Cuestionario literario: Clara Obligado

 

“Mi loco afán está tan extraviado

de seguir a la que huye tan resuelta,

y de lazos de Amor ligera y suelta

vuela ante mi correr desalentado”

 

obligadoLos versos de Petrarca son, sino el mejor resumen, si la mejor nota y apostilla al último trabajo narrativo de Clara Obligado. Y no lo decimos solamente porque le propio título de la obra, Petrarca para viajeros (Pre-textos) aluda al autor italiano, sino porque los versos del autor de Il Canzoniere contienen en sí mismos el carácter y las pulsiones de los dos jóvenes protagonistas de Obligado. Aquel “loco afán” petrarquesco es el mismo que extravía a los dos jóvenes, a Andrés y a Noa, en un viaje paralelo que abraza desde París hasta Albania y que tiene como centro gravitacional, Italia, lugar de referencia, lugar de destino y escenario del fugaz encuentro, de ese intercambio de miradas que condensa el deseo de un encuentro y su imposibilidad. Andrés y Noa huyen de sí mismos: él para encontrarse a través de un viaje que bien podría definirse como un viaje de formación, un viaje a través del cual conquistar la independencia de la vida adulta y, a la vez, recuperar, desde la aceptación y ya no desde la hostilidad, el ámbito familiar y sus relaciones; ella para huir de la prisión en la que ella misma se ha condenado contrayendo matrimonio con un hombre a quien no ama. Noa huye para reconquistar la libertad perdida y, a la vez, reconquistar un yo anulado, para volver a ser esa ella aunque esto implique ser otra. Y es a través de la búsqueda de Noa de su otro yo, de ese yo elegido y no impuesto, que adquiere importancia en Petrarca para viajeros la figura de Laura, la “donna angelicada” de Petrarca, la mujer amada por el poeta, la mujer inaprehensible, alegoría poética de un ideal –el poético y el divino- al cual, como bien señalaría Hegel siglos después, al que solamente se puede aspirar, pues la aprehensión de la Idea implica una suspensión del yo. Clara Obligado relee la tradición poética stilnovística y, si bien es cierto, que a través de Laura apela directamente a la obra de Petrarca, entre las páginas de Obligado los ecos dantescos son más que audibles: detrás de Laura está Beatrice, la joven amada por el poeta florentino, la joven con la que el poeta tan solo intercambia fugaces miradas por las calles de Florencia, miradas que pronto se agotan por el fallecimiento de la joven, quien de esta manera trasciende del ámbito terrenal al ámbito espiritual, convirtiéndose en aquella “donna angelicata”. En la Divina Commedia, el Dante personaje, a su llegada al Paraíso, contemplará Dios a través de la mirada de Beatrice, intermediaria entre el hombre y la divinidad; representación mariana, Beatrice, en tanto que alegoría, establece la correlación entre lo terrenal y lo divino, entro lo pragmático y lo ideal. Despojada en gran parte del carácter religioso, la Laura de Petrarca conserva el carácter alegórico en tanto que reflejo de un ideal inaprehensible en su totalidad. En Petrarca para viajeros, Laura es el ideal de Noa, es el yo de referencia, el yo inventado y soñado por ella que, sin embargo, no puede dejar de ser Noa. Laura es, a su vez, el ideal de Andrés, la mujer por la que suspira y el objeto involuntario de un viaje que, pronto, se convierte en una búsqueda… ambos jóvenes buscan a Laura, pero ella, como bien sabían Dante y Petrarca y como había también constadado Bauedelaire en sus versos dedicados a una fugaz transeúnte, nunca aparece. Laura es, en una lectura idealista, el ideal que guía la búsqueda real de Andrés y de Noa: la búsqueda de su propia identidad. Como hizo hace algunos años José Luis Guerín en su película La ciudad de Sylvia –la Silvia de Leopardi, quien antecede a Baudelaire y sigue la lección magistral de Dante y PetracaClara Obligado relee en Petrarca para viajeros, la tradición de la “donna angelicata” para retratar el sujeto contemporáneo: un sujeto escindido, un sujeto que busca una identidad perdida y cuyo referente, contradiciendo así el relativismo filosófico-político del postmodernismo, es un ideal que, por su propia definición, está ausente. El viaje, una vez más, no es un simple recorrido geográfico, sino que es búsqueda y formación; viajar es, a fin de cuentas, la experiencia propia del vivir.

 claraobligado

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Ese día, esa mañana, en la que sin saber por qué, de pronto, me siento feliz. Feliz, posiblemente, de estar viva.

¿Cuál es su gran miedo?

Que me quemen en la hoguera. Eso me pasa por haber leído demasiado joven historias de brujas.

¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

La sinceridad. No sé por qué nos va a interesar la sinceridad ajena, que no es más que un punto de vista tan subjetivo como cualquier otro. La sinceridad es, muchas veces, simple mala educación. Y otras tantas, falta de caridad. Otras, petulancia.

¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)

Suelo decir lo que pienso, pero sin darle a mis opiniones el estatuto de verdad. Miento mal, pero porque soy perezosa, una buena mentira es algo muy elaborado y cuesta sostenerla en el tiempo.  Los mentirosos me parecen, en realidad, gente muy imaginativa y perseverante.

 

¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?

No, nunca. No me importa nada el qué dirán.

¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?

Las redes tienen sus límites, no sobrevaloremos…

¿Qué es para usted la libertad?

Vivir en un mundo razonablemente justo donde pueda desarrollar, razonablemente también, mis propios proyectos que, por cierto, son bastante modestos.

¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?

No creo que mi problema sea la fama. En realidad, hay muy pocos escritores famoso y suelen serlo por otras cosas que no tienen nada que ver con la escritura.

¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?

Hablar. Comentar. Compartir. Discutir. Respetar. El silencio me prece una penosa herencia de los sistemas autoritarios.

¿Activismo público o compromiso privado?

Las dos cosas, y depende del momento.

¿Informarse o ser informado?

No veo la diferencia…

¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?

La información es importante, y por eso está tan controlada. Los periódicos responden a grandes grupos, la televisión pública está amordazada… En fin, es un sueño pensar que tenemos verdadera información sobre lo que sucede. Podemos, sí, pensar, leer, comentar. Pero nunca tendremos una información completa, en cierto sentido nos movemos entre tinieblas.

La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?

La cultura es un bien al que todos tenemos derecho. El esnobismo puede ser culto, y también inteligente, no creo que sea el contrapuesto de la cultura. Lo contrapuesto a la cultura, si le damos a esta un sentido democrático, es el autoritarismo, el pensamiento único.

fotoclarinclara-254x214¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?

En algún sentido, sí, todo es cultura.

¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?

Mis referentes culturales son múltiples, y dependen de cada época. No se refieren solamente a lo que llamaríamos “cultura cultaCu”, sino a pequeños detalles cotidianos, a la ciencia, al arte popular… Mis referentes son aquello que me sirve para pensar quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos… Son los que me dan ideas para escribir.

¿Un autor para releer?

Tantos. Releo constantemente, porque doy clase. Tengo mi pequeño Parnaso, que sería largo de enumerar.

¿Un autor recién descubierto?

Leo a los jóvenes. A los muy jóvenes, aunque en general tengo poco interés por las novedades. David Aliaga, Cristian Crusat, en la mesilla de noche tengo ahora a Lola López Mondéjar, Cecilia Eudave, Juan Carlos Méndez Guedez, Felipe Navarro… Llevo una época de lecturas desordenadas, y lo siento, porque son una persona a quien le gusta pensar las cosas a fondo, pero estoy un poco excedida. Luego leo a la gente que viene a mi Taller, hoy, por ejemplo, Ioana Guría ha recibido un premio importante, hay mucha gente haciendo cosas que me gustan.

¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?

“Fargo”, la serie de televisión, en particular la segunda temporada: me pareció buenísima. Soy adicta a las series.

La creación, ¿un arte, una pasión o un ofició que se puede aprender?

Todo a la vez. Aunque la palabra arte… difícil de definir, ¿no?

¿Todos podemos escribir un libro?

Sí, aunque algunos harían bien en abstenerse.

¿Todos podemos publicar?

Sí, las redes lo permiten todo. Y algunas editoriales, lamentablemente, también.

¿Todos podemos ser artistas?

No sé si todos queremos ser artistas, es bastante agotador.

El éxito, ¿personal o profesional?

El éxito no existe, no es un estado definitivo porque quien lo tiene, siempre necesita más, es una palabra que está emparentada con “salida”, “exit”. Es como un vaso que no se llena nunca, el mito de Sísifo. Mejor no pretender el éxito, sino cierta razonable felicidad. Además me imagino que lo que socialmente se llama “éxito” tiene que ser espantoso.

El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?

La verdad es que nunca me lo he planteado.

¿Cuál considera que es su gran logro?

Haber dejado de fumar. Fumaba tres cajetillas diarias. También considero que es un logro tener una vida relativamente normal, unas hijas que son buenas chicas y que ya están criadas, una buena pareja, dos gatos. Trece libros escritos. Un trabajo que me encanta. Pero el gran gran logro sería no engordar.

¿Cuál es su lema?

No sé, tener lema como “siempre listo”, o “tú puedes”… No me veo así. No me gustan las órdenes, ni siquiera las que me doy a mi misma. Quizá, más bien, confío en una mezcla prudente de voluntad e imaginación con una dosis de ironía razonable, para no tomarme demasiado en serio.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *