“¿Por qué no escribir juntos un poema?”
Alberto GarcíaTeresa
Entrevista a Proyecto Genoma Poético
¿Qué es Proyecto Genoma Poético?
Es un laboratorio experimental de cocreación poética, a mitad de camino entre el desarrollo de contenidos e iniciativas colectivas, la formación y la edición independiente.
El proyecto incide sobre la creación colaborativa a través de la poesía, la cultura, y el juego. Es una forma de promocionar la poesía y a sus autores, además de acercar a la gente los componentes del proceso creativo. En este laboratorio tratamos de llevar a cabo las ideas que emergen de cualquier interacción del proyecto con cualquier persona que se acerca a mirar. Tod@s proponemos y tod@s tratamos de divertimos. Ponemos mucho cuidado en que el desenfado esté siempre incluido, lo lúdico permite que las personas que se acercan por curiosidad tengan más en cuenta los procesos que los resultados. Tratamos de diseñar esas mecánicas de trabajo con vocación divulgativa y de entretenimiento, y casi siempre, los resultados nos sorprenden tanto a unos como a otros.
¿Por qué esa apuesta por la cocreación? En un paradigma creativo tan arraigado en la autoría individual, ¿son posibles los medios colectivos de escritura, más en poesía?
Porque en la variedad está el gusto y en la mezcla la belleza, porque dos o tres o más son más que uno, por el propio reto de su dificultad y el goce de su ejercicio. Porque al final, siempre estaremos solos y podremos hacer lo que nos plazca, pero es mucho más divertido en compañía, o sacando de contexto aquel lema publicitario que decía “solo no puedes, con amigos sí”.
Pensamos que la poesía o la cultura en general es el I+D de la gente, y que cualquier persona puede acercarse, jugar y crear de esta manera. En el intercambio se genera valor social con este tipo de iniciativas; porque un poemario conjunto o un proyecto colectivo terminado es, a fin de cuentas, el reflejo de las personas, sus sentires y pareceres, cultura y arte real a pie de calle.
Sobre si son posibles los medios colectivos en poesía, por supuesto que sí. Gracias a la tecnología (herramientas online) y a los mecanismos y métodos del trabajo científico como modelo, que son eminentemente colaborativos en la actualidad. La ciencia hace mucho que no usa el modelo del genio creador sino del equipo. Así pretendemos funcionar nosotros.
El principal reto, por ejemplo, de los proyectos online a largo a plazo es la organización, la planificación y la gestión del compromiso.
El formato presencial (talleres y eventos dinámicos) permite implementar los procesos de manera más clara e inmediata. Cada una de las formas tiene sus ventajas y sus inconvenientes, si uno adquiere más profundidad en los materiales, el otro es más rico en espontaneidad, por ejemplo.
¿Y qué acogida han tenido entre los poetas estas propuestas cooperativas? ¿Cómo es recibida esa disolución de la sagrada individualidad en el colectivo?
En general la respuesta es muy positiva, los poetas nos están ayudando a la hora de participar y de aportar también ideas y propuestas. Directamente no hemos recibido críticas u opiniones disconformes con la cocreación poética aunque supongo que habrá quien no la entienda o no la valore como nosotros. Lo más importante aquí es el proceso, compartir es difícil, y la calidad está en segundo plano. De todos modos siempre tenemos en cuenta y reseñamos que esta propuesta es complementaria, un anexo a la “sólida” identidad individual que podemos vulnerar como ejercicio más o menos puntual. Y cuando ellos generosamente recogen el guante pueden ver que dedicarse ocasionalmente a la creación colaborativa, junto con otros autores o aficionados, crea un terreno de juego intelectivo-emocional muy enriquecedor, que promueve un sentimiento de comunidad y colaboración para nada reñido con sus caminos como autores. No rechazamos la individualidad, solo reivindicamos un espacio para lo colectivo, destacando su dificultad y riesgo.
En ocasiones, en algunos proyectos, percibimos que existe cierta reticencia al trabajo colaborativo, como por ejemplo a la hora de intervenir textos que otros donan como parte del proceso, pero es razonable que, aun disponiendo de total libertad, haya aprensión a modificar la creación de otros. Y también los hay que, en algún acto donde dinamizamos un juego poético colectivo, nos mira raro, pero es normal, a todos no le va gustar ni tienen por qué participar si no les apetece.
En esa línea, habéis desarrollado muchos proyectos, tanto herramientas para la animación y dinamización de la escritura como publicaciones, siempre con una marca experimental muy significativa: un bote de haikus, fanzines, una baraja, una cuadernillo de pasatiempos…
Tampoco son tantos, nos hubiera gustado haber realizado alguno más. Cada proyecto o iniciativa tiene su propio recorrido aunque hay líneas comunes. Algunos surgen de convocatorias online más o menos colaborativas que acaban en fanzine u otro tipo de publicación.
Por ejemplo, uno de los primeros proyectos fue H-100 (100 complejos dispensables), que se materializó en un bote de haikus. En base a 9 colaboradores en línea y en equipos de 3 personas, se escribieron 100 haikus siguiendo una metodología derivada del clásico cadáver exquisito donde los participantes se ordenan en la construcción del poema. El juego estaba en seguir con la línea o romperla provocando el sinsentido o la apertura evocadora: http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/h-100-complejos-dispensables-100-comprimidos-de-haiku-pgp/
Barajas tenemos dos, Poet Poker inspirada en el juego clásico, consta de cuarenta cartas con un icono central inspirador y otros alrededor que le apoyan. Esta baraja fue creada para facilitar la creación de poemas y textos breves, aunque puede tener otros usos: https://www.youtube.com/watch?v=xrW4NdDLKZw
Y La baraja fantástica surgió de un taller con el mismo nombre donde los participantes mediante la técnica del collage crearon varias cartas para después por grupos e individualmente construir composiciones poéticas: http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/la-baraja-fantastica-del-collage-a-la-poesia/
Fanzines hemos publicado diferentes a lo largo del tiempo. Probeta, una serie de convocatorias online y presencial bajo el mismo pretexto: sobre una maquetación ya definida por páginas con tipo de trabajo (poesía, prosa, collage, ilustración, vídeo…) e ideas motivadoras se reparten entre los colaboradores para su realización: http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/probeta-fanzine-poetico-experimental/
Por otra parte, FZPGP 00 y 01 son unos fanzines donde recopilamos diferentes materiales, colaboraciones y experimentos nuestros: http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/fzpgp02-fanzine/
También, Poética Recreativa, que es el primero de una serie de cuadernillos al estilo de las cartillas Rubio para entretenerse escribiendo y ejercitar la razón poética: http://www.libreconfiguracion.org/proyecto_genoma_poetico/poetica-recreativa-no-1-pgp/
Finalmente, tenemos MITOXIX, un proyecto colaborativo de largo recorrido e ida y vuelta, con poetas y amigos de México y España. Es un proyecto en desarrollo en estos momentos y verá la luz en breve: http://www.libreconfiguracion.org/mitoxix/
Aparte, también sacamos a la luz publicaciones personales como Para no volver y El dinosaurio elegante, de Quino Romero, y Saturno en vela y Nanopoética, de Carlos G. Torrico.
Entonces, ¿lo cooperativo es hoy experimental?
No solo, aparte que el concepto experimental pueda llevar a confusión, pero para nosotros lo colaborativo sí que lo es y mucho, sobre todo desde el punto de vista práctico, empírico si se quiere, del ensayo y la prueba.
Al trabajar desde un marco colectivo las ideas y procesos, aunque delimitados por el tiempo y el espacio de cada proyecto, no tienen fin, son inacabados, revisables, discutibles, modificables.
Los planteamientos de partida siempre se enriquecen con las aportaciones y las indicaciones que nos da este marco común. Y en muchas ocasiones, el resultado es mucho más rico con este planteamiento abierto que otros más fijos o dirigidos.
Pero lejos del producto artístico final, destacamos el carácter experimental del trabajo colaborativo como proceso vivencial, creativo y de aprendizaje.
Y, sin embargo, ¿cómo escapar de la concepción de la poesía como mero juego desde ahí?
La escapatoria a esta concepción lúdica es ya una decisión personal. Comienza con todo aquello que el juego nos ha enseñado: el entramado inocente se convierte en resorte luego de la necesidad de cada uno, y ya en privado, quizá empiece a escribir sobre lo que le pasa y el mundo. La escapatoria es después de todo inevitable cuando retomamos la vida después del juego. El qué hacer con lo aprendido es responsabilidad de cada un@.
Pero, por otro lado, no habría por qué escapar de esta concepción de la poesía ya que no le resta ni niega gravedad o seriedad a lo escrito. Lúdico y crítico no son opuestos. Que la poesía pueda entenderse como un juego en su acto de creación nada tiene que ver con lo injusto o trágico reflejado en el texto, testigo o implicado en el dolor o la crueldad de lo real.
Es muy interesante esa iniciación y ese acercamiento a la escritura de poesía que mencionáis que lleváis a cabo, desmontando sacralizaciones (del género y de la misma figura de autor). ¿Apostáis, por tanto, por aquello de que “la poesía debe ser hecha por todos” de Lautremont?
Es una fantástica expresión sobre la concepción de la cultura en general. Quizá, en gran medida, la poesía se hace a través de todos. En el fondo, como cualquier actividad, a lo largo del tiempo, se construye entre muchos, transformando y mejorando lo recibido. Y si este muchos se hace a la vez, conjuntamente, mejor.
Quizá este momento histórico y cultural sea propicio para, a través de una forma participativa y directa, universalizar la expresión poética en un canto común que declame los gustos y disgustos que nos convocan, sin menosprecio alguno de la voz personal. ¿Por qué no escribir juntos un poema? Si es bueno hacerlo solo, mejor será hacerlo entre todos o muchos, ¿no?
Ya José Antonio Millán, experto en humanidades digitales y lexicografía e informática, propuso un juego a varias manos en que se creaban sonetos. Era algo abierto y la implicación del público de su página era prolija e interesante. http://jamillan.com