El día que Nietzsche lloró, de Irvin D. Yalom

Por Macoco G.M.

Debo de admitir que, como fiel lector de Nietzsche y gran seguidor de su filosofía, me enfrenté a este libro con grandes prejuicios por un lado y con enormes expectativas por otro.

Expectativas debido a que me fascinó su planteamiento inicial basado en tres personajes históricos (Josef Breuer, célebre médico vienés, Freud y el propio Nietzsche) que en un encuentro ficticio inician el descubrimiento del psicoanálisis. Y prejuicios acompañados de algo de temor ya que intuí desde el primer momento la dificultad y el reto que debía de suponer emprender la tarea de llevar a cabo una novela de estas características, en la que se plantea una ficción basada en un personaje tan enigmático e inclasificable.

Y digo inclasificable desde la perspectiva de su filosofía, que fue capaz de caer en las garras del nazismo, estando en sus antípodas, y que cada lector la interpreta de forma diferente, siendo éste bajo mi punto de vista, uno de los objetivos del filósofo, cuyo reto era romper con la idea de Dios en primer término y de la VERDAD absoluta y platónica como derivado.

Pero no es objeto de esta reseña entrar en el detalle de la filosofía nietzscheliana, sino dar mi opinión sobre la novela. He creído necesaria esa introducción para explicar que verdaderamente es muy complicado crear una personalidad y un comportamiento que cuadre con el Nietzsche que cada uno tenemos en la cabeza, y esta novela por lo menos con el bosquejo que tengo de él en mi mente no lo ha conseguido.

En todo caso mi valoración global del libro es positiva. Aunque desde luego no es una obra maestra tiene unos diálogos brillantes y una idea de base muy original. Como «pero» más relevante, es el hecho de que no me llegue a creer del todo el carácter psicológico otorgado a Nietzsche ni ciertas actitudes y comentarios suyos a lo largo de la novela. Sinceramente,  para quien no haya leído nada del filósofo austriaco esto pasaría totalmente inadvertido e incluso puede llegar a instruirse en cierta manera sobre su filosofía, pero para alguien esté familiarizado con sus libros, hay cosas que no se sostienen, como ese afán por buscar la VERDAD, cuando Friedrich precisamente se caracterizó (bajo mi visión, no hay que olvidar que una de sus mayores grandezas son sus múltiples aristas), por desterrar la idea platónica de VERDAD absoluta encarnada por Dios. Si pasamos por alto estas cuestiones, y si pensamos en lectores que no hayan leído la obra del filósofo, el libro puede resultar muy relevante y en ciertos puntos apasionante, pero bajo mi punto de vista carece de la fuerza narrativa que los fantásticos diálogos que tiene se merecerían. Es decir, la narración en sí es muy simplista, con un narrador que en ciertos momentos llega a exasperar, llegando los momentos deslumbrantes de la novela en las sesiones de psicoanálisis entre un Breuer que desea salvar a Nietzsche y que no se da cuenta que el juego es precisamente el contrario.

No puedo decir que no recomiende el libro, pero me quedo con el regusto de que con una cierta dosis mayor de nivel narrativo el libro hubiera sido sin duda una gran obra, quedándose tan solo en una estupenda novela.

Macoco G.M. autor de la novela de fantasía psicológica «La sombra de la existencia». Si quieres conocer más sobre su novela, pulsa en el siguiente enlace: www.lasombradelaexistencia.com