Félix J. Palma y María Fortea a propósito de «El amor no es nada del otro mundo»
«Había sido una de las noches más patéticas de su vida, pero sus 256 amigos de Facebook debían creer que había sido una noche inolvidable. ¿Complicado? Qué va. Era algo que podía conseguir retocando lo suficiente las fotos de la velada. No sería la primera vez. En realidad, Ismael contaba con una amplia experiencia en ese campo».
A Félix J. Palma le conocemos (además de por sus cuentos) sobre todo por la aclamada “Trilogía victoriana” de novelas que conforman El mapa del tiempo (2008), El mapa del cielo (2012) y El mapa del caos (2014), traducidas a varios idiomas y con numerosos galardones. María Fortea por su parte, combinó los estudios de Enfermería con disciplinas más artísticas como teatro o talleres de escritura; colaboradora en publicidad, cine y televisión, es una lectora voraz que siempre había soñado con escribir una novela… Sueño que se ha hecho realidad tras descubrir las sorprendentes afinidades que ambos tienen entre sus inquietudes artísticas. El amor no es nada del otro mundo es una novela sobre universos paralelos en la que un peculiar triángulo amoroso y un excéntrico grupo de personajes nos harán reflexionar entre carcajadas sobre la idealización del amor, la persecución de los sueños y la felicidad en los tiempos de Facebook.
.
El amor no es nada del otro mundo. Félix J. Palma / María Fortea. Editorial Plaza & Janés, 2016. 396 páginas. 18,90 €
Ismael tiene 38 años y una vida gris, por eso dedica la mayor parte de su tiempo libre a inventarse una existencia idílica en Facebook. Y, de paso, está intentando localizar a quien fue su mejor amiga, su amor secreto y su peor pesadilla, la maravillosa y desquiciante Amanda Saldana, de quien hace veinte años que no sabe nada. Ismael jamás se atrevió a confesarle sus sentimientos, sin embargo, nunca ha perdido la esperanza de que una segunda oportunidad le permita enmendar su error. Lo que no se imagina es que, tal vez, esa oportunidad no le será concedida en este mundo…
.
P.- ¿Cómo y por qué surgió la idea de escribir a cuatro manos esta novela?
Félix: La idea de escribir juntos surgió de ambos, de una forma natural. Cuando nos conocimos, hace seis años, yo estaba enfrascado en la trilogía victoriana, preparando la segunda parte, y María, aunque nunca había publicado nada, llevaba mucho tiempo buscando el momento de escribir su primera novela…
María: Justo por aquellas fechas había decidido tomarme un año sabático y dar el paso… Mi situación profesional me lo permitía por primera vez, y era el momento perfecto. Lo había intentado anteriormente, pero ningún proyecto había llegado a buen puerto. Conocer a Félix y comenzar una relación personal con él, supuso para mí tener un taller literario en casa, las 24 horas del día. El hecho de hablar a todas horas de literatura, dio como resultado que nos apeteciera mucho escribir algo juntos. Y como por aquella época yo estaba ayudando a Félix con la documentación sobre los universos paralelos, y era este un tema que a ambos nos fascinaba, se nos ocurrieron varias ideas al respecto. Pero queríamos que fuera una novela mucho más ligera que los mapas, en clave de comedia, que colocara al multiverso en un plano mucho más íntimo, cotidiano… como un elemento fantástico que, de pronto, dejara de serlo e irrumpiera en el día a día de los protagonistas, poniendo sus vidas patas arriba…
Félix: Y entonces a María se le ocurrió la premisa para El amor no es nada del otro mundo. ¿Qué pasaría si Facebook, de pronto, permitiera conectar con otros mundos paralelos? La idea ofrecía tantas posibilidades… Que a través de algo tan simple como tener un perfil en una red social, pudiéramos pedir amistad a nuestros yos alternativos de otros mundos paralelos, y ver cómo nos fue allí al haber tomado otras decisiones… Y a partir de ahí, no pudimos dejar de pensar en las infinitas vueltas narrativas que yacían bajo una idea así.
P.- Félix, ¿ha sido María quien te ha traído (literariamente hablando) de la época victoriana a la actualidad más social?
Félix: (risas) No, no tiene tanto poder sobre mí. En realidad, tras seis años escribiendo la “trilogía victoriana” yo estaba deseando un cambio, escribir una novela para la que no tuviera que manejar tanta documentación, y que pudiera escribirla usando una prosa más informal y fresca, liberándome del yugo que había supuesto la voz del peculiar narrador de los mapas, así que cuando a María se le ocurrió la idea germinal de El amor no es nada del otro mundo, vi el cielo abierto. Era justo lo que buscaba.
P.- Ismael se inventa una vida en las redes sociales, concretamente en Facebook, ¿no eso algo habitual hoy día entre los usuarios? ¿Frustración vital?
Félix: Bastante habitual, aunque no creo que sea tanto por frustración vital como por aprovechar la oportunidad que Facebook ofrece para sublimar nuestra propia vida. Las escenas aburridas, vulgares o tristes ocupan el 90 % de una vida, y gracias a esa sala de montaje que es Facebook, pueden ser desechadas para potenciar el 10 % restante. De ese modo, cualquier vida se vuelve sublime, divertida, emocionante.
P.- ¿Qué de bueno tienen las redes sociales y qué de malo?
María: Las redes sociales era uno de los temas sobre los que queríamos reflexionar. Elegimos Facebook por una simple razón sentimental. Félix y yo nos conocimos a través de esa red. Evidentemente, las redes tienen su lado malo. La necesidad de ser querido, aceptado o admirado es algo inherente a la naturaleza humana y, en mayor o menor medida, gran parte de nuestros actos van siempre encaminados a ese fin, lo cual no es del todo malo… a no ser que esa necesidad se convierta en el centro de toda nuestro universo. Y las redes sociales son el universo perfecto para que eso suceda.
Félix: Y su lado bueno. A mí me parece una herramienta muy útil para promocionar mi trabajo, ya que te convierte en tu propio jefe de marketing. Es cierto que en materia de promoción no hay reglas escritas y nunca se sabe lo que va a funcionar y lo que no, pero siempre sumará, nunca restará. Otra ventaja que le veo es que permite a los escritores estar en contacto con sus lectores, un contacto que pueden regular a su gusto, y eso es algo que me parece muy enriquecedor para ambos. Antes de la existencia de las redes sociales ese contacto era muy difícil de conseguir.
P.- ¿El amor virtual o digital puede llegar a hacerse verdadero en la realidad diaria de una persona?
Félix: Nosotros somos el ejemplo viviente de ello.
P.- El futuro: mundos paralelos, saltos temporales, realidad virtual, felicidad… ¿es posible todo eso en una comunidad continuamente interrelacionada?
Félix: ¿Por qué no? La sociedad, la forma de relacionarse, de comunicarse, el mismo concepto de la amistad, todo el mundo ha cambiado tan brutalmente en tan pocos años… Y nuestra mente lo ha asumido, sin problemas. La mente está preparada para adaptarse a una realidad múltiple. Hoy en día uno lleva tantas vidas como redes posee, y en cada una piensa, se expresa y se relaciona de forma diferente.
María: Y lo hacemos manteniendo razonablemente la cordura. Así que, si dentro de unos años, nos dicen que podemos saltar a otro universo, viajar en el tiempo o vivir en un mundo virtual… creo que podríamos hacerlo, y seguir siendo tan infelices como antes. Estamos preparados para ir detrás de la felicidad, y no alcanzarla nunca, en cualquier contexto.
P.- En el otro yo virtual, ¿seguimos teniendo la misma esencia o se nota más lo que distingue a cada uno?
Félix: Nuestros otros yos existen replicados en los infinitos mundos, pero seguramente que no sean exactamente iguales entre sí. Nosotros nos imaginamos el multiverso como un pentagrama infinito. En el mundo colindante seremos casi iguales, pero habrá detalles que nos diferencien de nuestros gemelos, y esos detalles irán aumentando a medida que nos alejemos en ese pentagrama ficticio, de modo que nos iremos volviendo cada vez más irreconocibles para nosotros mismos.
María: En la novela queríamos plantearnos si uno es como es por naturaleza, o sería diferente si le hubiesen ocurrido otras cosas.
P.- ¿La realidad múltiple entonces es posible? ¿O acabaríamos quizás un poco locos?
Félix: La teoría del multiverso ha sido considerada desde su nacimiento, allá por los años 50, poco más que un cuento de ciencia ficción, pero según los últimos descubrimientos científicos en el campo de la física cuántica, parece que la existencia de un multiverso cobra cada vez más fuerza. Hace un par de años, justo cuando estaba en plena promoción de El mapa del caos, apareció una noticia que explicaba que científicos de la universidad de California y de la universidad Griffith (Australia), habían expuesto una nueva y radical teoría sobre la existencia de los universos paralelos. Aseguraban que no solo el universo en el que vivimos es uno más de un número gigantesco de mundos (unos casi idénticos al nuestro, otros muy diferentes), si no que todos estos mundos interactúan entre sí. O sea, que parece bastante posible. Lo que no sé si eso nos conduciría a la locura…
María: Decía Wilde que tu vida real es siempre aquella que no llevas… Ya vivimos múltiples vidas. La que llevamos, la que nos gustaría llevar, la que creemos que nos merecemos, la que opinamos que perdimos… Si eso no es estar loco. El poder conocer todas tus posibles vidas, saber que todas son igualmente reales, tal vez sería un paso a la cordura.
P.- En una comedia romántica, ¿qué más se puede llegar a hacer por amor…?
Félix: En una comedia romántica se puede hacer por amor todo aquello que haga reír al lector y desgraciados a los protagonistas. Esa es la única regla. En la vida real se puede llegar a…
María: ¿A escribir una comedia romántica a cuatro manos, por ejemplo?
P.- ¿Nuevos proyectos?
Félix: Yo estoy escribiendo una novela policiaca que, como no podía ser de otra forma, tiene incorporado un elemento fantástico. Quería medirme con el género, ver si le podía aportar una visión personal.
María: Yo estoy escribiendo un falso trhiller con fantasmas protagonizada por un adolescente.
.
Por Benito Garrido (@benitogarridog).
.