País de viejas profecías, una evocación poderosa
Por Luis Fernando Alcantar.
La casa de la voz de *Paulina Mendoza (León, 1988) es el lenguaje, un elemento desde el que atisba y se adentra y reimagina distintas atmósferas, con puntualidad y estilo propio.
Su libro «País de viejas profecías», es un juego de correspondencias y negaciones, que ponen de manifiesto lo que evoca en sus versos. A través de preguntas e imágenes sólidas, guiadas por la curiosidad, el escepticismo pero también por el humor y la nostalgia, o en eso que algunos llaman «saudade» (voz portuguesa: nostalgia, añoranza), y el extrañamiento de estar vivo.
Aquí resalta la evocación poderosa. El eco de una sombra que se divierte a costa de la ambición y el ego. Un pincel que se permite jugar entre las metáforas y les da la vuelta, mientras las dice de forma transparente.
Resulta difícil resistirse al influjo de los poemas de Paulina, con su construcción y ritmo que tienen una fluidez hipnótica. Este país que también es un collage con algunas piezas visuales de la autora, que se aprecian como un encuentro que se da entre lo pictórico y lo escrito.
Es un encuentro grato descubrir y encontrar esta voz propia en la poesía, con inspiración en poetas como Nicanor Parra y Vicente Huidobro. En lo personal, es de agradecerse el poema inspirado en Tom Waits, pero también otro 
puñado de poemas que se quedan grabados. Por detalles así es que crea un vínculo con el lector. En una interesante propuesta estética en donde hay autocrítica, autenticidad, emoción y riesgo.
«País de viejas profecías» de Paulina Mendoza Hernández. Editorial Montea, abril de 2016. Primera edición. Prólogo por Eduardo Martín del Campo. Un libro que es parte de la colección: «La culpa la tiene el Bajío».
Paulina estudió la Licenciatura en Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato, actualmente cursa la Maestría en Artes en la misma escuela, además de la poesía tiene interés por la narrativa y la escritura periodística. Cofundó Rizoma Agencia Cultural, sello de producción y gestión. Mantiene el blog: www.anapaulinagam.blogspot.com