Elvira, una obra de Rubén Angulo

Por Pilar Martínez Manzanares.

Elvira, nace sin duda como una de las obras más profundas y detalladas de Rubén Angulo. Su trama tiene como base la relación destructiva entre Elvira, jefa de archivo de un  psiquiátrico, y un funcionario, trabajador del sanatorio, del que ni siquiera se conoce su nombre. Dicho personaje masculino acapara la primera imagen de la novela, y así sigue página tras página, sepultado bajo una torres de pallets. En lo que cree sus últimas horas, rememorará su tortuosa relación personal y profesional con su directora, así como sus secuaces, Minerva y Montse.

Un tesoro literario que permite al lector sumergirse en los múltiples pensamientos e ideas del funcionario. Con una trama perfectamente pulida, alejada de adornos artificiales, y con un lenguaje claro y sencillo, la obra de Rubén Angulo se desarrolla a lo largo de sus cien páginas como una auténtica obra de arte. A pesar de su corta duración, la conexión con los protagonistas es tal, que su imagen y sentimientos se funden con aquella persona que tenga dicha novela en sus manos. ¿Hay algo mejor que empatizar con aquellos personajes con los que compartes un momento de tu vida? No, y Angulo consigue todo ello a la perfección.

Abrí los ojos desmesuradamente.
Desorientación, la que sucede a una pesadilla retorcida.
Dolor.
Traté de girar la cabeza, involuntariamente, y al mismo tiempo me dolieron cuello y cráneo. Estaba aprisionado por un montón de palés, tumbado boca abajo como sobre un balancín, la cabeza a ras de suelo y los pies sobre elevados. 
No, no era una pesadilla.
Sí, había sido ella, ¡Elvira!

Por otro lado, la edición de Lor Jim Ediciones, muestra una obra mimada y estudiada delicadamente hasta el extremo, pero sin perder la espotáneidad y el alma extenuante de la trama. Un cuidado descolocado que hace palpable las pasiones del autor empapadas en la historia de Elvira y este misterioso hombre.

Es curioso como las novelas ambientadas en psiquiátricos tiene un aura distinta, un ángel que provoca un apego especial a ellas. Trasladan al lector a cada pasillo de un siniestro sanatorio construido en nuestra imaginación, incluso sus pies pueden sentir el frío pavimento, o notar el sabor de las medicinas y el aroma rancio de las habitaciones. Rubén Angulo consigue a través de sus palabras todo ello y mucho más, una novela más que recomendable para aquellos amantes de la literatura, para aquellas personas que miran más allá de las palabras escritas, y buscan un universo y una historia que construir. Quizá la gente busca imaginar el punto de locura al que puede llegar la mente humana, esa línea casi difusa entre la cordura y nuestros más íntimos demonios, quizá busca una comparación con sus propios y cotidianos desvaríos.