Gorgol, el final del bosque
Por Lourdes Pacheco de Leer sin prisa.
Leer “Gorgol, el final del bosque” es sumergirse en una historia donde reina el suspense y la niebla, porque si tuviera que imaginar cómo sería el escenario donde se desarrollan los hechos sería como estar viendo una película en blanco y negro donde todo está cubierto por una espesa bruma que imprime, al menos, inquietud.
Rachel acaba de llegar a Gorgol con su hijo Sebastián, un niño que se encuentra muy enfermo. Busca en este pequeño pueblo un lugar donde el pequeño pueda recuperar la salud. A Teresa le fue arrebatada su madre hace tres años y en los últimos tiempos es testigo de sucesos que la empujan hacia la oscuridad. Por último está Leticia, una joven de alta cuna que pasa las vacaciones en la casa que tiene su familia en el Valle de Tena y cuya vida está perfectamente orquestada por su dictadora madre. Todos ellos comparten el lugar donde residen pero pronto sus vidas quedarán enlazadas para siempre.
Don Jacinto avanzó lentamente por el desgastado suelo de madera hasta situarse frente a Teresa, y entonces reparó en que a la niña le sucedía algo fuera de lo normal. Los párpados de la pequeña se agitaban a una velocidad frenética. Sus pupilas habían desaparecido tras ellos,dejando a la vista solo el blanco de los ojos. Y la mano, aquella manita de cría, seguía escribiendo incesantemente en toda la extensión de la hoja de papel, pero sin llegar nunca a salirse de los márgenes, como si la controlase una fuerza invisible que la guiara en medio del caos.
Don Jacinto, intrigado y asustado por igual,se inclinó sobre el vetusto pupitre de Teresa y descubrió cómo, línea tras línea,folio tras folio, la mano que sujetaba el lapicero escribía la misma palabra una y otra vez:
AYÚDAME
AYÚDAME
AYÚDAME
AYÚDAME…
Daniel Torres Bendito sabe seducir con la calma de su narración, consiguiendo que todo fluya en este libro y resulte sincero, sencillo y natural. Todo es tan real en esta novela que es fácil olvidar que se trata de ficción. El autor hace gala de un ingente talento para desnudar a los personajes, mostrarnos sus miedos y esa fragilidad que acaba convirtiéndose en su más poderosa arma.
La novela engancha desde el primer momento gracias a una historia donde los fenómenos paranormales son parte de la vida de los habitantes y donde el suspense está garantizado en buenas dosis. Todo lector disfrutará de esa sensación de ser testigos de situaciones y escenarios, convertidos en oyentes mudos y en compañeros de aventuras de esos niños.
El final sorprende y aún siendo dramático constituye el final perfecto de una trama bucólica que no pierde el toque melancólico en ningún momento.
Quién sabe… a lo mejor algún día «Gorgol, el final del bosque» es adaptada al cine…. es más que probable…