Silvia Marsó en «La puerta de al lado»: una parodia del psicoanálisis con diálogos magistrales
Por Horacio Otheguy Riveira
Una comedia romántica como tantas que no se parece a ninguna otra. La paradoja está servida y brilla con luz propia desde el comienzo de la función, gracias a sus diálogos, a sus intérpretes —Silvia Marsó y Pablo Chiapella—, y al trabajo de Sergio Peris-Mencheta en la dirección, quien además adapta el texto y logra una puesta en escena con aportes personales de notable creatividad.
Vecinos que se detestan y se molestan. Él es un tipo bastante corriente. Ella, una psicoterapeuta tocapelotas, con el contenido del Manual de su profesión como bandera antipática… e irresistiblemente adorable. A poco que se rasque es una solitaria tierna que lucha consigo misma. Pero esto no es nada, porque toda la función está llena de aciertos. Desde los modélicos diálogos a cada situación de los vecinos que se buscan y detestan para volverse a buscar hasta cada detalle de puesta en escena.
La obra original del francés Fabrice Roger-Lacan (de quien se vio en España, en 2003, El club de la corbata, con Carlos Sobera y Marcial Álvarez) tiene un doble juego especialmente interesante: por un lado, una comedia romántica clásica de dos que se detestan pero te pasas toda la función esperando que se besen y empiece todo lo demás, y por otro lado, una parodia del mundo de las psicoterapias, que hubiera hecho las delicias de Jacques Lacan, el abuelo del autor, padre-padrísimo de una corriente revolucionaria dentro del psicoanálisis, gracias a la cual surgieron muchas otras corrientes para indagar en la conducta y la psiquis humana, cuestionando o enriqueciendo a Sigmund Freud. Pero aquí todo es mofa y befa porque la marisabidilla antipática como ella sola es, en realidad, una criatura adorable a la que hay que pillarle el tranquillo y abrazarla cuando menos se lo espera. Su tendencia compulsiva a vivir colgada de las fórmulas teóricas de su profesión la emparentan con cualquier tipo de fanática obsesión.
La adaptación y puesta en escena de Sergio Peris-Mencheta está a la altura de sus últimos trabajos como director (Incrementum, Un trozo invisible de este mundo, Continuidad de los parques): imaginativo, creativo, poseedor de un ritmo escénico formidable, y con amplia capacidad de enriquecer el texto con aportes que nada desvirtúan, sino que lo enriquecen. Por ejemplo, algo muy importante que no existe en el original ni en la puesta en escena francesa: el aporte musical con un músico en escena que además incorpora un punto de narrador con una voz espléndida, de las que marcan estilo.
Y luego la escenografía dinámica y sorprendente de Elisa Sanz, su bellísimo vestuario para la Marsó, con el colorido y las formas de lo que se dio en llamar alta comedia, en contraste con unas situaciones y unos textos de mujer desesperada; y las luces montadas por el maestro Cornejo: todo conduce a un ritmo que no decae nunca y en el que los intérpretes conforman una ruta formidable de réplicas cuya potencia a veces se pierde por las carcajadas del público.
Silvia Marsó logra que un personaje tan odioso resulte fascinante. Una vecina deliciosamente tremenda. Más aún si la recordamos en sus últimos personajes surgidos de dramas clásicos del siglo XX como Casa de muñecas, Yerma y El zoo de cristal. Se adueña del personaje y hace suyas las variadas situaciones sacándole mucho partido a un texto que exige mucha rapidez e ingenio; y todo sucede en el Marquina, el mismo escenario donde en el año 2000 interpretara el musical Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré (junto a Carmen Conesa, Israel Elejalde, Miguel del Arco, Víctor Ullate Jr).
Pablo Chiapella, por su parte, va de bien a mejor, «contaminando» el ambiente del ingenuo que no lo es tanto, del tipo sencillo que no ve la hora de entrar en el misterio más oculto de esa encantadora mujer insoportable que tiene por vecina. Y ante ellos, Peris-Menchieta puliendo la versión castellana hasta dejar unos diálogos magistrales, que por sí solos merecerían que volviéramos a ver la función para degustarlos mejor. Un modelo de teatro divertido y bien cargado de sugerencias en torno a las complejas relaciones de pareja.
La puerta de al lado
Autor: Fabrice Roger-Lacan
Adaptación y dirección: Sergio Peris-Mencheta
Ayudante de dirección: Diana Palazón
Intérpretes: Silvia Marsó, Pablo Chiapella
Música en directo: Litus/Tofol Martínez
Canción: «Hablo tu idioma pero no lo entiendo», de Litus
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Un espectáculo producido por: Barco Pirata Producciones, LAMARSÓ Produce,
ALG Management y Gota de Luz
Pingback: LA PUERTA DE AL LADO en el Teatro Marquina | Madrid Es Teatro
Pingback: El irresistible encanto de Candela Peña da vida a “Los vecinos de arriba” | Culturamas, la revista de información cultural
Pingback: “La puerta de al lado”: una de las mejores comedias de los últimos tiempos | Culturamas, la revista de información cultural