L’Avar de Molière, una sátira clásica de gran actualidad
Por Abel Farre
De nuevo el director Josep Maria Mestres afronta el reto de tomar un clásico y llevarlo a escena. En este caso se trata de “El Avaro” de Molière, uno de los clásicos de la literatura universal barroca, que se representa hasta el próximo 1 de mayo en el Teatre Goya de Barcelona en catalán.
Pero está claro que en esta obra ya no sólo importa quién asume el riesgo de capitanear la puesta en escena, sino que una de las principales tareas es encontrar a alguien con capacidades para asumir el papel de su protagonista principal, Harpagón.
Un personaje lejano en cuanto a época se refiere, pero muy cercano en cuanto a forma de entender la vida. Pues a día de hoy y pasados ya 348 años desde el estreno de la obra en el Palais-Royal de París, los individuos que acaban optando por una existencia como la de Harpagón, desgraciadamente parecen clonarse de forma irrefrenable. Con lo que la hace una obra de plena actualidad.
El actor Joan Pera es quien toma el reto de enfundarse en este personaje cargado de avaricia; un personaje que acaba valorando mucho más al dinero que a él mismo. Y es gracias a la habilidad del actor que nos acabamos sumergiendo en un mundo donde la mezquindad y el egoísmo son tomados como abanderados, por encima de cualquier sentimiento.
Acostumbrados a verle transitar por los escenarios con la comedia bajo el brazo, ya fuese por esa Extraña pareja que durante tanto tiempo ha ido forjando junto Paco Morán o bien por el inevitable recuerdo de su voz en las películas de Woody Allen o Rowan Atkinson, ya es razón suficiente para acudir al teatro con garantía de éxito.
En una obra como esta, una sátira escrita en prosa, en la cual la ironía, la burla, la parodia, la exageración tiene cabida en cada una de sus escenas, ayudan a que actores como Joan Pera se sienta como pez en el agua.
Todo ello nos ayuda a que se consiga la intención con la cual Molière tal vez escribiera esta obra; una obra en donde tiene cabida el humor, pero que inteligentemente nos lleva a la reflexión de las cosas, a que abramos los ojos a una realidad no por cotidiana menos sustancial.
Pues no nos engañemos cada uno de aquellos diálogos que nos hacen escapar más de una risa por la exageración con la que están presentados, esconden esa cruel realidad en torno a la forma de obrar del ser humano.
El avaro de Molière es un retrato de algunos estereotipos que marcan nuestra sociedad, con lo que al final nos acaba pareciendo todo tan cercano, que es como si nos acabáramos riendo de nosotros mismos.
Joan Pera consigue con su interpretación que le guardemos cierto rencor y odio a Harpagón, al momento que nos acompaña a que nos riamos de su propia persona.
Asimismo cada uno de los otros intérpretes nos sumerge en una historia en donde todo tiene cabida y en donde el desenlace no deja a nadie indiferente. A pesar de que el retrato principal que se nos muestra sería el del personaje de Harpagón, cada una de las vidas de los otros intérpretes acaba jugando un papel muy importante. Todo ello gracias a los malentendidos, así como los nuevos descubrimientos y enfrentamientos entre el padre y los hijos por la culpa del dinero.
Sin lugar a dudas en una obra de tal magnitud que entremezcla diferentes personajes, que finalmente tendrán más que un hilo conductor inesperado, necesita acompañarse de actores de la misma talla.
Es evidente que el trabajo de cada uno de ellos es envidiable, pero destacaría por encima de todos a Manu Fullola en el personaje de Cleanto y a Júlia Barceló en el papel de Elisa, y evidentemente, tal y como comentaba anteriormente, la magistral actuación de Joan Pera.
Tal vez el papel que está un poco más flojo es el de Mariana, representado por Elena Tarrats. Está claro que está bien buscado el hecho de presentar una mujer fina, dulce, inocente; pues la misma es la enamorada de Cleanto y amada de Harpagón.
Pero el timbre de voz es tan delicado, que a veces parece romperse en algunas de las escenas. No estamos hablando en ningún momento de la puesta en escena, pues la misma esta al nivel de los otros actores y actrices. Pero sí que es cierto que la voz a veces nos hace malas pasadas en cuanto a audición.
Por otra parte cabe destacar notablemente el vestuario de Maria Araujo, que junto a la escenografía de Pep Durán nos trasladan eficazmente a ese París de 1600.
En conjunto nos encontramos con una obra para todos los públicos, que se ve con mucho agrado en poco más de dos horas y cuarto. Todo gracias a un gran texto, el del clásico de Molierè y a una conseguida gesticulación de Joan Pera, que ayudan a avivar aun más los hechos que se suceden.
L’Avar de Molière
Teatre Goya – Del 9 de febrero al 1 de mayo
Autor: Molière
Traducción: Sergi Belbel
Josep Maria Mestres
Intérpretes
Joan Pera – Harpagón
Manu Fullola – Cleanto
Júlia Barceló – Elisa
Ricard Farré – Valerio
Elena Tarrats – Mariana / Claudia
Josep Minguell – Anselmo
Alba Florejachs – Frosina
Manel Dueso – Maese Santiago
Òscar Castellví – Flecha / Briznavena
Xavi Francés – Maese Simón / Merluza / Comisario
Escenografía – Pep Duran
Vestuario – Maria Araujo
Fotografías – David Ruano
Espectáculo en catalán.