Tante Wussi
Tante Wussi (Katrin Bacher y Tyto Alba, Astiberri, 2015)
Por Richar
En tan solo nueve años, los que van desde el comienzo de la Guerra Civil española en 1936 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, miles de familias de toda Europa se vieron destrozadas. A las lógicas bajas masculinas por la guerra se sumaron el hambre y la enfermedad de los que vivieron alejados de los combates, las migraciones forzadas o voluntarias tratando de encontrar seguridad o las impresionantes purgas que asolaron el continente europeo.
Trágicas vivencias que no se reflejan en los libros de Historia, pero que sí marcarían la historia con minúscula de toda una generación. Familias normales que se ven desgarradas por unos conflictos que no buscaron y en los que se vieron inmersas por voluntad ajena, pero que acabarían por dejar una huella imborrable en todos sus miembros.
Cientos de tragedias. Miles de familias. Decenas de miles de historias. Y esta es una de ellas.
La pequeña Wussi es una niña normal, con una familia alemana normal, que vive unos años poco normales. Con el crecimiento del poder nazi en la Alemania de los años veinte, su familia decide emigrar a tierras mallorquinas donde su padre montará un negocio en torno a la fotografía y que les dará unos años de relativa calma.
Con lo que no contaba la familia de Wussi es con el comienzo de la Guerra Civil española y sus devastadoras consecuencias. A raíz de este conflicto, la familia comienza a vivir un rosario de penalidades, entre ellos la vuelta a Alemania para darse de lleno con la realidad de aquel país que dejaron por temor y que sólo les devolverá opresión, exclusión y en algunos casos un viaje en tren de una sola dirección.
Así pues, acompañaremos a Wussi a través de sus vivencias, miedos y esperanzas a lo largo de los años hasta que finaliza la Segunda Guerra Mundial y la familia vuelve a recomponerse poco a poco y siempre echando de menos a los ausentes. En definitiva, la historia de una familia como tantas otras.
Katrin Bacher, guionista de esta obra gráfica, es sobrina-nieta de Tante Wussi, cuyo nombre da título a la obra y en compañía de la cual, charla tras charla, va trazando una historia a base de recuerdos. Quizás lo más sorprendente sea la ausencia de sentimientos como el odio, la venganza o la desesperación. Tal vez porque los años han suavizado los recuerdos o porque el corazón de Wussi se antoja demasiado grande y bondadoso, pero es de agradecer la ausencia de visceralidad y la sutilidad que encierra el cómic.
El aspecto visual corre a cargo de Tyto Alba, cuyo estilo heterogéneo encaja a la perfección con la narración. La elegancia de algunas de las escenas más trágicas combina a la perfección con páginas cargadas de vida y una desgraciada pero mayoritaria cantidad de viñetas oscuras y deprimentes.
En definitiva, una obra muy recomendable para reflexionar acerca de un pasado no demasiado lejano mientras nos deleitamos con una conexión perfecta entre la narración y el aspecto visual.