París era Misia: el fascinante mundo de Misia Sert, musa de artistas
Por Laura Mas.
Ficha técnica
Nº de páginas: 296 págs.
Encuadernación: Tapa dura
Editorial: LA ESFERA DE LOS LIBROS
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788497349161
Hace pocos días, merodeando por la biblioteca de mi barrio, fijé mi atención en el título de un libro debido a su osadía. “París era Misia”, proclamaba. ¿Qué clase de persona podía ser un sinónimo de mi bello París? ¿Acaso era posible?
Al leer la sinopsis vi que se trataba de una biografía sobre Misia Sert, hasta entonces un personaje del que poco sabía. Decidí, entonces, darle una oportunidad y adentrarme en el mundo de esa desconocida que pretendía adueñarse de mi ciudad fetiche.
Para mi asombro, a Misia le costó poco impresionarme y pronto me dejé fascinar por su figura. Pocos conocen la influencia que ejerció en el París de la Belle Epoque. Musa de artistas como Renoir, Toulouse-Lautrec, Proust o Maurice Ravel, fue una mujer adelantada a su época. Junto a su primer marido, Thadée Natanson, empezó a cultivar un círculo de amistades relacionadas con la cultura, un mundo que la acompañó hasta sus últimos días.
Casada años más tarde con el magnate de la prensa Alfred Edwards y, finalmente, con el que fue su gran amor, el pintor catalán Josep María Sert, Misia sintió pasión por el arte desde muy jovencita y fue una de las activistas culturales más destacadas del París de finales del siglo XIX y principios del XX. Protegió a muchos artistas y financió proyectos de gran envergadura, contribuyendo al éxito de muchos de ellos como fue el caso de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev.
Su cautivadora personalidad fascinó a la mismísima Coco Chanel, quien llegó a afirmar que Misia fue la única mujer que le había parecido verdaderamente interesante. El matrimonio Sert y Chanel hicieron varios viajes a Venecia, una ciudad que inspiró a ambas mujeres y en la que la modista fue refinando su gusto cultural gracias a Misia.
La autora de esta biografía, Isabel Margarit, consigue plasmar toda la potencia y la complejidad de la vida de este personaje lleno de matices 
y nos desvela detalles apasionantes en un libro muy bien documentado que también contiene ilustraciones y fotografías de la época.
Al finalizar la lectura, seguí indagando sobre Misia y no llegué a comprender por qué apenas existe material sobre ella. Pero tal vez sea este hecho lo que le confiere ese halo de misterio a un personaje claramente magnético. El resultado: una combinación deliciosa.
Os invito a descubrir a esta gran mujer cuyo nombre, como indica la autora, extrañamente no figura en ninguna calle de París. Esa ciudad que un día fue suya.