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‘Esa puta tan distinguida’, último viaje narrativo de Juan Marsé

«Soy algo más que laico, soy decididamente anticlerical. Mientras la Iglesia católica no pida perdón por su complicidad con la dictadura franquista, declararme anticlerical es lo menos que puedo hacer. Disfruto de una saludable clerofobia desde la más tierna adolescencia».

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‘Esa puta tan distinguida’, de Juan Marsé.

Actualidad editorial:

Esta semana ya puede adquirirse Esa puta tan distinguida (Editorial Lumen), la nueva novela de Juan Marsé, una historia que nos guía por los callejones de la memoria y el olvido, sabiendo muy bien que a veces los recuerdos son bombones envenenados. Es esta la historia de un escritor que recibe el encargo de escribir un guión de cine para una película basada en un suceso real: en la cabina de un cine de barrio, una prostituta era asesinada a sangre fría; pero el misterio no está en el quién ni en el cómo, sino en el por qué… y ni el propio asesino recuerda el motivo.

«Detesto hablar de la faena. Pero en fin, va de eso: Un anciano asesino, aquejado aparentemente de alzhéimer, cuenta su crimen treinta años después de cometerlo. Recuerda que mató a una prostituta, pero no recuerda en absoluto por qué la mató».

Una tarde de enero de 1949, Carol se acerca caminando con desgana al cine Delicias. Lleva tacones altos, medias negras y una gabardina a medio abrochar. La platea está abarrotada: en los carteles se anuncia la reposición de Gilda. Pero en vez de sumarse al público, Carol sube a la cabina de proyección. Allí la espera Fermín Sicart, el operador, que a cambio de unas monedas y una triste merienda va a disfrutar de sus encantos. No es la primera vez que Carol y Fermín se encuentran entre bobinas y vasos sucios, pero ese día algo se tuerce, y Carol no saldrá viva del encuentro.

Treinta años después, en el verano de 1982, alguien se empeña en convertir en película estos hechos escabrosos. Los expedientes hablan claro: hubo un crimen, una víctima y un asesino. Fermín, reo confeso, recuerda muy bien cómo estranguló a su querida Carol con una cinta de celuloide, pero ya no sabe por qué. Al hilo de esta pregunta Juan Marsé construye su última novela, que gira en torno a los caprichos de la memoria.

«Durante la interminable dictadura, aquel cine nacionalcatólico de cartón piedra generó tanta miseria moral y estética, se regodeó tanto en su propia falsedad y estupidez, que tardamos muchos años en levantar cabeza. La cosa mejoró, por supuesto. Pero ahora el problema es otro y es general, ahora la tecnología está acabando con el cine».

Juan Marsé (Barcelona, 1933) publicó Encerrados con un solo juguete, su primera novela, en 1960, y en 1962 apareció Esta cara de la luna. Le siguieron Últimas tardes con Teresa, (Premio Biblioteca Breve 1966), La oscura historia de la prima Montse (1970), Si te dicen que caí (1973), La muchacha de las bragas de oro (Premio Planeta, 1978), Un día volveré (1982), Ronda del Guinardó (1984), y la colección de relatos Teniente Bravo (1986), El embrujo de Shanghai (Premio Nacional de la Crítica 1994), Rabos de lagartija (Premio Nacional de la Crítica y de Literatura 2000), Canciones de amor en Lolita’s Club (2005), Caligrafía de los sueños (2011) y la novela breve Noticias felices en aviones de papel (2015), ilustrada por María Hergueta. En 2009 se le concedió el Premio Cervantes de las Letras Españolas. Esa puta tan distinguida es su novela más reciente.

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Esa puta tan distinguida.  Juan Marsé.  Editorial Lumen, 2016.  240 páginas.  21,90 €

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