‘Echeverría’, de Martín Caparrós
Echeverría
Martín Caparrós
Anagrama
Barcelona, 2016
376 páginas
Buenos Aires, 1830. La Argentina acaba de empezar y no sabe, todavía, cómo ser. Un joven, entonces, decide que tiene una misión: debe inventar, para hacer de su país naciente un país real, una literatura. Sus grandes poemas románticos terminarán por conseguirlo y el joven Echeverría se convertirá en el poeta nacional. Esteban Echeverría vive esos años turbulentos tironeado entre su tarea y su enfermedad, sus amores y el miedo, la ciudad y la pampa, la poesía y la militancia contra la dictadura, que terminará por llevarlo al exilio.
En este cruce de variadas pasiones, Martín Caparrós escribe una novela monumental que es también la biografía de una de las figuras más significativas de la historia y la literatura argentinas, un paseo por unos tiempos turbios, una mirada sobre el oficio del escritor y, sobre todo, un relato trabajado, lujoso, sugerente.
«Caparrós es dueño de una originalidad que reside también en su prosa exacta y en su sintaxis única, su capacidad para mirar la realidad como algo ajeno, tan cambiante, insoportablemente irreal» (Diego Gándara, Qué Leer).
«Un escritor vitalista, enérgico y estimulante. Desolador y festivo a un tiempo» (Ricardo Baixeras, El Periódico).
«La escritura de Caparrós tiene un pulso memorable» (Antonio Lucas, El Mundo).
«Caparrós es un maestro» (Roberto Valencia, Quimera).
De Echeverría a Argentina y viceversa, la novela recorre continuamente el camino intrincado que une esas dos palabras-ideas-realidades-ficciones, y acaba siendo al mismo tiempo una pregunta sobre el sentido de una vida y el sentido de un relato colectivo. Esa vida encuentra su sentido en la escritura, incluso aunque “Echeverría supone que escribir no es necesario: que quizás ese fue su error”. Y el relato de la patria, o mejor de una cultura al servicio de la patria, no sé si tiene sentido pero sí destino: “la mayor trampa que tienden todas las culturas: que esa cultura va a durar para siempre. Todos los tiempos creyeron que serían así para siempre: que nunca se volverían pasado. Todos los tiempos se volvieron” (Nadal Suau, El Cultural)
«Se pregunta si realmente lo está haciendo.
Está perdido. O quién sabe extrañado: lejos de alguna parte. Está perdido o quién sabe extrañado y se pregunta si realmente lo está haciendo: hay momentos en que lo que le pasa es eso. Hay momentos en que querría saber si de verdad está haciendo eso que hace; saber, también, si hace lo que hace porque decide hacerlo o porque cae, como quien cae, como quien se desliza. Está perdido, sorprendido: siente en la mano la pistola, la mira, la aprieta en la mano derecha vuelta puño. Se pregunta si realmente, de verdad.» (Martín Caparrós, ‘Echeverría’)