La muerte anunciada de «Top Dance»
Por Marta Arranz
“Top Dance” se canceló hace unas semanas de manera repentina, justo después de su cambio a la noche de los viernes, que acabó con él definitivamente. El gran gigante televisivo de “Sálvame Deluxe” terminó por fulminar un programa que en cada emisión iba perdiendo más audiencia, a pesar de los múltiples intentos de la cadena por impulsarlo hacia delante. El programa tan solo ha durado cuatro galas, las dos de casting y las dos en directo, donde se despidió a tres concursantes: Alejandro, Eva y Laura. Con ello, “Top Dance” se suma a la lista de los shows que han durado menos en televisión.
En este tipo de formatos, como son los concursos, cuando se suspenden antes de tiempo, las cadenas junto a la productora correspondiente, suelen organizar una gala final casi improvisada para proclamar a un ganador. Sin embargo, tal era el panorama de “Top Dance” que ni siquiera se llevó a cabo esa gala de despedida. De hecho, su fracaso, ha hecho que muchos de los proyectos de programas de baile que se estaban poniendo en marcha, se hayan parado, según palabras de Rafa Méndez, bailarín conocido por su participación en el famoso concurso de danza “Fama, A Bailar”. Y es que, antes de seguir adelante, hay que descubrir si su mala acogida se ha debido a lo que planteaba el programa o a cómo lo planteaba.
“Top Dance” pretendía buscar al mejor bailarín del país entre 16 concursantes que fueron seleccionados por el grupo Boomerang al inicio y después en las dos galas de casting que se emitieron. La idea era que los participantes realizaran varios números en parejas, escogidas por los profesores del programa, y fueran pasando fases hasta que solo quedara uno que sería el eliminado de esa semana. La pareja del expulsado retaría a otro concursante para quedarse con su compañero, y así sucesivamente. Parecía una mecánica bastante sencilla y entretenida que prometía sobre todo mucho baile, pero no fue así.
Parece que todas las críticas se han centrado en el hecho de que era un programa de baile en el que aproximadamente el 30% de emisión era baile y cerca del 70% era tertulia sentimental (problemas entre los concursantes, su convivencia en la academia, etc.). Es decir, parece que lo que se quiso buscar fue la máxima audiencia posible siguiendo un formato que se sabe que tiene un gran éxito en la parrilla televisiva, como lo es buscar el narrar los “trapos sucios” de la convivencia entre los concursantes de un programa. Salvando las distancias, se intentó hacer una mezcla entre “Sálvame Deluxe” y “Gran Hermano”, pero sin llegar al extremo de intimidades que llegan este tipo de programas, y así ni se lograba llamar la atención del público de estos formatos, que no necesitaban la copia si ya tenían el original, ni tampoco el de los espectadores que no disfrutan con eso tipo de shows y solo querían ver baile en un concurso de ello.
Y esto no quiere decir que no se tengan que mostrar ciertas imágenes de la convivencia entre los concursantes, como por ejemplo los ensayos, que eso es algo que se hace en la mayoría de programas de este estilo, entre otras cosas, para que el espectador vea cómo ha evolucionado en participante. Pero lo que no se debe hacer es basar un programa de este formato en ello, y ya no solo las imágenes de la convivencia, sino que también en la propia gala en directo Manel Fuentes se sentaba con los concursantes a tratar los problemas de convivencia a modo de terapia.
Este es otro defecto que el programa ha tenido, no se ha sabido “explotar” del todo la capacidad del presentador para conducir el programa. Manel Fuentes ya ha demostrado en otros concursos como “Tu Cara me Suena” que reúne las características apropiadas para entretener e informar al público, pero en este programa parecía tener una especie de papel secundario en el que debía abordar los problemas de los concursantes. Por su parte, el jurado, compuesto por Rafael Amargo, Mónica Cruz y David Bustamente, realizó un papel bastante bueno valorando a los concursantes, pero es verdad que quizás caras más conocidas del mundo del baile a nivel televisivo, habrían conseguido que más espectadores se sumaran a ver el programa, aunque eso tampoco se sabe.
Era el jurado precisamente el que “criticaba ciertos aspectos” del programa que no consideraba del todo pertinentes, como el hecho de que a la hora de decidir qué pareja se salvaba, en lugar de decir “la pareja ganadora ha sido…”, estaban obligados a decir “la peor pareja ha sido…”, algo que no agradaba al jurado. Un detalle sin mucha importancia, pero que es una muestra más de cómo el programa pretendía buscar el “morbo” para captar la máxima audiencia.
Otra de las grandes críticas fue a la realización del programa, en cuanto a que no se veían bien los bailes, y había algunos fallos de sonido, pero considero que eso no es tan relevante pues forma parte del hecho de ser un programa en directo en el que el realizador o realizadora tiene mucha presión y es muy complicado agradar a todos. Los bailes, aunque es verdad que en ocasiones se veían algo alejados o se mostraba a quien no hacía en ese momento ningún paso “destacable” en la coreografía, se podían disfrutar sin problemas, es más así se tenía una visión más general del baile.
Por último, nada que decir a la profesionalidad de los bailarines. Se veía que todos ellos se estaban esforzando mucho y así lo demostraron el poco tiempo que el programa ha durado en emisión. Sus coreografías elaboradas y su entusiasmo fueron uno de los puntos fuertes del programa, sin duda. De hecho, la cancelación del programa les ha supuesto un gran disgusto, ya que ya no podrán seguir formándose en las instalaciones de la academia de “Top dance”.
En definitiva, un concurso con un buen planteamiento inicial, en cuanto a que quería potenciar el baile, como lo hizo en su momento “Fama, A Bailar”, con un jurado profesional, un presentador muy preparado para este tipo de formatos, y unos participantes con mucho entusiasmo y con ganas de esforzarse al máximo. Pero que, sin embargo, no se ha sabido conducir bien, muy probablemente por razones de búsqueda de la mayor audiencia posible. Lo que ha llevado a ser un show con más tertulia sentimental que baile. Y es que basta que busques algo para que no lo consigas.