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El extravagante método de lectura de Marshall Mc Luhan

Con frecuencia olvidamos o dejamos de reflexionar en el infinito de circunstancias que se condensan en los actos que consideramos habituales. Usar un tenedor para comer, por ejemplo, o andar en la calle y poder leer señales de tránsito y ubicación. Situaciones que parecerían simples pero las cuales han seguido un largo camino histórico para decantarse en esa sencilla cotidianidad.

Tal es, también, el caso de la lectura, una práctica que, apenas, recientemente se extendió a la mayoría de la población, pues originalmente se trató de una habilidad reservada para unos cuantos. Poco a poco, la lectura pasó de ser un ejercicio elitista a uno compartido (como las lecturas grupales y en voz alta que se hacían en la Europa del siglo XVII) para, casi finalmente, convertirse en ese acto en apariencia solitario y silencio, casi intimo, que realizamos ahora.

Pero si esa es la historia conocida, evidente, ¿qué pensar entonces de esos capítulos secretos o subestimados que dejaron de escribirse y, si acaso, solo pasaron de boca en boca, como esas anécdotas que se conservan en el seno de una familia? La lectura, sin duda, también tiene una historia de excentricidad que aún está por escribirse, ahí donde seguramente tendrá cabida este extraño hábito de Marshall McLuhan, el gran teórico de la comunicación que no por casualidad se ocupó de la “galaxia Gutenberg” y el impacto de la tecnología en nuestras formas de “leer” el mundo.

macluhan

McLuhan, en toda su lucidez, leía los libros “serios” siguiendo este extravagante método:

Si es un libro frívolo, relajante, leo cada palabra. Pero los libros serios los leo solo del lado de la mano derecha porque he descubierto una gran redundancia en cualquier libro bien escrito, y descubrí que leer solo la página del lado derecho me mantiene bien despierto, hace que llene la otra página a mi propia guisa.

No podemos saber qué tan efectiva (o siquiera viable) fue esta peculiaridad lectora de McLuhan. Pero al menos sugiere un ejercicio precioso: al dejar de leer un lado del libro, McLuhan se obligaba a inventar, imaginar ―lo cual, después de todo, es un desdoblamiento de esa excéntrica normalidad con que cualquiera de nosotros ejerce el sencillo acto de leer.-

 

One thought on “El extravagante método de lectura de Marshall Mc Luhan

  • Conclusión: hasta los grandes hombres y pensadores hacen gilipolleces, con perdón. Y mira que tengo un profundo respeto por McLuhan. Supongo que también sería muy original comer solo la parte derecha de un plato de spaguetti. Sería igual de idiota que el método de lectura de Mr. Marshall… pero al menos se guardaría la línea.

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