El suicidio del matemático
Por Silvia Pato (@SilviaP3)
Se le conoce como Gerolamo Cardano (1501-1576), aunque algunos lo llaman Hieronymus Cardanus y otros Jerome Cardan. Pero todos esos nombres hacen referencia al mismo médico y matemático renacentista cuya vida podría ser llevada a la pantalla por algún avezado director de cine.
Gerolamo era hijo ilegítimo de uno de los amigos de Leonardo Da Vinci, el abogado Fazio Cardano. Después de estudiar medicina en Padua, el joven consiguió una buena reputación como médico y en 1539 entró a formar parte en el Colegio Médico de Milán. Ese mismo año publicó Practica arithmetica et mensurandi singulares, y se dedicó a enseñar Griego, Astronomía, Dialéctica y Matemática en las escuelas fundadas por Tomaso Piatti. En 1545 vería la luz Artis magnae sive de regulis algebraicis liber unus.
El profesor se había casado en 1531 con Lucia Bandarini, con quien había tenido dos hijos y una hija. El mayor de sus hijos, después de haber contraído matrimonio, fue acusado de envenenar a su esposa, preparándole un pastel con arsénico, motivo por el cual fue preso y decapitado. Gerolamo, que consideró a su primogénito como una auténtica desgracia, se mudó entonces a Bolonia, donde aceptó un puesto de profesor de Medicina en la universidad.
El matemático vivió toda su vida siendo víctima de su ludopatía. Dilapidó la fortuna de su padre cuando este murió y a duras penas iba sobreviviendo con sus ingresos, gastándolo todo en las partidas de dados, naipes y ajedrez. Pero ello no impidió que fuera un científico, matemático y escritor prolífico, aunque algunas de sus obras poco tuvieran que ver con la ciencia.
En 1558, Gerolamo escribió Metoposcopia libris tredecim, et octingentis faciei humanae eiconibus complexa, que no vería la luz hasta un siglo después. Este libro, con más de 800 ilustraciones, exponía la teoría de que en las líneas de la frente de una persona podía leerse tanto su personalidad como su futuro. Dos años después, escribió Libro de los juegos de azar (Liber de ludo aleae), un tratado de probabilidad íntimamente relacionado con su pasión por el juego.
Pero en 1570 se produjo un suceso fundamental en la vida de este matemático italiano. Como astrólogo, Gerolamo había preparado los horóscopos de figuras tales como Petrarca, Lutero, el emperador Carlos V y Jesús. Sin embargo, en pleno Renacimiento, osar preparar el horóscopo de este último provocó que fuera acusado y procesado por herejía. Después de meses de encarcelamiento, fue liberado, y ya en Roma, donde consiguió ganarse de nuevo el beneplácito de la Iglesia, se dedicó a la medicina y logró una pensión del Papa Gregorio XIII.
El matemático escribió también su biografía, De vita propria liber (El Libro de mi Vida) y por si todo ello fuera poco, en De subtilitate rerum aconsejaba la utilización de una lente en la cámara oscura para mejorar la nitidez de las imágenes, cuando faltaban tres siglos para la irrupción de la fotografía.
Dice la leyenda que Gerolamo, al realizar su propia carta astrológica predijo la fecha de su muerte: el 21 de septiembre de 1576. Y era tan consecuente con sus palabras y sus actos, que se suicidó en ese día, dejándose morir de inanición, cumpliendo así su profecía.
FUENTES: Libremercado, MCN Biografías
MÁS INFORMACIÓN: Sobre la inmortalidad de las almas (PDF)