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TODOPODEROSOS: Un programa para unirlos a todos.

1Por Gorka Rojo.

Ya no estamos a las puertas del siglo XXI. Ni mucho menos. Podríamos decir que ya nos hemos sentado cómodamente en el recibidor. El mundo ha avanzado mucho. Eso es innegable. La ciencia, la técnica, las artes, el cine, la medicina… todo ha avanzado considerablemente. Bueno, casi todo. Aún queda una asignatura pendiente: el acceso a la cultura. No me refiero al precio, ni al IVA, ni a ese tipo de cosas sino a algo mucho más prosaico.

Mi generación, así como las generaciones precedentes, creció pensando que la cultura, en líneas generales, era algo aburrido. Soporífero. Un ente difuso y abstracto que nadie sabía cómo abordar y sobre lo que nadie tenía la menor intención de trabajar ni un minuto más del necesario para aprobar el examen correspondiente. No nos daba vergüenza tildar de “gafotas” o “empollón”, a quien veíamos en el recreo con un libro en vez de con un balón. Por supuesto, ya en la adolescencia, los que se juntaban el sábado para ver alguna película o jugar al “Magic” en lugar de para comprar una botella de whisky barato entre seis en el supermercado (aún no había tiendas de chinos) eran considerados poco menos que especímenes de laboratorio. Yo tuve la suerte o la desgracia de estar a ambos lados de la barrera. Fui de los “frikis” y de los que hacían deporte más o menos al mismo tiempo. Eso me dio cierta perspectiva que hoy me brinda la oportunidad de formarme una opinión acerca de por qué todo lo que tenía la etiqueta “cultural” hacía huir despavoridos a los jóvenes como si fuesen protagonistas de una película de George A. Romero.

Que conste que mi opinión es tan válida como la de cualquiera. Parafraseando a uno de los aludidos en el presente artículo diré en mi descargo que “soy poco marmolista”. No soy dado a grabar verdades absolutas en roca con cincel y martillo. Esto es una opinión y si gusta, bien. Si no, también. A lo que iba, que me despisto. A mi entender, los culpables de que el contenido cultural en general sea poco atractivo y por tanto, poco accesible, son los propios creadores. En mi caso, achaco mi falta de interés a mis antiguos profesores con sus antiguos métodos de enseñanza para sus antiguos contenidos. Hoy me he dado cuenta de que aquellos antiguos contenidos “molan”, pero he caído en la cuenta más tarde de lo debido. Clases infumables de filosofía y literatura. Lecturas obligadas de clásicos que, leídos hoy en día, solo recomendaría su lectura si fuese un acólito del mismísimo Mengele.

En definitiva, que nos hemos esforzado por vestir a todo lo que rezume algo de intelectualidad con un aura de inaccesibilidad y de elitismo que aleja a la gran mayoría de la población. Y lo cojonudo, es que eso gusta a la mayoría de eruditos con chaleco de punto y gafas de pasta que no son más que un puñado de retraídos que necesitan sentirse especiales hablando de cómo el vulgo es incapaz de detectar la profundidad psicológica de los textos de Proust.

Pero os vais a joder, gafapastas. No todo está perdido. Aún hay esperanza. Aún queda gente que piensa que la cultura es algo que compartir. Gente que tiene un gran don para crear, pero un don aún más grande para transmitir. Como los caballeros Jedi. Gente que es capaz de meterte el veneno en la sangre tan solo con oírles hablar. Porque una de las herramientas que nos encontramos en uno de los cajones del recibidor del siglo XXI es internet. E internet, aparte de ser un lugar lleno de gente que persigue sentirse especial, es un lugar en el que si buscamos bien, a veces encontramos lugares en los que merece la pena quedarse. Estos lugares tienen diversas formas, colores y sonidos. El lugar que nos ocupa hoy tiene forma de podcast y se llama: Todopoderosos.

Todopoderosos es un lugar muy especial. No sabría por dónde empezar. Podríamos definir a los Todopoderosos como un grupo de amigos que se juntaba las tardes de los domingos para hablar de cine, cómics y libros. Un día se les ocurrió grabarse mientras lo hacían porque pensaron que había más gente como ellos a la que podría interesarle los temas de los que hablaban. El primer día hablaron de Batman y después de aquello, el tema se les fue de las manos.

Y es que completar todas las emisiones de Todopoderosos debería ser obligatorio para todos los profesores de secundaria de este país. Estas cuatro personas, a las que después presentaremos sucintamente, han redefinido el concepto de “divulgación”. ¿Que a lo mejor estoy exagerando? Leed con atención.

Estos cuatro elementos son capaces de explicarte conceptos como el contenido de El Contrato Social de Rousseau, de contarte cómo se redefine el concepto de democracia o cómo varía el papel de la mujer en la sociedad, hablando de cómo se comporta un grupo de personas en medio de un apocalipsis zombi. Estos cuatro elementos son capaces de hablar durante dos horas acerca de las bases históricas del cristianismo y su repercusión en la literatura moderna mientras te rompes de risa escuchando cómo hablan de películas de extraterrestres. Análisis de la obra de Francis Ford Coppola, Carpenter, Tolkien, Kubrick, Alan Moore y un montón de referencias culturales contemporáneas más, aderezadas con una pátina de humor que hacen (a mí me ha pasado de verdad) que tengas que parar el coche en una cuneta porque estás doblado de risa.

Yo no diría que los Todopoderosos hayan encontrado la manera de que nos interesen esos temas. Creo que esa es su manera habitual de expresión. Nadie puede actuar ni fingir tanto tiempo.

Estos chicos han debatido horas intentando racionalizar porqué nos comportamos de manera irracional cada vez que vemos cualquier cosa relacionada con Star Wars o con El Señor de los Anillos. Por qué nos siguen gustando los comics de Batman y por qué no podemos parar de leer a Stephen King. Temas como el existencialismo de Kierkegaard, el racionalismo de Spinoza, monismo, estructuralismo, empirismo, creacionismo y hasta el neokantismo han hecho aparición en las diferentes discusiones acerca de Tarantino, Julio Verne, Woody Allen, Shakespeare o los Monty Python.

Y después de todo esto, imagino que os estaréis preguntando quién está detrás de todo este delirio. ¿Quién puede ser tan brillante o estar tan desequilibrado para establecer tan aberrantes conexiones? ¿Quién puede tener tan poca vergüenza para pasarse media hora de reloj discutiendo acerca de cómo se pronuncia Cthulhu? Pues vais a alucinar. He aquí los ínclitos:2

– Arturo Gonzalez Campos: acusado de ser el jefe de la organización. Obseso del cómic y obstinado defensor de lo indefendible. Con más de quince años como monologuista, y más de ocho años pilotando “La Parroquia” en Onda Cero, es uno de los máximos exponentes del “humor inteligente” nacional. En definitiva, Arturo es un señor que se dedica a la risa y disfruta viendo al respetable disfrutar.

– Rodrigo Cortés: acusado de ser cómplice necesario de todos los crímenes perpetrados hasta la fecha. Cerebro de la operación, no exagero si digo que Rodrigo Cortés es una de las mentes más brillantes de este país. Director de cine (¿os suena Buried, con Ryan Reynolds?), ganador de premios Goya, colaborador de La Cultureta, escritor y un montón de cosas más. Rodrigo Cortes es una especie de “Leonardo da Vinci” al que hay que seguir de cerca.

– Javier Cansado: humorista. No voy a descubrir ahora a Faemino y Cansado. Aún tengo fresco en mi cabeza el sketch de los viajes en el tiempo (¡sincronicemos los relojes!). Javier, además de en Todopoderosos participa en Ilustres Ignorantes. Profundo conocedor de la história bélica y aficionado a sus recreaciones, sigue siendo historia viva del humor en este país.

– Juan Gómez Jurado: el pedante del grupo. Una enciclopedia con patas. Un humano con un disco duro en la cabeza, quien además de un friki de manual es también, posiblemente, el mejor escritor de thriller de toda Europa. Más de seis millones de libros (Cicatriz, El Paciente, Espía de Dios) traducidos a más de cuarenta idiomas le avalan como uno de los escritores con más presente y futuro de las letras españolas. Periodista en diversos medios y muy activo en Twitter. Va armado y aunque su estatura pueda engañaros, es peligroso. Ah sí, y le encanta Francia.

-Sergio Fernández (el monaguillo): antiguo miembro de la banda hoy en paradero desconocido. La otra mitad necesaria de “La Parroquia” de Onda Cero a la que se ha visto en algún programa de radio y televisión últimamente. Cómico incansable que no puede (o quizá no sabe) bajarse de la risa.

Estos personajes son los que se han pasado todas y cada una de las convenciones establecidas para la divulgación cultural por el arco del triunfo. No contentos con eso, no se han conformado con que más de la mitad de los gafapastas de este país hayan cambiado la chaqueta de pana por la camiseta de Batman sino que además, han enseñado el dedo corazón a unos cuantos periodistas culturales “de los de verdad”. “De los de toda la vida”. Que ¿cómo lo han hecho? Pues de la manera en la que más les duele. Divulgando su saber de manera gratuita. Si, si, sin cobrar. Ni un euro. El podcast de Todopoderosos es “bastante gratis”. Ah, y sus eventos en directo en la Fundación Telefónica, también.

Como os digo, yo he descubierto una nueva forma de aprender. Lo que era antiguamente el paradigma de toda buena enseñanza: aprender divirtiéndome. La cultura es accesible y ellos lo saben. Elevar lo sencillo y hacer accesible lo complejo. ¡Profesores de secundaria!: Echadle un vistazo a esto. La fórmula funciona.

Y a los Todopoderosos solo decirles que sigan con lo que hacen. Que no paren. No sé si son muy conscientes de la que están armando con este podcast pero ya somos legión. Así que repitiendo lo que ya se ha convertido en una especie de mantra, me despido. ¡Adoro esta mierda!

Un abrazo a todos y no dejéis de escuchar este podcast.

Gorka Rojo

@gorka_rojo

gorkarojo@gmail.com

Pd1: sé que os lo estáis preguntando: se pronuncia KU-TUL-JU

Pd2: el ticket del taxi… ¿a quién se lo paso?

5 thoughts on “TODOPODEROSOS: Un programa para unirlos a todos.

  • Pingback: Bitacoras.com

  • Lo has bordado! Lo empecé a escuchar de casualidad desde el primer dia y exactamente reprsentan para mi todo lo que has escrito. Aprender diviertiendome y revisionar todo con otra mirada y descubrir muchas cosas
    En efecto somos legion!!!

    Respuesta
  • La lista de libros y películas para ver aumenta a cada podcast… el último que ha caído: soy leyenda.

    Ah, y se dice CHULU

    Respuesta

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