El futuro incierto de “Buscando el Norte”
Por Marta Arranz @Marta28Arranz
Buscando el norte finalizó el pasado miércoles 6 de abril con un índice de audiencia muy por debajo del esperado, tan solo un 12.3 % de cuota de pantalla, con respecto al casi 20% que habían logrado con el primer episodio, es decir, una bajada de casi un millón de espectadores. Así, la serie se despedía de su primera temporada, tras ocho episodios, y sin ampliar a los posibles cinco que se tenían previstos. Pero, según Atresmedia, esto no significa que la serie no vaya a renovar para una segunda temporada. De hecho, su productora, Aparte Producciones, y Atresmedia planean reunirse para realizar una “reestructuración en los siguientes guiones”, con el fin de que la serie alcance el éxito que han obtenido otras series como “Allí Abajo” o “Vis a Vis”.
“Buscando el norte” narra la historia de dos hermanos, Carol (Belén Cuesta) y Álex (Antonio Velázquez), que, al no encontrar trabajo en España, deciden ir a probar suerte en Alemania. Pero, creyendo que se van a encontrar un camino de rosas, se topan con una realidad muy diferente y complicada. Los enredos entre las distintas familias españolas que allí residen y sus relaciones con los alemanes, donde se puede ver el contraste entre su forma de vida y la nuestra, son la clave para conseguir el humor en esta serie. El argumento prometía, y así lo demostró con sus primeros episodios, con los que consiguió ser líder de audiencia en la noche del miércoles. Pero entonces, ¿qué es lo que ha provocado la bajada de audiencia de “Buscando el norte”?
El primer factor que tenía en su contra era el hecho de que es una serie con un tema algo repetitivo en cuanto al juego de contrastes, “Allí Abajo” acababa de estrenar su segunda temporada, que emplea el mismo tipo de humor aunque en su caso contrastando norte y sur de España, y también se había estrenado hacía poco “Ocho Apellidos Catalanes”, que jugaba con lo mismo, por no hablar de “Perdiendo el Norte”, que es la película en la que se basa su idea principal. A pesar de ello, la serie tuvo muy buena acogida en sus primeros episodios, y es que al fin y al cabo el tema de los contrastes es un asunto que no se agota en cuanto a crear humor. El problema vino cuando llegaron sus competidores.
“En la Tuya o en la Mía” y “El Príncipe” se sumaron a la programación de los miércoles para acabar con la buena racha de los dos primeros episodios de la serie. Ambos contaban con un público asegurado y muy concreto que no iba a dejar de lado su programa favorito para ver la nueva serie. En el caso de “El Príncipe”, su originalidad e historia de amor ha cautivado a muchos de sus espectadores que quieren conocer cómo continúa la historia de los personajes. Y en el caso del programa de Bertín Osborne, tanto las personas invitadas como su particular forma de entrevistar hacen que los televidentes quieran conocer todos los secretos de sus celebridades favoritas. Es por ello, que Buscando el norte ya empezaba a descender en número de espectadores.
Aunque, sin duda, uno de sus mayores defectos ha sido, precisamente, buscar alcanzar la máxima audiencia. Muchos críticos no han sabido definir qué era lo que le faltaba a la serie, decían que le faltaba “alma”, que le faltaba “algo”, que le faltaba “esa cosa” que hace que las series tengan éxito. Pero en realidad lo que le faltaba era sello propio. Decidieron optar por relaciones peculiares, como el “acoso” que ejercía Carol sobre Adela (Silvia Alonso), con la que había mantenido relaciones sexuales a pesar de que la segunda fuera heterosexual, o la atracción entre Ulrike (Kimberley Tell) y Álex, que son primos hermanos, y también por las escenas y comentarios más vulgares, casi acabando en la línea de la famosa serie “La que se Avecina”.
Por su parte, destacar de manera positiva la interpretación de los actores que, a pesar de que muchos de ellos no ser especialmente conocidos, han sabido conducir perfectamente a sus personajes. Especialmente destacar a Manuel Burque con su personaje de Salva, el mejor amigo de Álex, y uno de los culpables de que este decida dejarlo todo para ir a Alemania. Sus “chascarrillos” e ideas descabelladas han sido, sin duda, uno de los puntos fuertes de la temporada.
En definitiva, una serie que no ha sabido distinguirse lo suficiente y que tampoco ha tenido “la chispa” que la haya llevado al éxito. Esperemos que con los cambios previstos en los nuevos guiones consigan ese “algo” que los críticos no han sabido definir, pero que hace que la serie no logre la audiencia que se quiere, y que con ello, consiga ser renovada. Desde luego siguen contando con algo muy importante, que es el apoyo de Atresmedia y el increíble despliegue de medios que les permite grabar en Berlín. Pero lo que está claro es que este pequeño fracaso es una pena porque su idea de base tiene mucho potencial, tan solo tienen que conseguir el camino que les lleve a desarrollarla de tal manera que le guste al público.