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Constance Fenimore y Henry James

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

La estadounidense Constance Fenimore Woolson (1840-1894), sobrina nieta de James Fenimore Cooper, tuvo claro desde el principio que lo único que deseaba en la vida era escribir y viajar. Por ese motivo, naciendo en el siglo que le tocó vivir, decidió permanecer soltera para poder dedicarse por entero a su vocación.

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Constance Fenimore Woolson. FUENTE: Wikipedia

Cuando su padre falleció, en 1869, Constance comenzó a publicar sus poemas, artículos y relatos en revistas como Harper’s Magazine, Putnam’s Magazine y Atlantic Monthly. Poco tiempo después, aparecieron The Old Stone House (1873) y su primer volumen de relatos Castle Nowhere: Lake-Country Sketches (1875).

En 1879, también perdió a su madre, y no teniendo motivo para permanecer en su tierra natal, partió a Europa, donde residió en Francia, Inglaterra, Italia, Suiza y Alemania.

Desde entonces, la producción de la autora se incrementó, con novelas como Anne (1880), East Angels (1886), Jupiter Lights (1889), Horace Chase (1894), For the Major (1883), etc.

Fue en Florencia, en la primavera de 1880, cuando en su vida aparecería una de las figuras literarias más importantes del siglo XIX: Henry James. Su relación haría correr ríos de tinta desde entonces. Los biográfos han especulado todo tipo de trato entre ambos escritores y no han terminado de ponerse de acuerdo sobre la relación que realmente les unía, más allá de su colaboración y admiración mutua. Los dos estuvieron de acuerdo en destruir sus cartas y solo se conservan cuatro de toda la correspondencia que intercambiaron, en una amistad que los unió durante 14 años.

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FUENTE: Wikipedia

En 1893, Constance alquiló un apartamento en Venecia. Un año después, moría al caer desde una de sus ventanas. Aunque sufría depresión, se desconoce a ciencia cierta si aquello fue un accidente o un suicidio. James visitó durante años su tumba en el Cementerio Protestante de Roma.

FUENTE: Grand Valley State University, The Daily Beast,

MÁS INFORMACIÓN: Signature Reads, Chicago Tribune

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