Cuestionario literario: Ángel Talián
Si bien, al menos desde 1968, la crítica literaria nos enseña que poco importa la biografía del autor en el análisis de su obra, resulta difícil no detenerse con asombro ante el currículum de Ángel Talián. Nacido en 1985 y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, donde además codirige la revista Letra Clara, Talián tiene a sus espaldas un ya largo recorrido dentro de la escritura literaria: la prosa y la poesía han convivido desde el inicio en este joven autor que, a lo largo de estos años, ha ido entremezclando el género del relato con los versos, obteniendo, asimismo, más de un reconocimiento: en el 2010, por los relatos reunidos en With or without you (Point de Lunettes) obtuvo la Mención especial de los premios García Lorca; dos años más tarde, en 2012, obtuvo el accésit del Premio Adonáis 2012 con su poemario La vida, panorámica –seguramente una de sus obras más merecidamente aplaudidas a lo largo de su trayectoria- y en 2014 con este mismo poemario, el último hasta el momento, quedó finalista de los Premios Ciudad de Alcalá 2014. Hace algunos meses, Talián presentaba su último trabajo, Estar Solo (Cuadernos del Vigía); se trata de un libros de relatos de particular brevedad entre los que destaca La isla, no sólo por la extensión, sino porque, situado como coda del libro, hilvanar los distintos hilos temáticos que configuran los otros relatos. En efecto, el relato La isla condensa los temas principales presentes en los otros relatos: la muerte, el abandono y la soledad definen la temática de Estar Solo, pero lo definen no desde la pragmática de su definición, sino desde la connotación metafórica que asumen en cada uno de los textos reunidos. La soledad, el abandono y la muerte se convierten en Talián en metáfora de un estar en el mundo, en metáfora de un sujeto que, independientemente del contexto “objetivo”, vive y padece el abandono íntimo, la soledad experiencial y la muerte del yo a través del vaciamiento de sentido de una realidad a la que ya no puede aferrarse. Relatos nihilistas, marcados por su carácter reflexivo, la acción como motor de desarrollo del relato es sustituido por la introspección psicológica y por un discurrir reflexivo de los personajes: el estilo indirecto libre que, en La isla se lugar al modo de narración del stream of consciousness, permite al autor, que alterna la primera y la tercera persona, ausentarse en tanto que voz narradora en pos de una voz, la de los personajes, que trasciende la referencialidad del propio relato para ser expresión de un sentido de vacío. Un yo vaciado, un Bartleby llevado al extremo, de ese “preferiría no hacerlo” a la ausencia, incluso, de toda preferencia. ¿Hay algo que valga la pena? Y si lo hay, ¿qué este algo? Frente a estas preguntas, Talián no busca respuestas y, sin embargo, tampoco se abandona al cinismo; no hay redención y, sin embargo, el autor parece decirnos que sí hay posibilidad de salvación o, por lo menos, de recuperación de un sentido perdido. Y esta posibilidad reside en la escritura: en un juego entre textualidades, entre interior y exterior del texto, el libro Estar solo, en tanto que escritura, es aquello que termina dando sentido al sinsentido del mundo y de la existencia retratados por los relatos.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Pues probablemente algo que tenga que ver con mirar por una ventana cuando un evento meteorológico de cierto calibre (tormenta, nevada, atardecer…) tiene lugar. O siendo más finos, cuando el tiempo cronológico es rasgado por otra cosa y desaparece, eso es felicidad.
¿Cuál es su gran miedo?
Desaparecer bajo la pereza.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
La modestia. Y ser capaz de girar la lengua 180 grados.
¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)
Cuando no merece la pena decir la verdad, cuando ahorra dolor, cuando me ahorra tiempo, cuando siento vergüenza, cuando quiero divertirme, cuando el otro no se merece la verdad, cuando escribo. (El que conteste a esta pregunta diciendo que no miente miente).
¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?
Claro, como todos. Sobre todo al qué dirán las personas que quiero. Pero me la suelo morder cuando intuyo que no mordérmela implica una larga y tediosa discusión/conversación/ explicación.
¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?
¿Liberqué? Nunca se escribe nada en plena libertad. Mucho menos en una red social, que para eso lleva la palabra social dentro.
¿Qué es para usted la libertad?
Una novela de Jonathan Franzen.
¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?
A mí no me conoce nadie. Soy como el árbol que cae en medio del bosque y nadie lo oye ni lo ve. (Pero sí que creo que la fama resta libertad).
¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?
Hombre, ya que te dan un micrófono.
¿Activismo público o compromiso privado?
Compromiso privado radical.
¿Informarse o ser informado?
Me provoca tanto placer cuando alguien me cuenta una historia bien.
¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?
Es algo de lo que hay un exceso. Ruido del que hay que sacar las notas adecuadas para sacar una melodía. En muchas ocasiones una pérdida de tiempo.
La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?
Es un conocimiento transversal aunque sólo se den cuenta de esto unos pocos privilegiados.
¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?
Todo es cultura. Menos un señor en un polígono de Almería que camina de espaldas.
¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?
Todos.
¿Un autor para releer?
Antonio Machado.
¿Un autor recién descubierto?
Alejandro Zambra.
¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?
Langosta de Yorgos Lanthimos y El grito en el cielo de La Zaranda.
La creación, ¿un arte, una pasión o un ofició que se puede aprender?
Es un oficio que se debe aprender y que requiere mucha pasión y arte.
¿Todos podemos escribir un libro?
Sí. Otra cosa será la calidad del libro.
¿Todos podemos publicar?
También, sobre todo si tienes dinero o tiempo (que es algo parecido al dinero) y ganas.
¿Todos podemos ser artistas?
No. Hay que tener talento y el talento no se compra ni se aprende. También hay que tener compromiso. También hay que tener cabeza.
El éxito, ¿personal o profesional?
Ah, ¿pero que van separados?
El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?
Dinero por favor. Me encanta el dinero. Y un poquito de reconocimiento.
¿Cuál considera que es su gran logro?
Entender que lo que uno hace tiene poca importancia y sin embargo encontrar razones para hacerlo.
¿Cuál es su lema?
Probablemente algo en torno al fracaso, como la frase de Beckett: “Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”. Aunque de manida (y ya casi publicitaria) me provoca cierta animadversión. Pero me gusta esa idea de fracasar mejor.