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“Un traguito (más) de bordeaux”: el talentoso cabaret de Pía Tedesco

Por Sara Zambrana

 

 

1. TedescoNacido en el trastornado siglo XIX, la centuria de la sensibilidad artística más melancólica, el cabaret francés posee una considerable y muy rica tradición, al igual que tiene cierta evolución, muchas variantes en su amplia extensión geográfica y distintos procesos de transformación y decadencia, lo que le ha llevado a experimentar distintas resurrecciones: como la que protagonizó al ser uno de los focos más interesantes para las primeras vanguardias; en esas salas a las que acudían los más bohemios y modernos artistas de La Butte era donde podían conversar libremente y emborracharse hasta más no poder, también era un lugar en el que podían crear y exponer sus obsesiones y, como dijo Apollinaire –el excelente escritor que cedió algunos de sus escritos para ser cantados por las cabareteras–, fue ese tiempo en el que“aprendimos a reírnos”.

Es cierto que los hubo más políticos y menos sensuales, como el célebre Cabaret Voltaire, o más puramente literarios, como los que se extendieron por territorio alemán; pero, no obstante, el cabaret más exitoso y versionado ha sido el de los excesos, aquel de los conciertos, los bailes y los espectáculos humorísticos. Es esta la atmósfera a la que nos invita la compañía Pía Tedesco Ensemble con su Bordeaux. Historias de Cabaret, espectáculo que ha sido incluido como recomendación de la Red Española de Teatros y Festivales y que presentan en Madrid sólo por unos pocos días, en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, a donde vuelven tras su exitoso Brecht + Weill Cabaret.

2. cartel I

Entran tres músicos al escenario, los tres con sombrero: uno de ellos, el más alto, con sombrero Panamá y perilla, toma el contrabajo (Gerardo Ramos); el segundo, vestido de oscuro, trae su clarinete (Joshua Díaz); y el tercero (Néstor Ballesteros), tras tomar asiento frente a un espléndido piano de cola negro, se comunica con la mirada con los anteriores para empezar a tocar. Se apagan las luces y tan sólo unas pocas se focalizan en ellos: nos introducen gentilmente con una pieza instrumental, vaticinadora de ritmos contagiosos y desvaríos musicales espléndidos que fomentan las entusiastas expectativas por ver aparecer a la protagonista del show: entra Pía Tedesco y con ella la sala huele diferente, entra ella y se siente ya cierta embriaguez. Vestida de intenso rojo, con corsé y falda de aires decadentes hasta los pies, de estilo Burlesque –estupendo trabajo de Yaiza Pinillos–, uñas y labios también rojos combinados con brillantes joyas; se presenta la seductora Pía, llegada de Argentina, amante del vino y de la diversión.

Mami cree que vivo en un convento,

un pequeñito convento,

en la parte sur de France.

Mami no tiene ni puta idea,

de que canto en un garito,

con liguero y poco más.

Así que, si se cruza con mi mami,

guárdeme usted el secreto, deme una oportunidad…

Como bien expone el título de la representación nos contarán varias historias musicalizadas, en concreto once piezas que condensan una experiencia de múltiples formas y figuras del cabaret; se hace un recorrido selectivo por versiones de grandes referentes como las colaboraciones entre Bertolt Brecht y Kurt Weill, las icónicas Yvette Guilbert y Mistinguett, la admirada Edith Piaf o el popular Carlos Gardel, composiciones adaptadas en su mayoría por la propia Pía y a las que se suman algunos temas propios.

Entre estas canciones la protagonista del show comenta y habla con el público, tornando su voz más sugerente, su mirada cada vez más tentadora y sus movimientos explícitamente sensuales; muy difícil resistirse a Pía, quien por hacer gala de tanta seducción lo paga encontrándose en apuros debido a la reclamada participación de los espectadores, en concreto, por una espontaneidad en ocasiones demasiado vulgar y absurda de la que, sin embargo, sale de forma airosa y desvergonzada. Esto es cabaret.

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Si bien algunas charlas o discursos de Pía caen en estereotipos amorosos y sentimentales, otros en cambio son divertidos e incluso reivindicativos, como uno en torno al manido, pero bien necesario, asunto de la libertad de elección de sexo y sexualidad.

Lo mismo ocurre con los temas, la mayoría de ellos resultan maravillosos como El sol y la luna, Mi licor 4. JoshuaDiazo Is You Is Or Is You Ain’t My Baby –en este último Pía lo acompaña tocando su personalizado ukelele–, otros más desquiciados y humorísticos como Tango de los estupefacientes o ¿Qué querés con ese loro?, y algunos más delirantes –y para mí menos acertados– como Si estoy paf! Pero, en todo caso, la interpretación de la cantante es magnífica y su voz, prodigiosa y placentera, muestra una sorprendente virtud para modular y crear colores con cambios de registro constantes e impresionantes.

Del mismo modo me gustaría destacar a los tres músicos, sobresaliendo entre ellos el clarinetista, genial intérprete que eleva la versatilidad del clarinete de jazz con sus piezas de swing, alargando el bello timbre y todos los ricos matices del instrumento.

A pesar de que el ritmo general de la obra, así como sus efectos humorísticos y su carácter divertido, va decayendo a lo largo de la función –es lo que conlleva empezar tan bien, muchas veces, ya no se vuelve a subir–, hasta concluir con un final demasiado interactivo que tampoco me agradó especialmente –pues mi deseo no estaba en participar ni escuchar al resto de público corear, sino en deleitarme sólo con ellos–, considero que es un espectáculo de exorbitantes y desgarradoras historias, lleno de seducción y astuta picardía, y sobre todo ello con mucho, muchísimo talento musical e interpretativo, por lo que rebajo mis quejas y dudas y lo recomiendo ilusionada para que comprueben, como arriba decía, lo difícil que es resistirse a Pía.

5. BordeauxBordeaux. Historias de cabaret

Textos, dirección, voz, ukele y acordeón: Pía Tedesco

Clarinete y saxo: Joshua Díaz

Piano y acordeón: Néstor Ballesteros

Contrabajo: Gerardo Ramos/Fernando Lupano

Fotografías: Irene Blanco Gavela

Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, Sala Jardiel Poncela. Hasta el 21 de febrero

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