Vittoria Colonna: la amiga de Miguel Ángel
Por Silvia Pato (@SilviaP3)
Vittoria Colonna (1490-1547), marquesa de Pescara, era hija de Fabrizio Colonna y de Agnese di Montefeltro, y fue prometida al noble Francisco Fernando de Ávalos cuando era una niña. Sin embargo, el nombre de esta poetisa renacentista no figura ligado a su esposo. Su recuerdo siempre evoca a uno de los más grandes artistas de todos los tiempos: Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564).
En 1525, Francisco Fernando de Ávalos fallecía, después de haber sido herido en la batalla de Pavía. Aquel matrimonio concertado que resultó afortunado, a decir del afecto que unió a los contrayentes, provocó que la viudedad sumiera a Vittoria en una grave depresión. Fue entonces cuando comenzó a escribir sus Rimas amorosas, dedicadas a su esposo, a las que seguirían sus Rimas espirituales. Las letras, el apoyo de los suyos y las labores sociales que realizó la ayudaron a superar la pena.
Vittoria no solo se dedicó con éxito a la poesía, pues sus rimas llegaron a alcanzar diecinueve ediciones durante el siglo XVI, sino que también escribió obras en prosa de temática religiosa. Tal era su fama que Ludovico Ariosto, en la tercera edición de su obra Orlando Furioso, la menciona para elogiarla.
En 1538, la intelectual italiana comenzó su amistad con Miguel Ángel, una relación que les uniría de por vida. El artista le dedicó algunos de los sonetos que escribió y la inmortalizó en muchos de sus dibujos.
No tiene el gran artista ni un concepto
que el mármol en sí no circunscriba
en su exceso, mas solo a tal arriba
la mano que obedece al intelecto.
El mal que huyo y el bien que prometo,
en ti, señora hermosa, divina, altiva,
igual se esconde; y porque más no viva,
contrario tengo el arte al deseado efecto.
No tiene, pues, Amor ni tu belleza
o dureza o fortuna o gran desvío
la culpa de mi mal, destino o suerte;
si en tu corazón muerte y piedad
llevas al tiempo, el bajo ingenio mío
no sabe, ardiendo, sino sacar de ahí muerte.(Miguel Ángel Buonarroti)
Un año después de conocerse, ella misma le pidió a Miguel Ángel que le pintara un pequeño cuadro de la Crucifixión. Este le mostró varios bocetos, que en la actualidad se conservan en el Museo Británico y en el Louvre, antes de realizar la obra definitiva. Cuando ella falleció, él recuperó el cuadro y a la composición formada por las figuras de Cristo, la Virgen y San Juan, añadió la imagen de Vittoria, retratada como María Magdalena. El cuadro original se ha perdido, pero lo conocemos gracias a las copias que sí han llegado hasta nosotros. Una de ellas se halla en la Concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño.
Vittoria Colonna fue la única mujer que formó parte del círculo íntimo del maestro renacentista.
FUENTE: Poéticas, Italian Women Writers, Fedro, eScholarship University of California
MÁS INFORMACIÓN: Forgotten Books, The Italianist
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