“Infàmia”: Pere Riera nos abre las puertas a una realidad del mundo del teatro

Por Abel Farre

Tras el éxito de “Barcelona”, la historia de amistad ambientada en plena guerra civil que le llevo a ganar el Premio Max al mejor texto teatral (2014), Pere Riera repite reparto con un valor seguro, contando con Emma Vilarasau y la polifacética Anna Moliner, para presentarnos Infàmia en la Villarroel de Barcelona.

 

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Con esta nueva propuesta, Pere Riera da un salto en la historia y nos sitúa esta vez en la actualidad, en este caso en el mundo del teatro, sin olvidarse en ningún momento de uno de los hechos característicos que le han dado su reconocimiento; la facilidad de mostrarnos en sus textos la realidad de la vida misma.

Pues Infàmia no sólo nos sumerge en cada uno de aquellos temores, deseos, sentimientos, que fluyen continuamente en el pensamiento de cada uno de quienes luchan por subirse a un escenario, sino que nos muestra asimismo cómo los mismos se transforman cuando a uno le llega el éxito y se empieza a preguntar qué hace allí arriba y si lo que transmite es lo que él espera o lo que el público espera de él.

Para plasmar dicha situación, el autor se sirve de dos generaciones de actores. Por un lado tenemos a Sara (Anna Moliner), que representa a una actriz que, a pesar de llevar años en la profesión, no acaba de despegar, de manera que se empieza a preguntar si su vocación le va a servir de modus vivendi. Asimismo nos encontramos con Aleix (Francesc Ferrer), el cual ha tenido más suerte y gracias a sus apariciones televisivas parece estar más seguro de sí mismo en cuanto a su trabajo, a pesar de que a veces sea más de fachada que de propios méritos artísticos.

Por otro lado tenemos la generación de actores consagrados, por un lado Eva (Emma Vilarasau) quien por ciertas circunstancias a dejado los escenarios para volcarse en la formación de nuevos talentos tomando rienda de su personalidad infranqueable y por otro a Toni (Jordi Boixaderas), quien aun en los escenarios lucha porque Eva vuelva a sentir esa necesidad de subirse a disfrutar de ello.

 

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De manera que Pere Riera consigue representar a cada uno de aquellos estereotipos que nos podemos encontrar tras el mundo de las artes escénicas y al otro lado nos encontramos nosotros rodeando ese escenario para hacernos más participes de la situación, porque como decíamos anteriormente uno de los hechos importantes que plantea esta función, es el papel que juega el espectador en todo esto, el papel que juega en los pensamientos de aquellos que salen a escena cada día para mostrarnos quiénes son o quiénes representan ser.

Riera, también director, ambienta los ensayos en los cuales de una manera u otra los cuatro personajes de la obra se encuentran inmersos, haciéndonos llegar muy eficazmente el esfuerzo de la profesión, no sólo por las dificultades interpretativas que puedan representar los personajes, sino por todos aquellos temores de los cuáles uno tiene que ir desprendiéndose para salir con fuerza día a día al escenario.

Pere Riera consigue diseccionar hábilmente con bisturí y mostrarnos las tripas de este mundo del teatro, dando mucho valor a la profesión al salir de la sala.

Sin lugar a dudas, si realmente tenemos esa sensación al salir de la sala, es por el gran trabajo que nos ofrecen los actores. Una Emma Vilarasau que se sale una vez más en sus representaciones, ofreciendo ese personaje que acabaremos odiando y que nos hará más de una vez estremecer por la tensión que nos suscita en sus broncas ajenas a los sentimientos de los demás. Un Jordi Boixaderas que deambula por el escenario haciéndolo todo muy fácil y sencillo, que nos da una sensación tal de naturalidad que podría llegar a sentarse a nuestro lado como público. Y por último Francesc Ferrer y Anna Moliner, quienes con gran nota nos representan aquella torpeza e inocencia características del actor que empieza a hacerse un sitio en el mundillo.

 

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Cuando acaba la obra uno se da cuenta que hay un escenario, pero la verdad es que el mismo pasa por alto, porque en Pere Riera lo importante son las palabras, los mensajes, los pensamientos,… y los mismos no necesitan de parafernalias escénicas para que tomen sentido, pues las acciones hablan por sí solas. Gracias a todo esto, cuando me vuelva a sentar en una sala de teatro, ya no sólo estaré a la espera de percibir sensaciones, sino que más que nunca intentaré ponerme en el papel de cada uno de aquellos que les toca representar un papel que, de bien seguro no les ha caído del cielo sin más.

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Infàmia

La Villarroel – Del 16 de enero al 28 de febrero

Autor y director: Pere Riera

Interpretes:

Eva: Emma Vilarasau

Toni: Jordi Boixaderas

Sara: Anna Moliner

Aleix: Francesc Ferrer                

Fotografías: GrupFocus

Espectáculo en catalán.

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