El mejor oficio del mundo
Por: Juan Camilo Parra
Gabriel García Márquez una vez dijo: “el periodismo es el mejor oficio del mundo” y tiene toda la razón. El ejercicio de un buen periodismo implica sacrificios, esfuerzos, desvelos y desesperos que más de una vez, conlleva al periodista a dudar de lo que está haciendo, de la profesión que escogió, de la vida que lleva. Luego, después de algunos suspiros, tal vez después de un trago o un cigarrillo, vuelve al ruedo y se sigue lanzando al vacío de su trabajo que lo obliga a una visión aguda, una paciencia eterna y una corrección constante de lo que escribe.
Hoy Colombia no goza de una buena reputación a nivel interno de este oficio, la cantidad de fallas por parte de los colegas nos ha llevado a trabajar cada vez más en silencio sobre las consideraciones de las personas del común respecto a esta profesión. Todo porque en menos de un mes, se violó los límites más amplios de la ética, de la responsabilidad de informar, del profesionalismo que debe tener un periodista con la información obtenida. Aunque no se pueda apelar a nada de lo que se dice –por ahora-, en Colombia está sucediendo algo mayor que todas estas apreciaciones, hasta el día de hoy se registran 152 asesinatos a periodistas en su ejercicio profesional. Es una cifra abrumante que prende las alarmas para prestar atención a la forma como es castigado en Colombia el trabajo de informar con la verdad.
Partamos de dos puntos fundamentales: hay un grupo de periodistas que no son los más profesionales y andan ensuciando la profesión con sus asuntos “periodísticos”. El otro punto radica en los que sí ejercen su trabajo con esfuerzo, paciencia y profesionalismo pero son asesinados o amenazados. Así que no hay una garantía para poder realizar un buen trabajo que implique decir la verdad, que involucre una ética precisa sobre el arte de informar.
Junto con Gabo creemos que es el mejor oficio del mundo, porque implica arriesgar y a su vez, se necesita de una responsabilidad grande a la hora de exponer los resultados de una información que seguramente, cambiará pensamientos, sensaciones y visiones del mundo que se está viviendo. El periodista es como un centinela, atento a cuanto movimiento extraño sucede y así, se esfuerza por extraer lo mejor de su oficio para cumplir con su responsabilidad de informar de la mejor manera y con la disposición precisa de poder defender sus argumentos frente a cualquier eventualidad.
La muerte de los periodistas está quedando impune en Colombia y solo queda la leve “tranquilidad” de que sus muertes han sido por la obstinación a la verdad, a los asuntos extraños que se mueven en el país y que deben ser contados para que los ciudadanos entiendan que las cosas no son como se muestran cotidianamente, que todo tiene un trasfondo. Todo esto no es más que un llamado a todos los periodistas del mundo para que nunca dejemos de hacer de esta profesión el mejor oficio del mundo, que no se olvide la responsabilidad de informar con calidad y esperanza, porque aunque el mundo gire con más velocidad por culpa de las miles de obligaciones del hombre, siempre será necesario un momento para suspirar, detenerse, mirar el entorno y reflexionar. Es ahí donde está el trabajo del periodismo.