«La fiesta» en Madrid: debut de un importante autor italiano, Spiro Scimone
Por Horacio Otheguy Riveira
En una obra breve, todo un mundo de intimidad congelada, escrita como si se tratara de una liturgia a la contra: no hay que festejar más que el desamor, desde una perspectiva machista. Combinación muy lograda del teatro del absurdo universal y el grotesco típicamente italiano en una versión con muy buenos intérpretes, aunque demasiado jóvenes para sus personajes, con lo que tiene mucho mérito para dominar un texto que trasunta profundidad tras la apariencia banal de sus reiteraciones.
Un matrimonio que cumple un aniversario. Muchos años a sus espaldas como un via crucis que empeora ridículamente como ridículos somos los humanos cuando nos empeñamos en empeorar lo malo que nos sucede. Con este material, un gran tipo del espectáculo como Spiro Scimone (hombre de teatro y de cine, actor, guionista, director…), urdió esta pieza «de bolsillo» en la que cabe mucho, con personajes diseñados con trazo grueso y a la vez fino, en una adaptación española que quizás peca de demasiada reducción de repeticiones, tan valiosas en el texto original, en complicidad con la dirección.
La pareja repite como un ritual imperecedero sus mohínes y disgustos cotidianos. El padre también es el único hijo (es decir, el mismo actor interpreta a ambos), y los dos tiran de la mamma con la terrible tradición latina (aunque son los italianos quienes más han profundizado en ello en el cine y el teatro) de considerarla una criada para todo servicio.
En la repetición de los gestos y las palabras de esta pareja se encuentra un mundo de crueldad infinita que despierta sonrisas en los espectadores, pero sobre todo admiración por los actores que se mueven en un espacio muy reducido, en teatro circular, en el que además deben afrontar las dificultades de contar con una edad mucho menor. Y no sólo por edad, también por experiencia, ya que es un texto al que le vendrían de maravilla actores mucho más experimentados. Ante esta dificultad, Marta Betriu afronta con muy medidos recursos la carga de melodrama italiano desgarrado pero jamás desbordado: su sufrimiento es infinito, pero dentro de una cárcel que le impide explotar.
Jorge Basanta y Carles Moreu son los estupendos actores que trabajan en días alternos. Ambos con la ductilidad imprescindible para funciones de este tipo, ya que a menudo no se les reconoce a la primera, perfectos camaleones una vez que componen sus personajes.
La función que presencié la llevaba adelante, junto a Betriu, Carles Moreu (El baile, Sin anestesia), se ocupa con profesionalidad indudable de dos personajes sumamente odiosos entre los cuales la mujer de la casa se mueve con sumisión. Se trata de un cuadro costumbrista que podría ocurrir en cualquier época, pero fue escrito y estrenado en 1997 con un sentido musical de la palabra, una palabra criminal que se difunde con una cotidianidad escalofriante. Así es La Festa original, en versión española poco convincente, muy limitada a aspectos externos.
En efecto, Scimone llega a España en una versión poco satisfactoria, en la que el propio director asegura dudar de la riqueza del texto: «Los diálogos, de réplicas rápidas, me parecieron sin embargo hinchados de palabras. En cada frase de cinco palabras, sobraban cuatro. O las cinco». Mal comienzo. La tiranía del director, con ayuda de un «versionador, adaptador o autor de dramaturgia», que le sigue los pasos. No sé cuánto de Scimone queda, pero lo mejor del resultado final está en la valía de sus actores y la sensación de que nos hemos perdido una visión mucho más interesante que la que se nos ofrece.
La fiesta
Autor: Spiro Scimone (foto derecha)
Versión: Álvaro Vicente
Dirección: Jorge Muñoz
Intérpretes: Marta Betriu, Jorge Basanta/Carles Moreu
Escenografía: Jorge Muñoz
Iluminación: Luz. E. T.
Fotografía: Jorge Muñoz
Movimiento: María Martínez
Encuentro con el público: Jueves 7 a las 22,30. Entrada libre hasta completar aforo.
Teatro de la Cineteca de las Naves del Español. Del 30 de marzo al 24 de abril.
COMENTARIO DEL ACTOR JORGE BASANTA: