El Rey Lear en una gran versión taiwanesa en única función, hoy sábado 28 de mayo
Por Horacio Otheguy Riveira
Sólo dos días en los Teatros del Canal, ayer y hoy, 28 de mayo, un acontecimiento de extraordinario valor para los amantes del teatro. No importa cuántas versiones se hayan visto en cine o teatro, ni cuántas veces la hayamos leído, el maestro taiwanés Wu Hsing-Kuo ofrece una visión muy personal fusionando técnicas clásicas y contemporáneas con una calidad artística que sobrecoge con un talento fuera de lo común.
La embajada de Taiwán se comprometió de lleno para esta función de un hombre de teatro tan completo que escribe la versión de Shakespeare en chino-mandarín, dirige e interpreta como único actor, pero ¡cuidado! no es un monólogo al uso, se rodea de una gran producción en la que intervienen en diversas facetas 25 artistas con 9 jóvenes músicos que están todo el tiempo en escena, a un lado, visibles pero sin importunar el arte extraordinario de un artista completo que asimila técnicas diversas para entregarse de lleno al espíritu de la compañía que dirige, la Contemporary Legend Theatre: un equipo que trae al siglo XXI los valores de la tradicional Ópera de Pekín y la une a toda clase de innovaciones.
Es tan interesante el trabajo de este hombre que atrajo el interés de Arianne Mnouchkine, directora artística del Théàtre du Soleil, genial representante del teatro francés en sus muchas facetas, incluida su intervención magistral en el mundo del cine (por ejemplo, inolvidables 260 minutos dedicados a Molière): ella le sugirió los primeros pasos de lo que luego se convirtió en esta monumental creación de casi dos horas en la que todos los elementos confluyen para un King Lear muy especial, bajo la mirada de un hombre, la cultura de un país, las coordenadas artísticas de toda una cultura en el mundo asiático, pero sobre todo con un lenguaje escénico que nos permite la identificación imprescindible para emocionarnos, asombrarnos y reflexionar.
Un teatro pausado al que no estamos acostumbrados, y que, no obstante, rápidamente consigue seducirnos porque hay un trabajo de luces y escenografía, y un acompañamiento musical en vivo de tal riqueza que cualquier Lear que tengamos en mente queda aparcado, transportados al caudal de matices de este Wu Hsing-Kuo, que interpreta a Lear lo mismo que al bufón y a sus tres hijas y a Glocester y su hijo Edgar, y a él mismo frente a frente con el vertiginoso peligro de ser actor y Lear a la vez.
Un portentoso artista abocado a hacer del teatro una profunda experiencia personal:
Al igual que Rey Lear pierde su reino, yo tomé la decisión, una vez terminadas las actuaciones en el Festival de Avignon de 1998, de cerrar la compañía que había fundado 12 años antes, para rehacerla y rehacerme.
(…) En el primer acto de esta adaptación, Lear enfurece salvajemente. Maldice al cielo y a la tierra por haber sido rechazado y traicionado. Lo que Lear expresa es muy similar a lo que yo sentía entonces. Por un lado había sido rechazado por muchos teatros e internamente algunos miembros de la compañía no podían entender la idea teatral que yo tenía. El mundo entero me oprimía. A través de la obra de Shakespeare me cuestionaba mi cultura y mi tradición. En esta adaptación hay entremezcladas reminiscencias de mi pasado, que oscilaban entre mi vida en la escuela de la Ópera china y mi periodo de aprendizaje en el momento de fundar la compañía.
A través de King Lear encontré la misión que debía tener la Contemporary Legend Theatre en el siglo XXI, que no era solo salvaguardar la tradición sino permitir la confrontación con la modernidad, provocando el nacimiento de una tercera aproximación que extenderá el futuro de la Ópera de Pekín.
Aquí y ahora, el espectáculo conseguido es de tal belleza y profundidad que nos permite llegar al fondo de la desolación del ser humano, víctima de una prisión permanente contra la que debe luchar como su principal enemigo: la prisión de sus emociones más elementales. Y así toda la función se encarrila hacia un final muy nuestro, muy propio del teatro occidental, después de un recorrido fascinante por su propia cultura.
En el fondo, lo de siempre: el corazón humano y sus contradicciones no tienen raíces culturales y el mestizaje fluye como agua de un inmenso y caudaloso río que a todos nos une en busca de la felicidad, procurando comprender nuestro desasosiego en el largo viaje…
King Lear. Teatros del canal. 27 y 28 de mayo 2016. Espectáculo con subtítulos en castellano.