en su país, como el Rojas, el Emecé y el Clarín. En Anagrama ha publicado Miguel, una biografía ficticia de Cervantes: «Un retrato entintado, ruptural, estudiado y nada académico de Cervantes, y un intento de novela histórica que se salta algunas reglas del género. Un logro y un juego» (Luis Antonio de Villena, El Mundo); y Tacos altos: «No es fácil escribir con frescura sobre los males de este mundo. Sin embargo, algunos escritores enfrentan el malestar con una prosa vital, que conjuga lo leído con la experiencia actual. Federico Jeanmaire es uno de ellos. Como Don Quijote, parece escribir “ensartando disparates”, que es otra manera, tan gozosa como cuestionadora, de alcanzar el corazón de la humanidad. Quizá porque combina maravillosamente la reverberación de la lengua, su gusto por la literatura, con el impacto sentimental del mundo» (Silvia Hopenhayn, La Nación); «Una de sus novelas más ambiciosas y una de las más logradas. 166 páginas que transmiten una belleza que el lector agradecerá. Una solidez narrativa que tiene en la cadencia y el uso del lenguaje herramientas utilizadas con maestría» (Matías Méndez, Infobae).

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Juan Pablo Villalobos.

No voy a pedirle a nadie que me crea, Juan Pablo Villalobos

«No voy a pedirle a nadie que me crea», nos advierten con frecuencia los distintos narradores y personajes de esta historia, en la que lo corriente se transforma en un delirio sin que uno sepa muy bien cómo, en la que lo raro acaba siendo normal y en la que no podemos hacer otra cosa que reírnos, porque todo es hilarante, cotidiano y surrealista a la vez, como la vida misma. Todo empieza con un primo que ya de chico apuntaba maneras de estafador, y que ahora mete al protagonista –un mexicano que viaja a Barcelona acompañado de su novia para estudiar literatura, y que además se llama como el autor de la novela– en un lío monumental: un «negocio de alto nivel» que convierte su estancia en la ciudad en una especie de novela negra de humor también negro, una de esas que a él le gustaría escribir.

Por estas páginas desfila una variopinta fauna de personajes impagables: mafiosos peligrosísimos –el licenciado, el Chucky, el chino–; una novia que se llama Valentina y que lee Los detectives salvajes y está al borde de la indigencia y no se entera de nada; una chica llamada Laia cuyo padre es un político corrupto de un partido nacionalista de derechas; un okupa italiano que se ha quedado sin perro; un pakistaní que simula vender cerveza para no levantar sospechas… Y para complicarlo todo un poco más aparece una segunda Laia, que es mossa d’esquadra y pelirroja; una perra que se llama Viridiana; una niña que recita versos de Alejandra Pizarnik y hasta la propia madre del protagonista, melodramática, orgullosa y chantajista como en una buena telenovela mexicana. Juan Pablo Villalobos escribe como actuaba Buster Keaton: te arranca la carcajada manteniéndose impávido, sin mover un músculo. En sus anteriores novelas ya había ido construyendo un mundo propio con personajes entrañables y excéntricos a los que les sucedían cosas extrañas y divertidísimas. Y ésta lo consagra como un escritor imprescindible. En ella, y a través de la odisea de un hombre normal que se ve envuelto en peripecias de lo más rocambolescas, nos habla de la realidad y la ficción, o sea de la importancia de la literatura en nuestras vidas, y del papel fundamental del humor.

Amores enanos, Federico Jeanmaire

Amores enanos es una enorme fábula sobre las dificultades que tenemos los seres humanos para convivir con los demás seres humanos. Y, sobre todo, para lograr ser felices junto a ellos. Pero también es una novela acerca del amor y el sexo y la soledad y la incomunicación. Una historia desopilante en la que el lector no puede parar de reír. Un disparate mayúsculo. Y un drama que, entre risas y lágrimas, se resolverá justo al final, en las últimas líneas de la última página. Una pequeña y enorme fábula. Parecida a sus dos protagonistas. Milagro y Perico trabajan de enanos en un circo que un buen día cierra sus puertas por falta de espectadores. Entonces, deciden comprar un terreno, quedarse a vivir cerca del mar y, en un inesperado golpe de fortuna, se convierten en los strippers más famosos de la pequeña ciudad vecina. De buenas a primeras, son ricos. Y aprovechan ese dinero que les cae del cielo para construir un barrio cerrado en el que sólo se permiten enanos. Sin embargo, no todo serán alegrías. La irrupción de una altísima y bella periodista, Eliana, trastocará para siempre la vida de la comunidad.

Narrada desde la complejidad de medir poco más de un metro en medio de una sociedad que está diseñada para hombres y mujeres con muchos más centímetros de estatura, Amores enanos es una suerte de espejo que deforma aún más si cabe las tristes deformidades del mundo actual. Un texto que nos obliga, como lectores, a mirarnos desde otro lugar: un lugar bastante diferente del lugar desde el que solemos mirarnos.

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